El dólar, víctima de los temores sobre una recesión en Estados Unidos, está cayendo en forma precipitada, creando una serie de desafíos no sólo para Washington, sino para todos los que dependen de la moneda estadounidense, desde los comerciantes de azúcar en Brasil a los banqueros centrales del Golfo Pérsico.
El jueves, el dólar tocó un nuevo mínimo contra el euro, la culminación de un desplome de seis años en los cuales el dólar ha perdido más de 40% de su valor contra la divisa europea y más del 20% contra una canasta más amplia de monedas.
En Nueva York, el dólar se intercambiaba a 1,52 euros por unidad, dos días después de perforar la barrera de 1,50 euros. El último tropiezo ha sido motivado por un conjunto de cifras que muestran
- un debilitamiento del mercado laboral estadounidense,
- la agudización de la crisis inmobiliaria y
- la desaceleración del crecimiento económico,
que en 2007 registró su ritmo más bajo en cinco años.
Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, contribuyó a la caída de la moneda al destacar, durante su testimonio ante el Congreso el jueves, los aspectos negativos e indicar que la debilidad del dólar es una de las escasas luces en el panorama de la economía estadounidense, al ayudar a las exportaciones, el empleo y el déficit comercial.
La moneda preferida
Los mayores detractores del dólar, un grupo pequeño pero cada vez más numeroso, señalan que corre el riesgo de perder su puesto como la divisa dominante del mundo.
Jim Rogers, un reconocido inversionista en materias primas y ex socio de George Soros, tiene un análisis particularmente sombrío: "El dólar es una moneda terriblemente imperfecta y tiene los días contados", dijo en una entrevista reciente, citando la enorme deuda estadounidense en manos extranjeras como la principal causa.
Pese al pesimismo reinante, sin embargo, el mundo no está preparado para prescindir del vapuleado dólar. A pesar de sus fallas, el dólar sigue siendo el lenguaje común de las finanzas y el medio predilecto de intercambio de todo tipo de cosas, desde el azúcar al trigo y el petróleo. Esa demanda por el dólar como
- la divisa dominante del comercio internacional y
- de las reservas de los bancos centrales
aumenta su valor. Destronar al dólar requerirá una enorme reorganización del sistema financiero mundial que pocas partes parecen preparadas a enfrentar.
Es difícil predecir si el dólar continuará declinando. Si lo hace, sin embargo, las empresas y las autoridades de todo el mundo enfrentarán durante muchos años los problemas creados por su dependencia de la divisa verde.
La debilidad del dólar, por ejemplo, agrega una presión alcista sobre los precios de las materias primas. La amplia mayoría de ellas se negocia en dólares y ahora su precio se está disparando. Los commodities se han abaratado para los compradores que cuentan con otras divisas, impulsando la demanda.
Un dólar más débil también significa que las reservas de muchos bancos centrales están perdiendo valor, un dilema que no tiene fácil solución.
El dólar está involucrado en el 86% de los US$ 3,2 billones (millones de millones) de transacciones diarias de divisas en el mundo, a menudo como paso intermedio en el intercambio de otras dos divisas, según el Banco Internacional de Pagos. Aunque esto constituye un descenso con relación al 90% que representaba en 2001, ninguna divisa se le acerca.
Casi dos terceras partes de las reservas de los bancos centrales del mundo están denominadas en dólares, a pesar del temor de que se produzca un éxodo masivo de la divisa.
El euro representa alrededor de una cuarta parte, un alza del 18% frente a 1999, cuando se introdujo, pero menos que la participación de sus divisas predecesoras en 1995.
Debido a que EE.UU. es un socio comercial tan importante para tantos países, no es fácil diversificar las reservas de los bancos centrales.
Rey del comercio
El dólar también está profundamente arraigado en el comercio. Las empresas reducen sus costos de transacción al usar una divisa común. Más del 80% de las exportaciones de Indonesia, Tailandia y Pakistán, por ejemplo, se facturan en dólares, según las últimas cifras disponibles del Banco Central Europeo, aunque menos de una cuarta parte de sus exportaciones van a parar a EE.UU.
Para los países con una fuerte dependencia de las exportaciones de materias primas como el petróleo, las cifras pueden ser incluso más altas. Casi el 100% de las exportaciones de Argelia se facturan en dólares, aunque sólo el 27% van a EE.UU.
"No existe una arquitectura financiera global para suplantar al dólar como la moneda de reserva del mundo", dice Joseph Quinlan, principal estratega de mercado para Bank of America.
Un dólar débil ayuda a las exportaciones estadounidenses al abaratar sus costos en el extranjero, lo cual puede reducir el déficit comercial estadounidense. De esta manera, el Departamento del Tesoro, aunque oficialmente apoya un dólar fuerte, aún no ha protestado por su descenso paulatino.
Las exportaciones estadounidenses de bienes y servicios han promediado un aumento del 8% anual durante los cuatro últimos años, más rápido que el crecimiento de 7% registrado en los 90, una diferencia cuyo valor superaría los US$ 17.000 millones al año de persistir.
Un dólar barato también añade presión al alza sobre los precios de las importaciones, un factor que complica la lucha de la Reserva Federal contra la inflación.
Los exportadores de otros países, quienes con frecuencia prefieren mantener los precios estables en dólares que perder ventas, a menudo soportan parte de la carga de la caída de la divisa y reducen su impacto inflacionario en EE.UU.
George Soros, el reconocido especulador financiero, sugirió en enero durante el Foro Económico de Davos, que la crisis de crédito por la que atraviesa EE.UU. dañaría el estatus del dólar en la economía global. "Se trata, básicamente, del fin de un período de 60 años de una continua expansión del crédito basada en el dólar como moneda de reserva", aseveró.
Por su parte, algunos de los rivales geopolíticos de EE.UU. están tratando de romper la dependencia del dólar. Rusia, por ejemplo, está creando un mercado de commodities en el que los contratos futuros de petróleo, así como otros productos, serán denominados en rublos.
Pero para otros es más difícil.
Hoy, Brasil exporta cerca de 20 millones de toneladas de azúcar al año, lo que representa cerca del 40% de las exportaciones mundiales de azúcar. Apenas el 1% de las exportaciones brasileñas se dirige a EE.UU., debido a los aranceles que este país impone. Sin embargo, el comercio de azúcar se sigue llevando a cabo en dólares. "Simplemente exportamos en dólares", explica Felipe Vicchiato, ejecutivo para las relaciones con los inversionistas de Grupo São Martinho, que vende azúcar desde Rusia a Dubai.
Vicchiato agrega que su empresa no considera cambiar de moneda. "Los precios de los commodities en las bolsas están en dólares y nuestro producto se cotiza en dólares", afirma. "Cuando le vendo a mis clientes, quieren pagar en dólares. No tenemos otra alternativa."
Craig Karminy - Joanna Slater - "La Nación" - "Wall Sreet Journal - Buenos Aires - 29-Feb-2008
viernes, 29 de febrero de 2008
Ser un Capitán ....
El tripulante de un pesquero muere al caer al mar a 20 millas de A Coruña.
El marinero de 37 años Fernando Suárez Espasandín, tripulante del arrastrero coruñés "Playa los Quebrantos" es la decimoséptima víctima mortal que registra la costa gallega en lo que va de año.
El marinero falleció en la madrugada del jueves, cuando el buque en el que faenaba se encontraba pescando a unas 20 millas de A Coruña.
El marinero, natural de la localidad coruñesa de Ponteceso y vecino de Arteixo, largaba los aparejos de pesca con la ayuda de sus compañeros cuando un cable se rompió y provocó que se cayese al mar. "El marinero estaba echando las puertas de las redes al mar cuando se rompió un cable, lo que hizo que cayesen y arrastrasen con ellas al fallecido", explicó el hijo del armador del buque, Manuel Cancela.
"El golpe al romperse el cable fue muy fuerte y el resto de marineros consiguieron apartarse. A mi marido, que estaba justo detrás de él, casi lo arrastra también, pero escuchó el ruído, se apartó y, de milagro, logró salvarse", explicaba conmocionada , la mujer de otro tripulante.
Tras la caída del pescador, la tripulación echó al agua varios salvavidas y el patrón del barco se arrojó al mar para rescatarlo. Tras más de diez minutos en el agua, logró localizarlo e izarlo a bordo con la ayuda de los demás tripulantes.
"Era muy difícil el rescate porque era de noche. Debió estar en el mar 10 minutos o así, tragaría agua y por eso se debió ahogar. No sé muy bien lo que pasó porque yo estaba en la máquina", explicó el maquinista.
"Era muy difícil el rescate porque era de noche. Debió estar en el mar 10 minutos o así, tragaría agua y por eso se debió ahogar. No sé muy bien lo que pasó porque yo estaba en la máquina", explicó el maquinista.
A pesar del esfuerzo de sus compañeros, cuando Suárez Espasandín llegó a la cubierta de la embarcación no parecía tener síntomas de vida y así lo transmitieron a los servicios de salvamento.
El helicóptero Helimer Galicia tuvo que recoger un desfribilador antes de acudir al rescate. Tras evacuar al marinero, éste falleció camino del aeropuerto de A Coruña.
Antón Luaces - "Faro de Vigo" - Vigo - 29-Feb-2008
jueves, 28 de febrero de 2008
Rusia, el miedo como factor de cohesión social
Este gran país celebrará elecciones el domingo. El resultado es previsible. A favor de Putin y los suyos actúan los silencios cómplices, los asesinatos no aclarados y la angustia del ciudadano solo e indefenso.
Rusia emprendió un arduo camino al desintegrarse la URSS. En el trayecto jalonado de turbulencias para liberarse del imperio patriarcal y superar los traumas infligidos por los fanáticos sacerdotes locales del comunismo, siempre creí encontrar elementos que afirmaban el progreso.
No todos los sucesos y personas con las que identifiqué el avance hacia la democracia y la modernización estuvieron a la altura de las esperanzas que generaron, pero parecía existir una luz al final del túnel de la transición.
Hoy, sin embargo, resulta cada vez más difícil divisar esa luz. Siento no poder ser optimista. Hablando con propiedad y de acuerdo con el espíritu de su propia Constitución, en Rusia se ha producido una usurpación del poder. Esto nada tiene que ver con que una mayoría apoye a Dmitri Medvédev en las urnas en el trámite seudoelectoral del próximo 2 de marzo.
Ocurriría también con gran certeza sin necesidad de amordazar a la débil oposición, dado el carácter religioso del vínculo entre autoridad y sociedad en Rusia.
La usurpación del poder viene de haber transgredido la esencia de la democracia: la posibilidad de elegir.
La clase dirigente (Vladímir Putin y sus allegados de los órganos de seguridad y la alcaldía de San Petersburgo, comenzando con Medvédev) no ha estado nunca dispuesta a admitir un desafío real a sus sillones en el Kremlin, por mínimo que éste fuera. Su miedo es tal que combate adversarios fantasmales como Don Quijote los molinos de viento.
Los dirigentes rusos tienden a presentarse como salvadores de un país expuesto a grandes peligros, pero sus motivos para enquistarse en el poder son más prosaicos, como indican los lucrativos negocios de los amigos de Putin, gente como Yuri Kovalchuk o Román Abramóvich, y las opacas transacciones de grandes empresas estatales como Gazprom.
El elemento de cohesión del sistema político dirigido por Putin no es el bienestar generado por los precios de los hidrocarburos y las materias primas, que existe y es compartido en proporciones diversas por distintos grupos sociales. El lazo fundamental entre las personas interdependientes que posibilitan este régimen es el miedo:
- los maestros temen a los directores de escuela, que exigen presionar a los padres de los alumnos para que voten.
- Los funcionarios y los medios de comunicación locales temen al gobernador,
- que a su vez teme ser cesado por el Kremlin, donde convergen los miedos de los directores de las televisiones centrales, los jueces, los miembros de las comisiones electorales, los jefes de registros de asociaciones y partidos y muchos otros.
Los marginales del sistema y la oposición extraparlamentaria están por definición libres de ese miedo específico que es el entramado de la nueva-vieja nomenklatura. Ésa es su principal ventaja y quién sabe si también una de las claves para volver a divisar la luz al final del túnel.
Dmitri Medvédev, el delfín de Putin, repitió la palabra "libertad" en su discurso programático del 15 de febrero en Krasnoyarsk. Sin embargo, las palabras en Rusia están devaluadas y nada significan si no van acompañadas de realidades, y ojalá lo vayan, algo que Medvédev tendrá que demostrar.
- ¿Quién se acuerda hoy de las numerosas campañas de lucha contra la corrupción? En la época de Putin, Rusia se ha deslizado desde el puesto 82 del año 2000 al 143 en la lista de países según su honestidad elaborada por Transparency Internacional.
Las grandes empresas estatales son hoy incontrolables y las instituciones responsables de vigilarlas -como el comité antimonopolio- se inhiben de sus funciones en el caso de Gazprom.
- ¿Qué confianza inspira la justicia, cuando los jueces cumplen directrices del Kremlin o se orientan hacia lo que creen que desea la Administración presidencial, cuando la ley es utilizada de forma selectiva para eliminar al adversario, como el empresario petrolero Mijaíl Jodorkovski?
- ¿Y qué decir de los asesinatos impunes de periodistas como Anna Politkóvskaya y otros menos conocidos, de funcionarios y policías, ametrallados por cumplir con su deber?
Dos hombres sin miedo, el ex viceprimer ministro Borís Nemtsov y el viceministro de energía Vladímir Mílov, han desmontado con cifras la propaganda sobre los buenos resultados económicos del régimen en un documentado informe. "Putin estaba obligado a utilizar las colosales posibilidades abiertas por los elevados precios mundiales del petróleo para
- modernizar el país,
- realizar las reformas económicas,
- crear un Ejército moderno y
- un sistema de salud y pensiones,
pero no lo hizo.
El Ejército, el sistema de pensiones, la sanidad, la enseñanza media y las carreteras se degradaron con Putin", afirman.
En Rusia la peor inflación no es la del coste de la vida (11,9% oficialmente en 2007), sino la inflación verbal. Tras la palabra "libertad" pronunciada por Medvédev, o el lema "dictadura de la ley", repetido por Putin, está la red subterránea de miedos.
El discurso oficial afirma que Rusia es un país que ya no está "de rodillas", que se hace respetar y que ha reducido el número de pobres del 29% al 16% de la sociedad, pero el Kremlin respira miedo,
- miedo a las preguntas sencillas,
- miedo a los debates y
- miedo a las responsabilidades básicas.
El miedo es inculcado desde la misma Administración presidencial con una mezcla sutil de amenazas y advertencias. El fantasma de Stalin no se ha disuelto y el funcionariado recupera de forma natural los hábitos de autoprotección desarrollados en la época del terror.
En privado, personas integradas en el sistema confiesan miedos escalofriantes. "Usted tiene hijos, ¿verdad?". La pregunta, formulada cortésmente, estremece a más de un valiente hoy en Rusia.
La dimensión siniestra no es patrimonio exclusivo de Rusia y existe en otros países europeos, pero en el caso ruso se caracteriza por estar visiblemente en alza. Por dimensión siniestra entiendo
- delictivos silencios cómplices,
- asesinatos no aclarados,
- investigaciones contra altos cargos no iniciadas o sobreseídas por motivos políticos y económicos,
- incumplimiento de los deberes institucionales y, en definitiva,
- la angustia del ciudadano solo e indefenso ante la violencia.
La verdadera señal de cambio en Rusia no será la reducción de los impuestos, sino la reducción de esa dimensión siniestra.
El régimen no apisona sin dar una oportunidad. Los políticos más críticos han tenido la opción de callar, integrarse en Rusia Unida o marginarse. Los liberales de los noventa están divididos, unos esperan que Medvédev emprenda un curso reformista y les pida ayuda. Otros han pasado a la oposición.
El equipo en el poder levanta construcciones ideológicas a la medida de sus propias capacidades y, sobre todo, a la medida de su deformación profesional.
Los veteranos de los servicios de seguridad se inventan un país que justifica su intervención policial y autoritaria y ofrecen una versión simplificada y primitiva de Rusia.
Desde su punto de vista, Rusia es un preciado objeto a custodiar contra enemigos externos. Los ideólogos del régimen rehúyen el tan necesario debate en profundidad sobre la historia rusa y prefieren sus propias mezclas:
- varias latas de Stalin,
- unas gotas de Iván el Terrible,
- una dosis de Bizancio y
- algunos ingredientes rancios del supermercado cultural.
Los resultados son "frankesteins históricos" que a veces asustan a sus creadores.
Puestas así las cosas, la camarilla que hoy gobierna Rusia carece de un control externo. El partido Rusia Unida no puede asumir esta función -al menos por el momento- por haber sido creado por el Kremlin para refrendar sus propias decisiones.
Para Occidente, Rusia es un vecino complicado. Ignorarla es imposible. Tiene recursos y armas atómicas y está unida a nosotros como un hermano siamés, aunque sea un siamés muy grande. Compartimos órganos vitales y dormimos en la misma cama.
El problema es cómo armonizar hábitos para que el grandote con problemas de personalidad no asuste al otro cuando juega con cerillas por las noches.
La relación con Rusia exige a Occidente un mayor rigor intelectual también consigo mismo e intransigencia ante el incumplimiento de la ley.
Occidente no es el tutor de Rusia, pero tiene que saber dar ejemplo. A Rusia hay que
- tratarla con seriedad,
- exigirle que cumpla los compromisos adquiridos (Consejo de Europa, Tribunal de Estrasburgo) e
- involucrarla en todas las instituciones que impliquen normas supranacionales.
PILAR BONET - "ABC" - Madrid - 28-Feb-2008
Rusia emprendió un arduo camino al desintegrarse la URSS. En el trayecto jalonado de turbulencias para liberarse del imperio patriarcal y superar los traumas infligidos por los fanáticos sacerdotes locales del comunismo, siempre creí encontrar elementos que afirmaban el progreso.
No todos los sucesos y personas con las que identifiqué el avance hacia la democracia y la modernización estuvieron a la altura de las esperanzas que generaron, pero parecía existir una luz al final del túnel de la transición.
Hoy, sin embargo, resulta cada vez más difícil divisar esa luz. Siento no poder ser optimista. Hablando con propiedad y de acuerdo con el espíritu de su propia Constitución, en Rusia se ha producido una usurpación del poder. Esto nada tiene que ver con que una mayoría apoye a Dmitri Medvédev en las urnas en el trámite seudoelectoral del próximo 2 de marzo.
Ocurriría también con gran certeza sin necesidad de amordazar a la débil oposición, dado el carácter religioso del vínculo entre autoridad y sociedad en Rusia.
La usurpación del poder viene de haber transgredido la esencia de la democracia: la posibilidad de elegir.
La clase dirigente (Vladímir Putin y sus allegados de los órganos de seguridad y la alcaldía de San Petersburgo, comenzando con Medvédev) no ha estado nunca dispuesta a admitir un desafío real a sus sillones en el Kremlin, por mínimo que éste fuera. Su miedo es tal que combate adversarios fantasmales como Don Quijote los molinos de viento.
Los dirigentes rusos tienden a presentarse como salvadores de un país expuesto a grandes peligros, pero sus motivos para enquistarse en el poder son más prosaicos, como indican los lucrativos negocios de los amigos de Putin, gente como Yuri Kovalchuk o Román Abramóvich, y las opacas transacciones de grandes empresas estatales como Gazprom.
El elemento de cohesión del sistema político dirigido por Putin no es el bienestar generado por los precios de los hidrocarburos y las materias primas, que existe y es compartido en proporciones diversas por distintos grupos sociales. El lazo fundamental entre las personas interdependientes que posibilitan este régimen es el miedo:
- los maestros temen a los directores de escuela, que exigen presionar a los padres de los alumnos para que voten.
- Los funcionarios y los medios de comunicación locales temen al gobernador,
- que a su vez teme ser cesado por el Kremlin, donde convergen los miedos de los directores de las televisiones centrales, los jueces, los miembros de las comisiones electorales, los jefes de registros de asociaciones y partidos y muchos otros.
Los marginales del sistema y la oposición extraparlamentaria están por definición libres de ese miedo específico que es el entramado de la nueva-vieja nomenklatura. Ésa es su principal ventaja y quién sabe si también una de las claves para volver a divisar la luz al final del túnel.
Dmitri Medvédev, el delfín de Putin, repitió la palabra "libertad" en su discurso programático del 15 de febrero en Krasnoyarsk. Sin embargo, las palabras en Rusia están devaluadas y nada significan si no van acompañadas de realidades, y ojalá lo vayan, algo que Medvédev tendrá que demostrar.
- ¿Quién se acuerda hoy de las numerosas campañas de lucha contra la corrupción? En la época de Putin, Rusia se ha deslizado desde el puesto 82 del año 2000 al 143 en la lista de países según su honestidad elaborada por Transparency Internacional.
Las grandes empresas estatales son hoy incontrolables y las instituciones responsables de vigilarlas -como el comité antimonopolio- se inhiben de sus funciones en el caso de Gazprom.
- ¿Qué confianza inspira la justicia, cuando los jueces cumplen directrices del Kremlin o se orientan hacia lo que creen que desea la Administración presidencial, cuando la ley es utilizada de forma selectiva para eliminar al adversario, como el empresario petrolero Mijaíl Jodorkovski?
- ¿Y qué decir de los asesinatos impunes de periodistas como Anna Politkóvskaya y otros menos conocidos, de funcionarios y policías, ametrallados por cumplir con su deber?
Dos hombres sin miedo, el ex viceprimer ministro Borís Nemtsov y el viceministro de energía Vladímir Mílov, han desmontado con cifras la propaganda sobre los buenos resultados económicos del régimen en un documentado informe. "Putin estaba obligado a utilizar las colosales posibilidades abiertas por los elevados precios mundiales del petróleo para
- modernizar el país,
- realizar las reformas económicas,
- crear un Ejército moderno y
- un sistema de salud y pensiones,
pero no lo hizo.
El Ejército, el sistema de pensiones, la sanidad, la enseñanza media y las carreteras se degradaron con Putin", afirman.
En Rusia la peor inflación no es la del coste de la vida (11,9% oficialmente en 2007), sino la inflación verbal. Tras la palabra "libertad" pronunciada por Medvédev, o el lema "dictadura de la ley", repetido por Putin, está la red subterránea de miedos.
El discurso oficial afirma que Rusia es un país que ya no está "de rodillas", que se hace respetar y que ha reducido el número de pobres del 29% al 16% de la sociedad, pero el Kremlin respira miedo,
- miedo a las preguntas sencillas,
- miedo a los debates y
- miedo a las responsabilidades básicas.
El miedo es inculcado desde la misma Administración presidencial con una mezcla sutil de amenazas y advertencias. El fantasma de Stalin no se ha disuelto y el funcionariado recupera de forma natural los hábitos de autoprotección desarrollados en la época del terror.
En privado, personas integradas en el sistema confiesan miedos escalofriantes. "Usted tiene hijos, ¿verdad?". La pregunta, formulada cortésmente, estremece a más de un valiente hoy en Rusia.
La dimensión siniestra no es patrimonio exclusivo de Rusia y existe en otros países europeos, pero en el caso ruso se caracteriza por estar visiblemente en alza. Por dimensión siniestra entiendo
- delictivos silencios cómplices,
- asesinatos no aclarados,
- investigaciones contra altos cargos no iniciadas o sobreseídas por motivos políticos y económicos,
- incumplimiento de los deberes institucionales y, en definitiva,
- la angustia del ciudadano solo e indefenso ante la violencia.
La verdadera señal de cambio en Rusia no será la reducción de los impuestos, sino la reducción de esa dimensión siniestra.
El régimen no apisona sin dar una oportunidad. Los políticos más críticos han tenido la opción de callar, integrarse en Rusia Unida o marginarse. Los liberales de los noventa están divididos, unos esperan que Medvédev emprenda un curso reformista y les pida ayuda. Otros han pasado a la oposición.
El equipo en el poder levanta construcciones ideológicas a la medida de sus propias capacidades y, sobre todo, a la medida de su deformación profesional.
Los veteranos de los servicios de seguridad se inventan un país que justifica su intervención policial y autoritaria y ofrecen una versión simplificada y primitiva de Rusia.
Desde su punto de vista, Rusia es un preciado objeto a custodiar contra enemigos externos. Los ideólogos del régimen rehúyen el tan necesario debate en profundidad sobre la historia rusa y prefieren sus propias mezclas:
- varias latas de Stalin,
- unas gotas de Iván el Terrible,
- una dosis de Bizancio y
- algunos ingredientes rancios del supermercado cultural.
Los resultados son "frankesteins históricos" que a veces asustan a sus creadores.
Puestas así las cosas, la camarilla que hoy gobierna Rusia carece de un control externo. El partido Rusia Unida no puede asumir esta función -al menos por el momento- por haber sido creado por el Kremlin para refrendar sus propias decisiones.
Para Occidente, Rusia es un vecino complicado. Ignorarla es imposible. Tiene recursos y armas atómicas y está unida a nosotros como un hermano siamés, aunque sea un siamés muy grande. Compartimos órganos vitales y dormimos en la misma cama.
El problema es cómo armonizar hábitos para que el grandote con problemas de personalidad no asuste al otro cuando juega con cerillas por las noches.
La relación con Rusia exige a Occidente un mayor rigor intelectual también consigo mismo e intransigencia ante el incumplimiento de la ley.
Occidente no es el tutor de Rusia, pero tiene que saber dar ejemplo. A Rusia hay que
- tratarla con seriedad,
- exigirle que cumpla los compromisos adquiridos (Consejo de Europa, Tribunal de Estrasburgo) e
- involucrarla en todas las instituciones que impliquen normas supranacionales.
PILAR BONET - "ABC" - Madrid - 28-Feb-2008
Cosas "de mujeres"
Los políticos hicieron la ley, y por consenso: rara avis donde las haya de la Legislatura que ahora acaba. Hacía falta una ley integral, nos dijeron, el problema era que no teníamos una ley integral contra la violencia de género; y la hicieron. Pero, se quedaron ahí. Sí, tenemos una ley integral, y muy buena; pero el dinero para hacerla cumplir sigue sin llegar.
Las mujeres siguen muriendo en nuestro país como antes, o más, la violencia machista sigue matando en este país como antes, o más, porque, sin recursos, las leyes son papel mojado.
Las mujeres que denuncian, las que no, con órdenes de alejamiento, sin ellas, y sean inmigrantes o españolas, siguen muriendo -y sus asesinos, parejas o ex parejas, matando- tanto o más que antes de que todos los grupos políticos aprobasen por unanimidad la ley integral que se supone que iba a paliar al menos esta sangría, porque para los políticos las mujeres -digámoslo de una santa vez con todas las letras- no somos "una prioridad. Es una ley muy cara, dicen ahora. ¿Más que la lucha contra ETA, por ejemplo?
Si en vez de cuatro mujeres asesinadas por el terrorismo machista en un solo día estuviésemos hablando de cuatro políticos asesinados por la banda terrorista ETA en un solo día, se habría parado el país, y no se repararía en gastos para extender la red de escoltas.
Si entre 2000 y 2007 ETA hubiera matado a 509 personas, el gobierno no tendría donde esconderse, y la oposición estaría pidiendo a voces que dimitiese por ineficaz. Pero esas 509 personas son 509 mujeres, y no las ha matado ETA sino el machismo.
El terrorismo de ETA es una prioridad, el terrorismo de género, no; esta es la diferencia. Y que nadie me salga con el cuento de que me ha dado un ataque de feminismo, por favor. Falta conciencia social, oímos, y es verdad. El dato del CIS de noviembre resulta sobrecogedor: en este país nuestro tan moderno, la violencia de género sólo es un problema "grave" para el 3 % de la población.
Cosas "de mujeres", vamos. ¿Sería otro el dato si la voluntad y el compromiso de los políticos contra el terrorismo de género le llegase a los talones a su compromiso y su voluntad de acabar con ETA? Seguro que sí. Tan seguro como que nadie se atrevería a decir que cumplir la ley es muy caro.
Tan seguro como saldrían policías de debajo de las piedras para hacer cumplir las órdenes de alejamiento.
Tan seguro como que la mayoría de esas 509 mujeres muertas en estos siete años -si no todas- estarían vivas.
Consuelo Sánchez-Vicente - "Faro de Vigo" - Vigo - 28-Feb-2008
Las mujeres siguen muriendo en nuestro país como antes, o más, la violencia machista sigue matando en este país como antes, o más, porque, sin recursos, las leyes son papel mojado.
Las mujeres que denuncian, las que no, con órdenes de alejamiento, sin ellas, y sean inmigrantes o españolas, siguen muriendo -y sus asesinos, parejas o ex parejas, matando- tanto o más que antes de que todos los grupos políticos aprobasen por unanimidad la ley integral que se supone que iba a paliar al menos esta sangría, porque para los políticos las mujeres -digámoslo de una santa vez con todas las letras- no somos "una prioridad. Es una ley muy cara, dicen ahora. ¿Más que la lucha contra ETA, por ejemplo?
Si en vez de cuatro mujeres asesinadas por el terrorismo machista en un solo día estuviésemos hablando de cuatro políticos asesinados por la banda terrorista ETA en un solo día, se habría parado el país, y no se repararía en gastos para extender la red de escoltas.
Si entre 2000 y 2007 ETA hubiera matado a 509 personas, el gobierno no tendría donde esconderse, y la oposición estaría pidiendo a voces que dimitiese por ineficaz. Pero esas 509 personas son 509 mujeres, y no las ha matado ETA sino el machismo.
El terrorismo de ETA es una prioridad, el terrorismo de género, no; esta es la diferencia. Y que nadie me salga con el cuento de que me ha dado un ataque de feminismo, por favor. Falta conciencia social, oímos, y es verdad. El dato del CIS de noviembre resulta sobrecogedor: en este país nuestro tan moderno, la violencia de género sólo es un problema "grave" para el 3 % de la población.
Cosas "de mujeres", vamos. ¿Sería otro el dato si la voluntad y el compromiso de los políticos contra el terrorismo de género le llegase a los talones a su compromiso y su voluntad de acabar con ETA? Seguro que sí. Tan seguro como que nadie se atrevería a decir que cumplir la ley es muy caro.
Tan seguro como saldrían policías de debajo de las piedras para hacer cumplir las órdenes de alejamiento.
Tan seguro como que la mayoría de esas 509 mujeres muertas en estos siete años -si no todas- estarían vivas.
Consuelo Sánchez-Vicente - "Faro de Vigo" - Vigo - 28-Feb-2008
lunes, 25 de febrero de 2008
Destrucción creativa: El capitalismo no está en crisis
EL crecimiento estadounidense se ralentiza: ¿es ésta una crisis estadounidense o es la crisis del capitalismo?
En la izquierda europea, los que se adaptan mal a los éxitos de la economía de mercado siguen esperando, en su fuero interno, una gran ruptura revolucionaria.
¿Y si Marx, en el fondo, tenía razón? Incluso en Estados Unidos, la izquierda en campaña electoral acoge esta «crisis» con cierto júbilo; le es indispensable que con George W. Bush todo vaya mal, sobre todo cuando Irak va mejor.
Para los medios de comunicación, que en todo el mundo adoran las catástrofes, para los analistas cuyo anticapitalismo y antiamericanismo constituyen un fondo de comercio, la ralentización estadounidense es también un chollo. Más allá de este revoltijo ideológico, intentemos volver de nuevo al principio de realidad y distinguir lo que la ciencia económica nos enseña claramente.
En primer lugar, y nos guste o no, el sistema capitalista -debería más bien llamársele economía libre- se ha vuelto infranqueable para nuestra época. Obviamente, este sistema es imperfecto porque refleja la naturaleza humana, muy imperfecta en sí misma.
Pero la economía de mercado ha demostrado su eficacia superior contra los incendios del sistema comunista y sus derivados que, entre 1960 y 1990, causaron estragos en tantos países pobres.
Se recordará que, desde la universalización de la economía libre, el planeta se desarrolla a un ritmo medio anual del 5 por ciento. Esta cifra no es abstracta: la economía libre ha aproximado Europa Central a Europa Occidental, y, en estos últimos veinte años, ha sacado a 800 millones de personas de la pobreza absoluta en India, en China y en Brasil.
Que el crecimiento de Estados Unidos se ralentice en un uno por ciento o en un dos por ciento es importante, pero hay que saber relativizar lo que no es más que un sobresalto coyuntural en la escena mundial.
Es verdad que se debe conceder una importancia especial al crecimiento estadounidense porque, a pesar de la retórica recurrente sobre su decadencia, Estados Unidos sigue siendo la locomotora del crecimiento mundial:
- la innovación en Estados Unidos,
- así como el consumo y
- el ahorro de los estadounidenses,
determinan el dinamismo de Europa, de China o de Brasil.
¿Se le reprochará esto a Estados Unidos? ¿O a Europa, cuyo mercado no siempre está unificado y donde un exceso de Estado siempre asfixia la innovación?
¿Está realmente enferma esta economía estadounidense, cuya salud, buena o mala, es tan contagiosa?
Un análisis justo de la situación económica debe basarse en la distinción esencial entre la tendencia de fondo y la coyuntura.
La tendencia estadounidense que, desde hace un siglo, determina la tendencia mundial es del orden de un tres por ciento anual: gracias a la tendencia de fondo, la riqueza estadounidense se mantiene en un tercio de la riqueza mundial, a pesar del auge de China, Europa o India. La perturbación actual no parece encaminada a afectar a la tendencia de fondo, porque ésta se apoya en unas ventajas fundamentales:
- el liderazgo de la innovación,
- la seguridad jurídica de las inversiones,
- un sistema fiscal favorable a la creación de empresas y
- el dólar como moneda de las reservas.
Estas ventajas fundamentales siguen siendo estables y no tienen competencia. A esta tendencia histórica se incorporan fluctuaciones que no son crisis. Una crisis afecta al sistema en sí mismo; así ocurrió en 1930. Pero una fluctuación en el sistema no es una crisis.
En el siglo XX, Estados Unidos sufrió dos crisis auténticas:
- en 1930, porque el Banco Central de Estados Unidos cometió el error de suspender el crédito.
- En 1973, porque Jimmy Carter aplicó la errónea teoría keynesiana de reactivación por medio de la demanda y no hizo más que generar inflación y desempleo.
Pero desde hace 35 años, las fluctuaciones ya no han degenerado nunca en crisis: los gobiernos estadounidenses (demócratas y republicanos) aprendieron de sus errores pasados. Desde entonces, el Banco Federal cumple con su función alimentando las demandas de crédito, pero no demasiado, de forma que no provoca inflación.
Por su parte, el Congreso concede algunas rebajas de impuestos, cuyo objetivo principal es calmar a la inquieta opinión pública.
La experiencia y la ciencia económica nos enseñan que la mejor manera de librarse de una crisis exige no intervenir demasiado y dejar que el mercado purgue sus excesos.
¿Qué excesos?
Cualquier economía de mercado está basada en el principio que se conoce como destrucción creativa: los empresarios innovan, pero no todas las innovaciones, técnicas o financieras, son coronadas por el éxito. Se comprobó en el año 2000, con la burbuja de internet.
Actualmente, asistimos a otra depuración: el mercado selecciona entre las innovaciones financieras útiles para el progreso económico y otras que no lo son. Si bien es probable que el pánico actual en los mercados haya estado provocado por una mala gestión de los créditos inmobiliarios, en Estados Unidos y en otros países, no se debe llegar a la conclusión de que el capitalismo financiero y la creación de nuevos instrumentos, llamados derivados, son un error.
La complejidad creciente de los mercados financieros permite repartir un número mayor de riesgos entre un número mayor de inversores; gracias a esta distribución de los riesgos, un número mayor de empresarios puede aventurarse a realizar un número mayor de innovaciones. Los errores serán corregidos por el propio mercado.
Al final de esta destrucción creativa, algunas empresas desaparecerán, otras nacerán, se desplazarán algunos empleos y el crecimiento volverá a encontrar el ritmo adecuado.
Este ciclo cruel resulta atemorizador: explicar que, a la larga, es en general positivo, no tranquiliza a los individuos directamente afectados. Pero en los momentos difíciles es cuando conviene defender la economía de mercado e ilustrar sus principios.
En períodos de fluctuación, corresponde a los periodistas, a los políticos y a los expertos explicar la realidad en lugar de sembrar el pánico. Así pues, no debería llamarse recesión a lo que es una ralentización del crecimiento.
¿Quiere decir esto que el Estado es inútil para el buen funcionamiento del capitalismo?
Ciertamente no: donde no hay Estado, el capitalismo no funciona. El Estado es el garante de las reglas del juego y el asegurador de último recurso. Especialmente en la tradición europea, es indispensable que las políticas públicas faciliten las reconversiones de un oficio en otro o de una empresa en otra. Pero cuando el Estado se opone a la destrucción creativa, se vuelve peligroso. En el siglo XX, todas las crisis económicas auténticas,
- el estancamiento,
- la inflación y
- el desempleo masivo
fueron originados por Gobiernos incoherentes. No hay crecimiento sin Estado, pero los Estados por sí mismos son capaces de destrozar el crecimiento: en todas las naciones, el progreso avanza por este camino tan estrecho.
GUY SORMAN - "ABC" - Madrid - 25-Feb-2008
En la izquierda europea, los que se adaptan mal a los éxitos de la economía de mercado siguen esperando, en su fuero interno, una gran ruptura revolucionaria.
¿Y si Marx, en el fondo, tenía razón? Incluso en Estados Unidos, la izquierda en campaña electoral acoge esta «crisis» con cierto júbilo; le es indispensable que con George W. Bush todo vaya mal, sobre todo cuando Irak va mejor.
Para los medios de comunicación, que en todo el mundo adoran las catástrofes, para los analistas cuyo anticapitalismo y antiamericanismo constituyen un fondo de comercio, la ralentización estadounidense es también un chollo. Más allá de este revoltijo ideológico, intentemos volver de nuevo al principio de realidad y distinguir lo que la ciencia económica nos enseña claramente.
En primer lugar, y nos guste o no, el sistema capitalista -debería más bien llamársele economía libre- se ha vuelto infranqueable para nuestra época. Obviamente, este sistema es imperfecto porque refleja la naturaleza humana, muy imperfecta en sí misma.
Pero la economía de mercado ha demostrado su eficacia superior contra los incendios del sistema comunista y sus derivados que, entre 1960 y 1990, causaron estragos en tantos países pobres.
Se recordará que, desde la universalización de la economía libre, el planeta se desarrolla a un ritmo medio anual del 5 por ciento. Esta cifra no es abstracta: la economía libre ha aproximado Europa Central a Europa Occidental, y, en estos últimos veinte años, ha sacado a 800 millones de personas de la pobreza absoluta en India, en China y en Brasil.
Que el crecimiento de Estados Unidos se ralentice en un uno por ciento o en un dos por ciento es importante, pero hay que saber relativizar lo que no es más que un sobresalto coyuntural en la escena mundial.
Es verdad que se debe conceder una importancia especial al crecimiento estadounidense porque, a pesar de la retórica recurrente sobre su decadencia, Estados Unidos sigue siendo la locomotora del crecimiento mundial:
- la innovación en Estados Unidos,
- así como el consumo y
- el ahorro de los estadounidenses,
determinan el dinamismo de Europa, de China o de Brasil.
¿Se le reprochará esto a Estados Unidos? ¿O a Europa, cuyo mercado no siempre está unificado y donde un exceso de Estado siempre asfixia la innovación?
¿Está realmente enferma esta economía estadounidense, cuya salud, buena o mala, es tan contagiosa?
Un análisis justo de la situación económica debe basarse en la distinción esencial entre la tendencia de fondo y la coyuntura.
La tendencia estadounidense que, desde hace un siglo, determina la tendencia mundial es del orden de un tres por ciento anual: gracias a la tendencia de fondo, la riqueza estadounidense se mantiene en un tercio de la riqueza mundial, a pesar del auge de China, Europa o India. La perturbación actual no parece encaminada a afectar a la tendencia de fondo, porque ésta se apoya en unas ventajas fundamentales:
- el liderazgo de la innovación,
- la seguridad jurídica de las inversiones,
- un sistema fiscal favorable a la creación de empresas y
- el dólar como moneda de las reservas.
Estas ventajas fundamentales siguen siendo estables y no tienen competencia. A esta tendencia histórica se incorporan fluctuaciones que no son crisis. Una crisis afecta al sistema en sí mismo; así ocurrió en 1930. Pero una fluctuación en el sistema no es una crisis.
En el siglo XX, Estados Unidos sufrió dos crisis auténticas:
- en 1930, porque el Banco Central de Estados Unidos cometió el error de suspender el crédito.
- En 1973, porque Jimmy Carter aplicó la errónea teoría keynesiana de reactivación por medio de la demanda y no hizo más que generar inflación y desempleo.
Pero desde hace 35 años, las fluctuaciones ya no han degenerado nunca en crisis: los gobiernos estadounidenses (demócratas y republicanos) aprendieron de sus errores pasados. Desde entonces, el Banco Federal cumple con su función alimentando las demandas de crédito, pero no demasiado, de forma que no provoca inflación.
Por su parte, el Congreso concede algunas rebajas de impuestos, cuyo objetivo principal es calmar a la inquieta opinión pública.
La experiencia y la ciencia económica nos enseñan que la mejor manera de librarse de una crisis exige no intervenir demasiado y dejar que el mercado purgue sus excesos.
¿Qué excesos?
Cualquier economía de mercado está basada en el principio que se conoce como destrucción creativa: los empresarios innovan, pero no todas las innovaciones, técnicas o financieras, son coronadas por el éxito. Se comprobó en el año 2000, con la burbuja de internet.
Actualmente, asistimos a otra depuración: el mercado selecciona entre las innovaciones financieras útiles para el progreso económico y otras que no lo son. Si bien es probable que el pánico actual en los mercados haya estado provocado por una mala gestión de los créditos inmobiliarios, en Estados Unidos y en otros países, no se debe llegar a la conclusión de que el capitalismo financiero y la creación de nuevos instrumentos, llamados derivados, son un error.
La complejidad creciente de los mercados financieros permite repartir un número mayor de riesgos entre un número mayor de inversores; gracias a esta distribución de los riesgos, un número mayor de empresarios puede aventurarse a realizar un número mayor de innovaciones. Los errores serán corregidos por el propio mercado.
Al final de esta destrucción creativa, algunas empresas desaparecerán, otras nacerán, se desplazarán algunos empleos y el crecimiento volverá a encontrar el ritmo adecuado.
Este ciclo cruel resulta atemorizador: explicar que, a la larga, es en general positivo, no tranquiliza a los individuos directamente afectados. Pero en los momentos difíciles es cuando conviene defender la economía de mercado e ilustrar sus principios.
En períodos de fluctuación, corresponde a los periodistas, a los políticos y a los expertos explicar la realidad en lugar de sembrar el pánico. Así pues, no debería llamarse recesión a lo que es una ralentización del crecimiento.
¿Quiere decir esto que el Estado es inútil para el buen funcionamiento del capitalismo?
Ciertamente no: donde no hay Estado, el capitalismo no funciona. El Estado es el garante de las reglas del juego y el asegurador de último recurso. Especialmente en la tradición europea, es indispensable que las políticas públicas faciliten las reconversiones de un oficio en otro o de una empresa en otra. Pero cuando el Estado se opone a la destrucción creativa, se vuelve peligroso. En el siglo XX, todas las crisis económicas auténticas,
- el estancamiento,
- la inflación y
- el desempleo masivo
fueron originados por Gobiernos incoherentes. No hay crecimiento sin Estado, pero los Estados por sí mismos son capaces de destrozar el crecimiento: en todas las naciones, el progreso avanza por este camino tan estrecho.
GUY SORMAN - "ABC" - Madrid - 25-Feb-2008
Política
Todo es política, oigo a mi alrededor, continuamente. Y a veces tengo ganas de interpelar a quien lo dice, de girar la cabeza, de dirigir una mirada ilusionada a mi espalda y preguntar, ¿dónde? ¿Dónde está la política? Decidle que me espere, que no se vaya sin mí... Porque el caso es que yo no la veo por ninguna parte.
Ocurrencias sí, montones. Espectaculares montajes de luz y sonido, reales o figurados, a porrillo. Propuestas frescas, merengadas, ingeniosas y cargadas de glamour, tantas como en los anuncios de compresas. Me producen el mismo efecto. Me aburro.
Los seres humanos olemos, y nos dolemos. Tenemos problemas, pero también
- esperanzas,
- voluntad,
- sentido de la justicia,
- capacidad para creer e ilusionarnos.
Por eso inventamos la política. Por eso ha funcionado durante tantos siglos. Como una herramienta para transformar la realidad, para luchar por los propios deseos, para intervenir en el mundo.
Eso era la política, pero, al parecer, ya no lo es. Cuando la gente dice que todo es política, habla de otra cosa. Habla de
- la alarma
- la desmemoria,
- las zancadillas
- "yo no he sido",
- la chulería
- el mal arte de mentir con aplomo de unos,
- la pasividad indolente de otros, y
- de nada más,
porque parece que en España no hay más que dos partidos.
No me dirijo a la derecha. No quiero que gane la derecha. Pero quiero una izquierda madura, ni ingenua ni senil, politizada. Quiero oír hablar de
- sueños,
- principios,
- ideología.
De ideología, sí, con todas las letras. Ya ven, lo he escrito y no me ha pasado nada. No me ha fulminado ningún rayo divino, sigo sentada en mi silla, tan tranquila, y eso que hasta me he emocionado un poco. Porque la política también tiene que ver con la emoción. Con la tensión, no.
La tensión pertenece a los dominios del miedo. Y el miedo no tiene nada que ver con la política.
ALMUDENA GRANDES - "El País" - Madrid - 25-Feb-2008
Ocurrencias sí, montones. Espectaculares montajes de luz y sonido, reales o figurados, a porrillo. Propuestas frescas, merengadas, ingeniosas y cargadas de glamour, tantas como en los anuncios de compresas. Me producen el mismo efecto. Me aburro.
Los seres humanos olemos, y nos dolemos. Tenemos problemas, pero también
- esperanzas,
- voluntad,
- sentido de la justicia,
- capacidad para creer e ilusionarnos.
Por eso inventamos la política. Por eso ha funcionado durante tantos siglos. Como una herramienta para transformar la realidad, para luchar por los propios deseos, para intervenir en el mundo.
Eso era la política, pero, al parecer, ya no lo es. Cuando la gente dice que todo es política, habla de otra cosa. Habla de
- la alarma
- la desmemoria,
- las zancadillas
- "yo no he sido",
- la chulería
- el mal arte de mentir con aplomo de unos,
- la pasividad indolente de otros, y
- de nada más,
porque parece que en España no hay más que dos partidos.
No me dirijo a la derecha. No quiero que gane la derecha. Pero quiero una izquierda madura, ni ingenua ni senil, politizada. Quiero oír hablar de
- sueños,
- principios,
- ideología.
De ideología, sí, con todas las letras. Ya ven, lo he escrito y no me ha pasado nada. No me ha fulminado ningún rayo divino, sigo sentada en mi silla, tan tranquila, y eso que hasta me he emocionado un poco. Porque la política también tiene que ver con la emoción. Con la tensión, no.
La tensión pertenece a los dominios del miedo. Y el miedo no tiene nada que ver con la política.
ALMUDENA GRANDES - "El País" - Madrid - 25-Feb-2008
Auge del "consumo inteligente: La revolución del 'precio justo'
Impulsa nuevas empresas de bajo coste en todas las actividades.
El eslogan de una cadena de tiendas de informática -"Yo no soy tonto"- ha dado en el clavo. Los consumidores parecen decididos a no pagar ni un euro más por productos y servicios indiferenciados. Esta price consciousness, típica de la cultura estadounidense, y que no busca otra cosa que sacar el máximo partido a su dinero ("¿por qué comprar una prenda de ropa cuando puedo adquirir tres por el mismo precio?"), se ha instalado en España con la fuerza de un huracán.
"Un yogur o un portátil", apunta Manuel Chaure, socio de Accenture, "son iguales, los compres donde los compres, y, para muchos, un billete de avión no es más que un traslado de sitio".
¿Resultado de esta nueva mentalidad?
"El que los modelos empresariales de low cost", según explica Joseph Francesc Valls, profesor de ESADE , "hasta hace poco limitados a las líneas aéreas, los supermercados discount (DIA, Lidl...) y los category killers como Kiabi o Media Markt, proliferan en todos los sectores".
Ahora mismo, están surgiendo en España todo tipo de empresas que se autocalifican de "bajo coste" o aplican modelos de comercialización, producción u organización sacados del low cost aéreo.
Desde agencias como Modainmobiliaria.com a servicios de lavado de coches como Living, cadenas hoteleras como Travelodge o Formule 1, constructoras como Inverborche, consultoras como Rhino Consulting o servicios jurídicos como Legálitas, ningún sector queda al margen. Esto sin olvidar que están surgiendo incluso jets low cost (que vuelan a un dólar por kilómetro), coches como el Tata (1.700 euros) y hasta restaurantes de lujo, sí, pero low cost. El chef catalán Rafael Peña ha abierto un restaurante en Barcelona, La Gresca, que propone menús gourmet a 18 euros.
Un valor en alza
"Es un fenómeno que ha llegado para quedarse", dice Valls. "Los consumidores no están dispuestos a pagar un precio mayor por ningún producto que no lleve un valor añadido".
La ralentización económica no hará más que profundizar en la tendencia. Chaure lo tiene claro. "La gente va a ser aún más cuidadosa con su dinero". Todo ello hace del low cost un valor en alza y una magnífica oportunidad para empresas capaces de extraer eficiencia de debajo de las piedras. Y regalar esos ahorros a unos agradecidos -y cada vez más- "mal acostumbrados" consumidores.
Estas empresas están creando mercados y dando entrada a clientes que antes no utilizaban esos servicios. Ahí están los ejemplos de empresas como Ryanair (que ya transporta más pasajeros en Europa que cualquier línea aérea convencional) o de Ikea (el mayor vendedor de muebles de Europa).
Travelodge, un grupo británico que ofrece habitaciones a 20 euros, que se autocalifica como "el único de bajo coste" y que va a abrir 100 hoteles en España, dice que su oferta ha permitido doblar el mercado de usuarios de hoteles en el Reino Unido en pocos años.
Fernando Montenegro, director general de Legálitas, afirma que ofrece asistencia jurídica por 78 euros al año y tiene 200.000 clientes, dice que empezaron a dar "servicio a particulares en 2003 al constatar que el 80% de la población no iba nunca a un abogado".
Este fenómeno ha sido posible porque han coincidido una serie de factores que hace dos décadas no existían:
- Internet,
- las nuevas técnicas logísticas,
- la globalización,
- la externalización,
- la desregulación del mercado laboral...
La posibilidad de reducir costes de distribución a través de Internet o del teléfono está en el origen de muchas empresas. Travelodge obtiene el 85% de sus reservas por la Red. Internet ha impulsado la actividad de aseguradoras de bajo coste como Direct Seguros (de AXA). Y está en el origen de Balumba.es, de la británica Admiral, o de PepeCar, firma de alquiler de coches de Globalia, que arrasa en el mercado desde 2002.
También MÁSmovil, la nueva operadora virtual de móviles, que se lanzará este mes, hace de Internet su columna vertebral. La operadora, que se autocalifica como "la auténtica telefonía móvil low cost", interactuará con los clientes a través de Internet (también tendrá un call center), que será usado para el alta, la venta, la asistencia o los cambios en las condiciones de contratación. A cambio, ofrecerá, dice su consejero delegado, Meinrad Spenger, "las tarifas más bajas del mercado".
Otra palanca del low cost es la externalización. "Estas empresas", apunta Chaure, "aplican agresivamente la subcontratación". Sin el actual marco laboral, mucho más desregulado que el de hace veinte años, reconoce este experto, el fenómeno de las low cost hubiera sido improbable. Tampoco hubiera funcionado sin la globalización. "Las empresas del textil más agresivas en precio no hubieran podido funcionar en un esquema de bajo coste de no haber estado produciendo en Asia", dice Chaure.
Pese a lo dicho, el modelo no es fácil. Muchas low cost aéreas han quebrado o pierden dinero. "Se trata de unas empresas que se crean desde cero o no funcionan", explica Chaure, de Accenture. "Cuando son gestionadas desde la matriz de una empresa convencional no tienen éxito".
Algo que ocurre, según este experto, porque "no sólo deben tener una estructura mínima, sino también una cultura de austeridad".
Esta cultura empapa la mentalidad de las low cost exitosas. Ahí están historias como la de Ingvar Kamprad, el fundador de Ikea, un fanático del ahorro que llena las botellas de agua de los hoteles en el grifo.
Aun así, la austeridad y la estructura mínima no bastan para asegurar el éxito. "Tan importante", dice Garralda, "es que sean capaces de detectar qué es exactamente lo que quieren los consumidores y ofrecérselo, en una forma lo más sencilla posible, despojada de todo lo que sobra y añade coste". Siguiendo el ejemplo no frills de las aerolíneas, Travelodge elimina todo lo "superfluo", como el teléfono, el bar y el vestíbulo.
Modular precios y demanda
Otro de los elementos sacados del sector aéreo es el llamado "dynamic pricing", "un sistema", explica Valls, "que les permite modular los precios según el momento de la demanda". Lo utiliza Pepecar, que advierte en su web que "cuanto antes hagas tu contrato, menos te costará". O NH Hoteles, que se embarcó en julio en un proyecto casi calcado de las compañías aéreas.
En lugar de constituir una nueva cadena, lo que hizo NH fue crear una web, Bonhocio, en la que cuelga su oferta de habitaciones a precios hasta un 50% más bajos que los oficiales. "Se trata", explican en la empresa, "de ofrecer habitaciones vacantes en destinos y épocas en las que resultan difíciles de llenar".
Tan popular se está haciendo este enfoque que ha sido incluso reproducido por Renfe. La compañía ofrece desde finales de 2006 las tarifas estrella y web, entre el 40% y el 60% más baratas, pero que deben ser contratadas con varios días de antelación y cuya oferta está supeditada a la disponibilidad de plazas.
FERNANDO BARCIELA - "El País" - Madrid - 25-Feb-2008
El eslogan de una cadena de tiendas de informática -"Yo no soy tonto"- ha dado en el clavo. Los consumidores parecen decididos a no pagar ni un euro más por productos y servicios indiferenciados. Esta price consciousness, típica de la cultura estadounidense, y que no busca otra cosa que sacar el máximo partido a su dinero ("¿por qué comprar una prenda de ropa cuando puedo adquirir tres por el mismo precio?"), se ha instalado en España con la fuerza de un huracán.
"Un yogur o un portátil", apunta Manuel Chaure, socio de Accenture, "son iguales, los compres donde los compres, y, para muchos, un billete de avión no es más que un traslado de sitio".
¿Resultado de esta nueva mentalidad?
"El que los modelos empresariales de low cost", según explica Joseph Francesc Valls, profesor de ESADE , "hasta hace poco limitados a las líneas aéreas, los supermercados discount (DIA, Lidl...) y los category killers como Kiabi o Media Markt, proliferan en todos los sectores".
Ahora mismo, están surgiendo en España todo tipo de empresas que se autocalifican de "bajo coste" o aplican modelos de comercialización, producción u organización sacados del low cost aéreo.
Desde agencias como Modainmobiliaria.com a servicios de lavado de coches como Living, cadenas hoteleras como Travelodge o Formule 1, constructoras como Inverborche, consultoras como Rhino Consulting o servicios jurídicos como Legálitas, ningún sector queda al margen. Esto sin olvidar que están surgiendo incluso jets low cost (que vuelan a un dólar por kilómetro), coches como el Tata (1.700 euros) y hasta restaurantes de lujo, sí, pero low cost. El chef catalán Rafael Peña ha abierto un restaurante en Barcelona, La Gresca, que propone menús gourmet a 18 euros.
Un valor en alza
"Es un fenómeno que ha llegado para quedarse", dice Valls. "Los consumidores no están dispuestos a pagar un precio mayor por ningún producto que no lleve un valor añadido".
La ralentización económica no hará más que profundizar en la tendencia. Chaure lo tiene claro. "La gente va a ser aún más cuidadosa con su dinero". Todo ello hace del low cost un valor en alza y una magnífica oportunidad para empresas capaces de extraer eficiencia de debajo de las piedras. Y regalar esos ahorros a unos agradecidos -y cada vez más- "mal acostumbrados" consumidores.
Estas empresas están creando mercados y dando entrada a clientes que antes no utilizaban esos servicios. Ahí están los ejemplos de empresas como Ryanair (que ya transporta más pasajeros en Europa que cualquier línea aérea convencional) o de Ikea (el mayor vendedor de muebles de Europa).
Travelodge, un grupo británico que ofrece habitaciones a 20 euros, que se autocalifica como "el único de bajo coste" y que va a abrir 100 hoteles en España, dice que su oferta ha permitido doblar el mercado de usuarios de hoteles en el Reino Unido en pocos años.
Fernando Montenegro, director general de Legálitas, afirma que ofrece asistencia jurídica por 78 euros al año y tiene 200.000 clientes, dice que empezaron a dar "servicio a particulares en 2003 al constatar que el 80% de la población no iba nunca a un abogado".
Este fenómeno ha sido posible porque han coincidido una serie de factores que hace dos décadas no existían:
- Internet,
- las nuevas técnicas logísticas,
- la globalización,
- la externalización,
- la desregulación del mercado laboral...
La posibilidad de reducir costes de distribución a través de Internet o del teléfono está en el origen de muchas empresas. Travelodge obtiene el 85% de sus reservas por la Red. Internet ha impulsado la actividad de aseguradoras de bajo coste como Direct Seguros (de AXA). Y está en el origen de Balumba.es, de la británica Admiral, o de PepeCar, firma de alquiler de coches de Globalia, que arrasa en el mercado desde 2002.
También MÁSmovil, la nueva operadora virtual de móviles, que se lanzará este mes, hace de Internet su columna vertebral. La operadora, que se autocalifica como "la auténtica telefonía móvil low cost", interactuará con los clientes a través de Internet (también tendrá un call center), que será usado para el alta, la venta, la asistencia o los cambios en las condiciones de contratación. A cambio, ofrecerá, dice su consejero delegado, Meinrad Spenger, "las tarifas más bajas del mercado".
Otra palanca del low cost es la externalización. "Estas empresas", apunta Chaure, "aplican agresivamente la subcontratación". Sin el actual marco laboral, mucho más desregulado que el de hace veinte años, reconoce este experto, el fenómeno de las low cost hubiera sido improbable. Tampoco hubiera funcionado sin la globalización. "Las empresas del textil más agresivas en precio no hubieran podido funcionar en un esquema de bajo coste de no haber estado produciendo en Asia", dice Chaure.
Pese a lo dicho, el modelo no es fácil. Muchas low cost aéreas han quebrado o pierden dinero. "Se trata de unas empresas que se crean desde cero o no funcionan", explica Chaure, de Accenture. "Cuando son gestionadas desde la matriz de una empresa convencional no tienen éxito".
Algo que ocurre, según este experto, porque "no sólo deben tener una estructura mínima, sino también una cultura de austeridad".
Esta cultura empapa la mentalidad de las low cost exitosas. Ahí están historias como la de Ingvar Kamprad, el fundador de Ikea, un fanático del ahorro que llena las botellas de agua de los hoteles en el grifo.
Aun así, la austeridad y la estructura mínima no bastan para asegurar el éxito. "Tan importante", dice Garralda, "es que sean capaces de detectar qué es exactamente lo que quieren los consumidores y ofrecérselo, en una forma lo más sencilla posible, despojada de todo lo que sobra y añade coste". Siguiendo el ejemplo no frills de las aerolíneas, Travelodge elimina todo lo "superfluo", como el teléfono, el bar y el vestíbulo.
Modular precios y demanda
Otro de los elementos sacados del sector aéreo es el llamado "dynamic pricing", "un sistema", explica Valls, "que les permite modular los precios según el momento de la demanda". Lo utiliza Pepecar, que advierte en su web que "cuanto antes hagas tu contrato, menos te costará". O NH Hoteles, que se embarcó en julio en un proyecto casi calcado de las compañías aéreas.
En lugar de constituir una nueva cadena, lo que hizo NH fue crear una web, Bonhocio, en la que cuelga su oferta de habitaciones a precios hasta un 50% más bajos que los oficiales. "Se trata", explican en la empresa, "de ofrecer habitaciones vacantes en destinos y épocas en las que resultan difíciles de llenar".
Tan popular se está haciendo este enfoque que ha sido incluso reproducido por Renfe. La compañía ofrece desde finales de 2006 las tarifas estrella y web, entre el 40% y el 60% más baratas, pero que deben ser contratadas con varios días de antelación y cuya oferta está supeditada a la disponibilidad de plazas.
FERNANDO BARCIELA - "El País" - Madrid - 25-Feb-2008
Agricultura: La próxima revolución verde
A Europa tal vez no le guste, pero la modificación genética está transformando la agricultura.
Durante una década Europa ha rechazado los esfuerzos de empresas de biotecnología tales como la estadounidense Monsanto para promover cultivos modificados genéticamente.
A pesar de las afirmaciones científicas que los organismos modificados genéticamente (OMG) son seguros para el consumo humano, y un fallo de la Organización Mundial del Comercio contra la prohibición de importar en la Unión Europea, muchos europeos aún no tocan o degustan estos productos. Pero eso tal vez cambie pronto, de acuerdo a Iain Ferguson, gerente general de Tate & Lyle, un gigante británico de alimentos.
"Estamos en un momento de la historia cuando la tecnología de modificación genética... es un hecho de la vida", señaló el ejecutivo esta semana. Ferguson, quien también está a la cabeza de la Food and Drink Federation de Gran Bretaña, sostiene que debido a que varios exportadores agrícolas importantes han adoptado los OMG, se está volviendo caro evitarlos.
Copa-Cogeca, un grupo de presión en pro de los agricultores, esta semana advirtió que el costo cada vez mayor que significa alimentar a la gente podría aniquilar la industria ganadera de Europa, a menos que se levanten las prohibiciones sobre los OMG.
Las autoridades
Mientras tanto, los ministros de Agricultura europeos no lograron ponerse de acuerdo sobre si permitir las importaciones de maíz y papas modificadas genéticamente; la Comisión Europea ahora tomará la decisión, la que probablemente será positiva.
Si lo hace, será una victoria para Monsanto. Pero la empresa ya está disfrutando de una forma incluso más dulce de venganza: un enorme éxito comercial. Ha tenido tres años seguidos de crecimiento en ingresos y ganancias y el 12 de febrero elevó su predicción de ganancias para el año fiscal por segunda vez en dos meses.
Monsanto obtuvo una ganancia de 993 millones de dólares en el año hasta agosto, con ingresos de
US$ 8.600 millones. El auge global en el precio de productos básicos ayuda, pero Brett Begemann, alto ejecutivo de Monsanto, insiste en que son los avances de la firma en la tecnología de OMG los que están logrando precios premium y contribuirán a duplicar las ganancias para 2012.
La fortuna de la compañía ha aumentado gracias al éxito de los OMG fuera de Europa. Un nuevo informe del International Service for the Acquisition of Agri-biotech Applications (ISAAA), un organismo sin fines de lucro que investiga las tendencias de la industria, traza el considerable crecimiento en los 12 años que han estado disponibles comercialmente tales productos modificados.
El área bajo cultivo aumentó en un 12 por ciento el año pasado, a 114 millones de hectáreas globalmente. Estados Unidos lideró la lista, pero hay un rápido crecimiento en Argentina, Brasil, India y China.
Thomas West de Pioneer Hi-Bred, una división de DuPont, señala que Europa debería subirse a bordo, porque "el tren está saliendo de la estación".
De acuerdo a Cropnosis, un consultor de la industria, el mercado para la biotecnología agrícola creció de 3 mil millones de dólares en 2001 a más de 6 mil millones en 2006 y se espera que llegue a los 8 mil 400 millones en 2011.
Hans Kast, jefe ejecutivo de BASF Plant Science de Alemania, cree que la cifra podría alcanzar los 50 mil millones de dólares para 2025, cuando una segunda generación de tecnología OMG, ahora en camino, llegue al mercado.
Aquellos defensores de los mencionados productos se muestran optimistas porque una confluencia de fuerzas sociales, comerciales y tecnológicas está funcionando en pro de la tecnología.
A medida que India y China se enriquecen, es probable que el mundo necesite mucho más alimentos, exactamente cuando los terrenos de cultivo, el agua y la energía se están volviendo cada vez más escasos y caros. Si cumplen su promesa, los OMG ofrecen una salida a este aprieto, al tener mayor rendimiento al mismo tiempo que necesitan menos agua, energía y fertilizantes.
Las primeras encarnaciones de la tecnología, tal como el maíz y los porotos de soya Roundup Ready de Monsanto, fueron ideadas genéticamente para que fueran resistentes a los herbicidas y pesticidas, de modo que fuera más fácil para los agricultores controlar las pestes sin dañar los cultivos. La segunda generación contará con más características, tal como la resistencia a las sequías.
Michael Mack, jefe ejecutivo de Syngenta de Suiza, estima que los agricultores pagarán extra por estas nuevas características.
Riesgo de piratería
En realidad, los agricultores pueden esperar ciclos incluso más rápidos de mejoramiento de productos, según David Fischhoff, alto ejecutivo de Monsanto, quien predice que la producción de maíz cultivado en Estados Unidos, la que se duplicó desde 1970, se puede duplicar de nuevo para 2030.
Mack hace una analogía entre las industrias tecnológicas. "Al igual que en la industria del software", señala, "los derechos de propiedad intelectual dan valor a nuestra tecnología". Los agricultores que pagan grandes sumas por las licencias para utilizar la nueva tecnología sin lugar a dudas que estarían de acuerdo. Pero al igual que con el software, los OMG sufren de piratería. En Argentina y China, la posición hostil hacia los derechos de propiedad intelectual cuenta con la aprobación del mismo gobierno.
El pequeño secreto sucio de la industria del software, no obstante, fue que las empresas toleraron silenciosamente cierta piratería sobre la base de que una vez que los clientes legalizaran todo, probablemente continuarían con los productos que ya estaban utilizando. Lo mismo puede estar sucediendo con los OMG. Si pregunta al jefe de Syngenta si le preocupa la piratería, éste responderá "sí y no".
Cuando los países se vuelvan más ricos o adopten las reglas de la OMC, precisa, sus agricultores empezarán a pagar. Argentina ya está encaminada en esa dirección, él cree, y el año pasado su firma estableció un joint venture con un centro de biotecnología chino.
La razón más importante para pensar que los OMG tienen un futuro más brillante, sin embargo, no proviene de algunos de los beneficios que ofrecen a los agricultores, por grandes que sean. La gran diferencia con la próxima generación de tecnología, sostiene West de Pioneer Hi-Bred, es que también otorgará beneficios a los consumidores.
Como un ejemplo, indica el aceite de porotos de soya altamente oleicos de la firma, el que espera que esté en el mercado en 2009. A través de la manipulación genética, sostiene, los científicos de su firma han podido mejorar el aceite de soya de modo que sabe mejor, es más sano y no produce grasas trans durante la cocción.
¿Podría tal innovación incluso persuadir a los europeos escépticos?
La falta de beneficios de consumo con los OMG de la primera generación hizo que fuera más fácil para los activistas estimular la oposición. Pero si los productos futuros ofrecen cosas que el consumidor desea y abordan los problemas que preocupan a los reguladores europeos, tales como la obesidad y el cambio climático, entonces puede que aún los OMG tengan su cuarto de hora en Europa.
Opinión - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 25-Feb-2008
Durante una década Europa ha rechazado los esfuerzos de empresas de biotecnología tales como la estadounidense Monsanto para promover cultivos modificados genéticamente.
A pesar de las afirmaciones científicas que los organismos modificados genéticamente (OMG) son seguros para el consumo humano, y un fallo de la Organización Mundial del Comercio contra la prohibición de importar en la Unión Europea, muchos europeos aún no tocan o degustan estos productos. Pero eso tal vez cambie pronto, de acuerdo a Iain Ferguson, gerente general de Tate & Lyle, un gigante británico de alimentos.
"Estamos en un momento de la historia cuando la tecnología de modificación genética... es un hecho de la vida", señaló el ejecutivo esta semana. Ferguson, quien también está a la cabeza de la Food and Drink Federation de Gran Bretaña, sostiene que debido a que varios exportadores agrícolas importantes han adoptado los OMG, se está volviendo caro evitarlos.
Copa-Cogeca, un grupo de presión en pro de los agricultores, esta semana advirtió que el costo cada vez mayor que significa alimentar a la gente podría aniquilar la industria ganadera de Europa, a menos que se levanten las prohibiciones sobre los OMG.
Las autoridades
Mientras tanto, los ministros de Agricultura europeos no lograron ponerse de acuerdo sobre si permitir las importaciones de maíz y papas modificadas genéticamente; la Comisión Europea ahora tomará la decisión, la que probablemente será positiva.
Si lo hace, será una victoria para Monsanto. Pero la empresa ya está disfrutando de una forma incluso más dulce de venganza: un enorme éxito comercial. Ha tenido tres años seguidos de crecimiento en ingresos y ganancias y el 12 de febrero elevó su predicción de ganancias para el año fiscal por segunda vez en dos meses.
Monsanto obtuvo una ganancia de 993 millones de dólares en el año hasta agosto, con ingresos de
US$ 8.600 millones. El auge global en el precio de productos básicos ayuda, pero Brett Begemann, alto ejecutivo de Monsanto, insiste en que son los avances de la firma en la tecnología de OMG los que están logrando precios premium y contribuirán a duplicar las ganancias para 2012.
La fortuna de la compañía ha aumentado gracias al éxito de los OMG fuera de Europa. Un nuevo informe del International Service for the Acquisition of Agri-biotech Applications (ISAAA), un organismo sin fines de lucro que investiga las tendencias de la industria, traza el considerable crecimiento en los 12 años que han estado disponibles comercialmente tales productos modificados.
El área bajo cultivo aumentó en un 12 por ciento el año pasado, a 114 millones de hectáreas globalmente. Estados Unidos lideró la lista, pero hay un rápido crecimiento en Argentina, Brasil, India y China.
Thomas West de Pioneer Hi-Bred, una división de DuPont, señala que Europa debería subirse a bordo, porque "el tren está saliendo de la estación".
De acuerdo a Cropnosis, un consultor de la industria, el mercado para la biotecnología agrícola creció de 3 mil millones de dólares en 2001 a más de 6 mil millones en 2006 y se espera que llegue a los 8 mil 400 millones en 2011.
Hans Kast, jefe ejecutivo de BASF Plant Science de Alemania, cree que la cifra podría alcanzar los 50 mil millones de dólares para 2025, cuando una segunda generación de tecnología OMG, ahora en camino, llegue al mercado.
Aquellos defensores de los mencionados productos se muestran optimistas porque una confluencia de fuerzas sociales, comerciales y tecnológicas está funcionando en pro de la tecnología.
A medida que India y China se enriquecen, es probable que el mundo necesite mucho más alimentos, exactamente cuando los terrenos de cultivo, el agua y la energía se están volviendo cada vez más escasos y caros. Si cumplen su promesa, los OMG ofrecen una salida a este aprieto, al tener mayor rendimiento al mismo tiempo que necesitan menos agua, energía y fertilizantes.
Las primeras encarnaciones de la tecnología, tal como el maíz y los porotos de soya Roundup Ready de Monsanto, fueron ideadas genéticamente para que fueran resistentes a los herbicidas y pesticidas, de modo que fuera más fácil para los agricultores controlar las pestes sin dañar los cultivos. La segunda generación contará con más características, tal como la resistencia a las sequías.
Michael Mack, jefe ejecutivo de Syngenta de Suiza, estima que los agricultores pagarán extra por estas nuevas características.
Riesgo de piratería
En realidad, los agricultores pueden esperar ciclos incluso más rápidos de mejoramiento de productos, según David Fischhoff, alto ejecutivo de Monsanto, quien predice que la producción de maíz cultivado en Estados Unidos, la que se duplicó desde 1970, se puede duplicar de nuevo para 2030.
Mack hace una analogía entre las industrias tecnológicas. "Al igual que en la industria del software", señala, "los derechos de propiedad intelectual dan valor a nuestra tecnología". Los agricultores que pagan grandes sumas por las licencias para utilizar la nueva tecnología sin lugar a dudas que estarían de acuerdo. Pero al igual que con el software, los OMG sufren de piratería. En Argentina y China, la posición hostil hacia los derechos de propiedad intelectual cuenta con la aprobación del mismo gobierno.
El pequeño secreto sucio de la industria del software, no obstante, fue que las empresas toleraron silenciosamente cierta piratería sobre la base de que una vez que los clientes legalizaran todo, probablemente continuarían con los productos que ya estaban utilizando. Lo mismo puede estar sucediendo con los OMG. Si pregunta al jefe de Syngenta si le preocupa la piratería, éste responderá "sí y no".
Cuando los países se vuelvan más ricos o adopten las reglas de la OMC, precisa, sus agricultores empezarán a pagar. Argentina ya está encaminada en esa dirección, él cree, y el año pasado su firma estableció un joint venture con un centro de biotecnología chino.
La razón más importante para pensar que los OMG tienen un futuro más brillante, sin embargo, no proviene de algunos de los beneficios que ofrecen a los agricultores, por grandes que sean. La gran diferencia con la próxima generación de tecnología, sostiene West de Pioneer Hi-Bred, es que también otorgará beneficios a los consumidores.
Como un ejemplo, indica el aceite de porotos de soya altamente oleicos de la firma, el que espera que esté en el mercado en 2009. A través de la manipulación genética, sostiene, los científicos de su firma han podido mejorar el aceite de soya de modo que sabe mejor, es más sano y no produce grasas trans durante la cocción.
¿Podría tal innovación incluso persuadir a los europeos escépticos?
La falta de beneficios de consumo con los OMG de la primera generación hizo que fuera más fácil para los activistas estimular la oposición. Pero si los productos futuros ofrecen cosas que el consumidor desea y abordan los problemas que preocupan a los reguladores europeos, tales como la obesidad y el cambio climático, entonces puede que aún los OMG tengan su cuarto de hora en Europa.
Opinión - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 25-Feb-2008
domingo, 24 de febrero de 2008
Sistema educativo finlandés
- Qué tiene el sistema educativo finlandés?
- Cómo podemos alcanzar sus índices de excelencia?
Parece que toca calcar algunos de las características del sistema educativo ártico y solucionar las deficiencias del nuestro.
- Profesores mejor formados,
- implantación del sistema de refuerzo escolar,
- importación de la red de bibliotecas, etc.
No creo que estas medidas, aunque positivas, produzcan un efecto espectacular a menos que se detecte la verdadera razón del éxito del sistema educativo finlandés, que no es otra que pertenecer al conjunto de la sociedad y cultura finlandesa.
El éxito de la escuela finlandesa se debe a los finlandeses. Soy profesor y recelo de esa teoría tan extendida de creer que invirtiendo en educación, a largo plazo, se solucionarán los problemas de la sociedad en su conjunto.
Creo firmemente que es al revés: invirtiendo en la sociedad se arreglarán los problemas del sistema educativo.
- ¿Por qué tanto énfasis en la educación?
- ¿Acaso no son más eficientes también su sistema económico o su clase política?
Puestos a copiar, copiémoslo todo:
- el sistema fiscal,
- la uniformidad socioeconómica,
- la cultura del esfuerzo,
- la solidaridad,
- su lucha contra la exclusión,
- su red de servicios públicos o
- su ausencia de contracultura escolar.
O, mejor, nos ponemos nosotros, los adultos, de acuerdo, y luego les contamos a nuestros alumnos si queremos una escuela
- pública/privada,
- laica/religiosa,
- nacionalista/constitucionalista,
- de izquierdas/derechas.
El Parlamento finlandés es el único que tiene una curiosa Comisión para el Futuro. Es decir, saben a dónde van y cómo llegar.
Nuestro modelo se basa en la lucha de los contrarios y el modelo finlandés en el consenso social.
¿Qué vamos a hacer? ¿Traer un oso polar y pintarlo de color pardo para que viva feliz en los Pirineos? Para algunos el modelo consensuado puede ser aburrido e, incluso, totalitario. A mi me gusta como utopía, pero es mucho más difícil de copiar de lo que parece.
José María Pérez Guerrero - DEIA - Bilbao - 24-Feb-2008
- Cómo podemos alcanzar sus índices de excelencia?
Parece que toca calcar algunos de las características del sistema educativo ártico y solucionar las deficiencias del nuestro.
- Profesores mejor formados,
- implantación del sistema de refuerzo escolar,
- importación de la red de bibliotecas, etc.
No creo que estas medidas, aunque positivas, produzcan un efecto espectacular a menos que se detecte la verdadera razón del éxito del sistema educativo finlandés, que no es otra que pertenecer al conjunto de la sociedad y cultura finlandesa.
El éxito de la escuela finlandesa se debe a los finlandeses. Soy profesor y recelo de esa teoría tan extendida de creer que invirtiendo en educación, a largo plazo, se solucionarán los problemas de la sociedad en su conjunto.
Creo firmemente que es al revés: invirtiendo en la sociedad se arreglarán los problemas del sistema educativo.
- ¿Por qué tanto énfasis en la educación?
- ¿Acaso no son más eficientes también su sistema económico o su clase política?
Puestos a copiar, copiémoslo todo:
- el sistema fiscal,
- la uniformidad socioeconómica,
- la cultura del esfuerzo,
- la solidaridad,
- su lucha contra la exclusión,
- su red de servicios públicos o
- su ausencia de contracultura escolar.
O, mejor, nos ponemos nosotros, los adultos, de acuerdo, y luego les contamos a nuestros alumnos si queremos una escuela
- pública/privada,
- laica/religiosa,
- nacionalista/constitucionalista,
- de izquierdas/derechas.
El Parlamento finlandés es el único que tiene una curiosa Comisión para el Futuro. Es decir, saben a dónde van y cómo llegar.
Nuestro modelo se basa en la lucha de los contrarios y el modelo finlandés en el consenso social.
¿Qué vamos a hacer? ¿Traer un oso polar y pintarlo de color pardo para que viva feliz en los Pirineos? Para algunos el modelo consensuado puede ser aburrido e, incluso, totalitario. A mi me gusta como utopía, pero es mucho más difícil de copiar de lo que parece.
José María Pérez Guerrero - DEIA - Bilbao - 24-Feb-2008
La sombra del modelo chino
El poderío de China ya va mucho más allá del ámbito económico. El desmesurado crecimiento económico ha otorgado poder político en la esfera internacional, y la voz del país de Mao suena ya con mucha más fuerza que la de Rusia. Pero su influencia no se limita al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El modelo chino es, al contrario del seguido por Rusia tras la caída de la Unión Soviética, el sistema que se está imponiendo en muchos otros países, la mayoría de fuera de la esfera comunista.
La sombra de China es cada vez más alargada, y bajo su peso se cuentan ya países como Nepal, Sudán o Tailandia. Todos ellos tratan de seguir los pasos del gigante asiático. Ahora, todo indica que Cuba se unirá a este selecto club de fans.
El fin de la era Castro abre un nuevo horizonte en el que las reformas económicas se perfilan como el primer paso de sus sucesores, independientemente de su nombre. Los cambios en el ámbito político, por mucho que Bush quiera lo contrario, no parecen estar a la vuelta de la esquina.
La presencia china en la isla no ha hecho sino aumentar en los últimos años, y todo apunta a que la revolución de Castro seguirá ahora un camino distinto, pero no más cercano a los valores de la democracia occidental.
¿Qué es exactamente lo que hace tan irresistible al modelo chino?
Obviamente, no la creación de una sociedad igualitaria. Lo más atractivo para Gobiernos autoritarios es la combinación de la dictadura política y la libertad económica, lo que se conoce como comunismo con características chinas, y cuyos resultados son evidentes en ambos campos.
Por un lado, las mejoras en la calidad de vida de la población hacen que ésta no cuestione el autoritarismo de sus dirigentes, o que lo haga de forma marginal, mientras que el crecimiento económico hace que todas las previsiones se queden cortas y los dos dígitos sean el objetivo prioritario en la pauta de crecimiento.
El patrón funciona en China, y también en Vietnam. Dos países en los que el amor al trabajo (y al dinero) son pilares fundamentales de la sociedad desde hace milenios. Ahora está por ver si se puede trasladar con éxito este modelo no ya a países capitalistas como los africanos o India, sino a otros Estados que, como Cuba, Laos o Corea del Norte, abrazan el comunismo pero tienen valores ciertamente diferentes.
Todo apunta a que India seguirá creciendo muy por encima de la media mundial en los próximos años. Afortunadamente para los hindúes, el Gobierno sólo ha tomado la parte económica del modelo chino, que parece compatible con un sistema democrático.
Sin embargo, algunos de los efectos secundarios del sistema ya son más que evidentes.
- Las diferencias sociales son cada vez mayores, en parte debido a la lacra de las castas y a los imparables índices de natalidad, que convertirán a India en el país más poblado del mundo en 2030, y
- la polución en los grandes centros urbanos se convierte en un problema cada vez más agudo.
Pero el elefante asiático ha sabido adaptar los pasos de China, y parece que será capaz de hacer frente a los gigantescos retos que se avecinan.
Sin embargo, cómo funcionarán Cuba o Corea del Norte es una incógnita. Estos dos países han vivido en un sistema mucho más cercano al ideal comunista que China, y sus habitantes no están acostumbrados a ligar productividad con beneficios económicos. Por ello, y por la presión internacional que se ejerce a través de embargos, es posible que una traducción literal del modelo chino resulte mucho más dolorosa.
Porque en China el concepto de comunismo va ligado al Partido, y no al día a día de la población. Ni la sanidad ni la educación son gratuitas, y el éxito está condicionado por condiciones laborales extremadamente duras. Sin embargo, es posible que veamos en breve cambios drásticos en ambos países. A pesar de su silencio (Castro no ha sido capaz siquiera de hacer titulares en portada), China estará muy presente en el proceso que ahora comienza en la isla.
En cuanto a Corea del Norte, la decisión de abandonar su programa nuclear ha convertido a Kim Jong-il en un ser menos malvado, y es muy posible que China vuelva a mostrarse amistosa y ofrezca ayuda para que comience el proceso de apertura económica que tan desesperadamente necesita la empobrecida población.
Porque hay que reconocer que, a pesar de la urticaria que nos producen los regímenes autoritarios, el ejemplo de China está consiguiendo que cientos de millones de personas abandonen la miseria y recuperen la esperanza en un futuro mejor. Luego ya llegarán las exigencias de cambios políticos.
Primero, el estómago lleno.
Zigor Aldama - DEIA - Bilbao - 23-Feb-2008
El modelo chino es, al contrario del seguido por Rusia tras la caída de la Unión Soviética, el sistema que se está imponiendo en muchos otros países, la mayoría de fuera de la esfera comunista.
La sombra de China es cada vez más alargada, y bajo su peso se cuentan ya países como Nepal, Sudán o Tailandia. Todos ellos tratan de seguir los pasos del gigante asiático. Ahora, todo indica que Cuba se unirá a este selecto club de fans.
El fin de la era Castro abre un nuevo horizonte en el que las reformas económicas se perfilan como el primer paso de sus sucesores, independientemente de su nombre. Los cambios en el ámbito político, por mucho que Bush quiera lo contrario, no parecen estar a la vuelta de la esquina.
La presencia china en la isla no ha hecho sino aumentar en los últimos años, y todo apunta a que la revolución de Castro seguirá ahora un camino distinto, pero no más cercano a los valores de la democracia occidental.
¿Qué es exactamente lo que hace tan irresistible al modelo chino?
Obviamente, no la creación de una sociedad igualitaria. Lo más atractivo para Gobiernos autoritarios es la combinación de la dictadura política y la libertad económica, lo que se conoce como comunismo con características chinas, y cuyos resultados son evidentes en ambos campos.
Por un lado, las mejoras en la calidad de vida de la población hacen que ésta no cuestione el autoritarismo de sus dirigentes, o que lo haga de forma marginal, mientras que el crecimiento económico hace que todas las previsiones se queden cortas y los dos dígitos sean el objetivo prioritario en la pauta de crecimiento.
El patrón funciona en China, y también en Vietnam. Dos países en los que el amor al trabajo (y al dinero) son pilares fundamentales de la sociedad desde hace milenios. Ahora está por ver si se puede trasladar con éxito este modelo no ya a países capitalistas como los africanos o India, sino a otros Estados que, como Cuba, Laos o Corea del Norte, abrazan el comunismo pero tienen valores ciertamente diferentes.
Todo apunta a que India seguirá creciendo muy por encima de la media mundial en los próximos años. Afortunadamente para los hindúes, el Gobierno sólo ha tomado la parte económica del modelo chino, que parece compatible con un sistema democrático.
Sin embargo, algunos de los efectos secundarios del sistema ya son más que evidentes.
- Las diferencias sociales son cada vez mayores, en parte debido a la lacra de las castas y a los imparables índices de natalidad, que convertirán a India en el país más poblado del mundo en 2030, y
- la polución en los grandes centros urbanos se convierte en un problema cada vez más agudo.
Pero el elefante asiático ha sabido adaptar los pasos de China, y parece que será capaz de hacer frente a los gigantescos retos que se avecinan.
Sin embargo, cómo funcionarán Cuba o Corea del Norte es una incógnita. Estos dos países han vivido en un sistema mucho más cercano al ideal comunista que China, y sus habitantes no están acostumbrados a ligar productividad con beneficios económicos. Por ello, y por la presión internacional que se ejerce a través de embargos, es posible que una traducción literal del modelo chino resulte mucho más dolorosa.
Porque en China el concepto de comunismo va ligado al Partido, y no al día a día de la población. Ni la sanidad ni la educación son gratuitas, y el éxito está condicionado por condiciones laborales extremadamente duras. Sin embargo, es posible que veamos en breve cambios drásticos en ambos países. A pesar de su silencio (Castro no ha sido capaz siquiera de hacer titulares en portada), China estará muy presente en el proceso que ahora comienza en la isla.
En cuanto a Corea del Norte, la decisión de abandonar su programa nuclear ha convertido a Kim Jong-il en un ser menos malvado, y es muy posible que China vuelva a mostrarse amistosa y ofrezca ayuda para que comience el proceso de apertura económica que tan desesperadamente necesita la empobrecida población.
Porque hay que reconocer que, a pesar de la urticaria que nos producen los regímenes autoritarios, el ejemplo de China está consiguiendo que cientos de millones de personas abandonen la miseria y recuperen la esperanza en un futuro mejor. Luego ya llegarán las exigencias de cambios políticos.
Primero, el estómago lleno.
Zigor Aldama - DEIA - Bilbao - 23-Feb-2008
El ecosistema marino puede «colapsar» en décadas
El desarrollo costero «se incrementa rápidamente y se prevé que impacte negativamente en el 91% de todas las costas deshabitadas para el 2050, contribuyendo con el 80% a la "contaminación del mar".
La vida marina se enfrenta a una extinción masiva en pocas décadas si no se frena
- la pesca intensiva,
- el cambio climático,
- la acidificación del agua,
- la polución y
- el desarrollo costero,
según un informe presentado hoy a Naciones Unidas.
El informe »En Aguas Muertas«, redactado por un equipo de científicos por encargo del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, cuyo X consejo especial termina hoy en Mónaco, ofrece un panorama tenebroso.
»Hace 65 millones de años, cuando desaparecieron los dinosaurios, el mar estaba saturado de dióxido de carbono (CO2) y desde aquella fecha, por cerca de dos millones de años, los moluscos y el coral desaparecen del registro fósil; en pocas décadas a partir de ahora, el agua de mar será aún más ácida que entonces«.
Así lo afirma Ken Caldeira, de la Universidad de Standford, quien junto a otros científicos y el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), Achim Steiner, presentó el informe a la prensa.
Steiner resumió las amenazas que penden sobre los océanos:
- pesca intensiva,
- malas prácticas pesqueras, como el arrastre y la pesca de profundidad,
- cambio climático y
- polución costera.
Según afirmó, »sería una irresponsabilidad culpar a una sola de ellas«, pero todas juntas harán que »en 30 o 40 años desaparezca la industria pesquera« y se produzca el »colapso« biológico de los mares.
El informe indica que »la mitad de las capturas pesqueras del mundo se realiza en menos del diez por ciento del océano. Es en estas áreas donde se produce la mayor parte de la actividad biológica de especies consideradas claves en la cadena trófica.
Debido al cambio climático, «y solo con que aumente 3 grados la temperatura de las aguas someras, más del 80 por ciento del coral -fundamental en la ecología marina - puede morir en décadas, entre un 80 y un cien por cien para 2080», según el informe.
La acidificación del mar, debido a la disolución de dióxido de carbono (CO2) provocado por el uso de combustibles fósiles, en pocas décadas «dañará también los corales y otras especies» que metabolizan conchas calcáreas.
El desarrollo costero «se incrementa rápidamente y se prevé que impacte negativamente en el 91 por ciento de todas las costas deshabitadas para 2050, contribuyendo con el 80 por ciento a la contaminación del mar», continúa el informe.
El cambio climático afecta negativamente a «la circulación termoalina - grandes corrientes - y el fenómeno de flujo y reflujo del agua continental, crucial para el 75 por ciento de las pesquerías».
Conjuntamente la polución costera y el cambio climático «acelerarán el desarrollo de zonas muertas, muchas de ellas alrededor de las plataformas pesqueras».
El numero de zonas muertas, regiones con hipoxia (falta de oxigeno) aumentó de 149 en 2003 a 200 en 2006, afirma el informe presentado al PNUMA.
«La pesca intensiva y el arrastre de fondo está degradando el hábitat y amenazando la productividad y la diversidad biológica. Las áreas dañadas por el arrastre tardarán varios siglos en recuperarse», advierten los científicos.
«La peor concentración de impactos acumulativos por el cambio climático, pesca excesiva, arrastre, invasión de especies exóticas, desarrollo costero y polución se concentra en el 10 o 15 por ciento del océano que coincide con las áreas de pesca».
«Si ya existen proyecciones que indican el colapso de la industria pesquera como resultado de la sobre explotación, es muy probable que ese colapso se adelante como resultado de múltiples factores que actúan de forma combinada, entre ellos el cambio climático», según afirmaron los científicos en Mónaco
A los fenómenos perjudiciales que se desarrollan en el agua, hay que sumar los efectos causados por el cambio climático en la atmósfera y el deshielo y aumento del nivel del mar, según los oceanógrafos.
Informe - "La Voz de Galicia" - Santiago - 22-Feb-2008
La vida marina se enfrenta a una extinción masiva en pocas décadas si no se frena
- la pesca intensiva,
- el cambio climático,
- la acidificación del agua,
- la polución y
- el desarrollo costero,
según un informe presentado hoy a Naciones Unidas.
El informe »En Aguas Muertas«, redactado por un equipo de científicos por encargo del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, cuyo X consejo especial termina hoy en Mónaco, ofrece un panorama tenebroso.
»Hace 65 millones de años, cuando desaparecieron los dinosaurios, el mar estaba saturado de dióxido de carbono (CO2) y desde aquella fecha, por cerca de dos millones de años, los moluscos y el coral desaparecen del registro fósil; en pocas décadas a partir de ahora, el agua de mar será aún más ácida que entonces«.
Así lo afirma Ken Caldeira, de la Universidad de Standford, quien junto a otros científicos y el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), Achim Steiner, presentó el informe a la prensa.
Steiner resumió las amenazas que penden sobre los océanos:
- pesca intensiva,
- malas prácticas pesqueras, como el arrastre y la pesca de profundidad,
- cambio climático y
- polución costera.
Según afirmó, »sería una irresponsabilidad culpar a una sola de ellas«, pero todas juntas harán que »en 30 o 40 años desaparezca la industria pesquera« y se produzca el »colapso« biológico de los mares.
El informe indica que »la mitad de las capturas pesqueras del mundo se realiza en menos del diez por ciento del océano. Es en estas áreas donde se produce la mayor parte de la actividad biológica de especies consideradas claves en la cadena trófica.
Debido al cambio climático, «y solo con que aumente 3 grados la temperatura de las aguas someras, más del 80 por ciento del coral -fundamental en la ecología marina - puede morir en décadas, entre un 80 y un cien por cien para 2080», según el informe.
La acidificación del mar, debido a la disolución de dióxido de carbono (CO2) provocado por el uso de combustibles fósiles, en pocas décadas «dañará también los corales y otras especies» que metabolizan conchas calcáreas.
El desarrollo costero «se incrementa rápidamente y se prevé que impacte negativamente en el 91 por ciento de todas las costas deshabitadas para 2050, contribuyendo con el 80 por ciento a la contaminación del mar», continúa el informe.
El cambio climático afecta negativamente a «la circulación termoalina - grandes corrientes - y el fenómeno de flujo y reflujo del agua continental, crucial para el 75 por ciento de las pesquerías».
Conjuntamente la polución costera y el cambio climático «acelerarán el desarrollo de zonas muertas, muchas de ellas alrededor de las plataformas pesqueras».
El numero de zonas muertas, regiones con hipoxia (falta de oxigeno) aumentó de 149 en 2003 a 200 en 2006, afirma el informe presentado al PNUMA.
«La pesca intensiva y el arrastre de fondo está degradando el hábitat y amenazando la productividad y la diversidad biológica. Las áreas dañadas por el arrastre tardarán varios siglos en recuperarse», advierten los científicos.
«La peor concentración de impactos acumulativos por el cambio climático, pesca excesiva, arrastre, invasión de especies exóticas, desarrollo costero y polución se concentra en el 10 o 15 por ciento del océano que coincide con las áreas de pesca».
«Si ya existen proyecciones que indican el colapso de la industria pesquera como resultado de la sobre explotación, es muy probable que ese colapso se adelante como resultado de múltiples factores que actúan de forma combinada, entre ellos el cambio climático», según afirmaron los científicos en Mónaco
A los fenómenos perjudiciales que se desarrollan en el agua, hay que sumar los efectos causados por el cambio climático en la atmósfera y el deshielo y aumento del nivel del mar, según los oceanógrafos.
Informe - "La Voz de Galicia" - Santiago - 22-Feb-2008
jueves, 21 de febrero de 2008
¿Hay vida después de la política?
Estamos inmersos en la recta final de unas elecciones generales y andaluzas. Las urnas decidirán quién gobierna y quién calienta los fríos banquillos de la oposición. Mientras los ciudadanos deciden su voto, cientos de candidatos sueñan con alcanzar el escaño deseado. Algunos repetirán en el asiento que ostentaron en anteriores legislaturas, mientras que otros se verán forzados a abandonarlos. Entramos en un periodo de mudanza. Habrá quien ascienda a los cielos y quien se vea arrastrado hasta los profundos infiernos.
Desasosiego para casi todos, a la espera del veredicto final. Todos esperamos conocer a los elegidos... mientras que ya hemos empezado a olvidar a los que atrás se quedaron. La memoria es frágil, y entierra rápido nombres y caras.
¿Quién se acuerda de ministros y diputados pasados cuando a la mayoría de los actuales ni siquiera se les pone cara? Pues nosotros sí lo haremos. Precisamente, esos que ya no serán, son nuestros protagonistas.
Se habla mucho de la vida política, pero muy poco de la vida de las personas tras un paso intenso por sus mieles y sus hieles. La política se vive con tal intensidad que apenas se piensa en el día después. Algunos creen que, como en la canción de Rocío Jurado, el invierno nunca les llegará hasta que lo tienen encima. Y mientras unos pueden encontrar un refugio caliente, a otros nos les queda sino el tiritar y el crujir de dientes.
¿Puede ofrecer la vida a un ciudadano corriente las oportunidades y los alicientes que se encontraron mientras se ostentaba el cargo público? Pues depende. Para unos sí y para otros no. Pero no adelantemos argumentos. Estábamos en la campaña electoral. A estas alturas, ya existen los que han dado sus primeros pasos fuera de la política. Son los que no repitieron en las listas. Que nuestro sistema de listas cerradas y bloqueadas tiene estas cosas. Desde arriba se señala a quién se coloca en puestos de salida y a quién se relega a los testimoniales o al olvido. Y eso otorga mucho poder a quien lo decide.
Un porcentaje significativo del aparato de nuestros partidos está constituido por personas que echaron los dientes en la política. Se afiliaron jóvenes al partido de sus ideales y le dedicaron los mejores esfuerzos de su juventud. Con estudios universitarios o sin ellos, la mayoría nunca tuvo un oficio fuera de los cargos de partido o institucionales. Nada saben de la vida de la empresa, ni de las cuitas de los trabajadores o de los funcionarios.
La calle les da miedo y sufren el horror al vacío del exterior. Sin el partido no son nada, son dependientes de su estructura. Ofrecen docilidad y trabajo a cambio de continuidad.
Alfonso Guerra entendió a la perfección esa dinámica cuando pronunció la frase que tan célebre resultaría:
"El que se mueva no sale en la foto". Obedecen al que manda para poder continuar. Y la dependencia también es social y afectiva. Muchos apenas tienen amigos fuera del partido. Cuando la política los deja, caen en un abismo vacío.
Para el que sienta una vocación pública, la política es hermosa, a pesar de sus frecuentes sinsabores. Por eso les cuesta tanto abandonarla. La mayoría de los políticos suelen reengancharse de una u otra forma al presupuesto público hasta constituir verdaderas gerontocracias. Basta echar un vistazo a la política europea para comprender hasta qué punto sus efectivos pertenecen a las viejas glorias. Ese aferrarse a los cargos impide la entrada de sangre nueva. Aunque algunos cargos siguen aportando con su valía y experiencia, muchos se limitan a vegetar, vencidos por el cinismo de la realidad.
A éstos deberíamos recordarles que existe vida fuera de la política, donde se afanan millones de ciudadanos corrientes, sin otros privilegios que el de sus propios derechos constitucionales.
La política es una experiencia extraordinariamente enriquecedora. Quien ha pasado por ella tendrá que reconocer que le modificó como persona. Se sale mucho más maduro y sabio de lo que se entra. Desde la política se disfruta de la visión más amplia de la sociedad. Se descubre que todo es más complejo y más rico. Esa sabiduría adquirida le servirá en su vida futura. Y no tan sólo por los contactos adquiridos -que siempre son temporales y con plazo caduco-, sino por la experiencia y el conocimiento.
Las democracias se preocupan por el futuro de sus presidentes. En España garantizamos un sueldo vitalicio y unos gastos de oficina a nuestros presidentes de Gobierno una vez finalizados sus mandatos. Es una buena medida.
Esta seguridad económica evita, por una parte, que los presidentes tengan que preocuparse por su futuro mientras estén gobernando. Así ganan independencia frente a los intereses de todo tipo. Por otra parte, también les evita el tener que ponerse a trabajar en lo primero que salga. Nuestros ex presidentes nos siguen representando, y deseamos que lo hagan de la forma más digna posible.
"Lo bueno que tiene ser ministro" -te dicen el mismo día de tu nombramiento- es que ya serás ex ministro para toda la vida". Lo de ex ministro es un grado, una distinción, que, aunque no conlleva prebenda económica alguna, adorna y perfuma. Hasta la democracia, quedaba el sueldo vitalicio de ministro. Afortunadamente, ese privilegio pasó a la historia como tantos otros. En la actualidad, el ex ministro cobra durante dos años un porcentaje del sueldo que se tenía como ministro y, creo, que, tras la jubilación, la pensión máxima que concede la Seguridad Social.
Recuerdo los debates que tuvimos en torno al derecho a la prestación de desempleo para los alcaldes y concejales. Se quejaban de que después de muchos años de intenso trabajo, cotizando como cualquier hijo de vecino, se veían en la calle sin ningún colchón que le amortiguara la salida. Tenían razón. Si cualquier trabajador que ha cotizado tiene derecho al paro, ¿por qué no los alcaldes y concejales?
Para muchos ex políticos no resulta fácil adaptarse a una vida laboral ordinaria. Acostumbrado a salir en los medios de comunicación, se sienten ninguneados si los flashes no disparan en su honor. Quien basó su prestigio y su éxito personal en el poder, no logra adaptarse a las circunstancias de la normal ciudadanía.
Se siente despreciados, minusvalorados por el resto. No logra encontrar su hueco en un trabajo ordinario. El mal de las alturas no les abandonará en mucho tiempo. El inefable Pío Cabanillas afirmaba que lo que más notaba cuando perdía el poder era que "los teléfonos no suenan". Esa invisibilidad afecta su autoestima.
Existen tantas formas de dejar el poder como de acceder al mismo y ejercerlo. Depende de la naturaleza de cada persona y sus circunstancias. No tiene nada que ver la tranquilidad con la que encamina su futuro quien lo tiene resuelto -funcionarios o profesionales por ejemplo- con aquellos que no tienen red de seguridad a su salida.
No es lo mismo haber sido ministro, lo que te confiere una alta notoriedad, que cualquier otra responsabilidad inferior. Los consejos de administración y la participación en conferencias y congresos de variada naturaleza suponen una fuente de ingresos para los "ex" más demandados.
Todo aquel que tiene responsabilidad política trabaja bajo presión motivada tanto por la responsabilidad como por el estar expuesto a la opinión pública. Cuando la abandona, necesariamente tiene que pasar un periodo de descompresión. Recuerdo que cuando dejé el ministerio me hice la pregunta: "Y ahora, ¿qué?". Tenía que encontrar una actividad que me motivase de igual manera. Afortunadamente, la encontré en los libros.
Existe vida después de la política, aunque a algunos les cueste creerlo.
MANUEL PIMENTEL - ex Ministro del Gobierno del Partido Popular - "El País" - Madrid - 21-Feb-2008
Desasosiego para casi todos, a la espera del veredicto final. Todos esperamos conocer a los elegidos... mientras que ya hemos empezado a olvidar a los que atrás se quedaron. La memoria es frágil, y entierra rápido nombres y caras.
¿Quién se acuerda de ministros y diputados pasados cuando a la mayoría de los actuales ni siquiera se les pone cara? Pues nosotros sí lo haremos. Precisamente, esos que ya no serán, son nuestros protagonistas.
Se habla mucho de la vida política, pero muy poco de la vida de las personas tras un paso intenso por sus mieles y sus hieles. La política se vive con tal intensidad que apenas se piensa en el día después. Algunos creen que, como en la canción de Rocío Jurado, el invierno nunca les llegará hasta que lo tienen encima. Y mientras unos pueden encontrar un refugio caliente, a otros nos les queda sino el tiritar y el crujir de dientes.
¿Puede ofrecer la vida a un ciudadano corriente las oportunidades y los alicientes que se encontraron mientras se ostentaba el cargo público? Pues depende. Para unos sí y para otros no. Pero no adelantemos argumentos. Estábamos en la campaña electoral. A estas alturas, ya existen los que han dado sus primeros pasos fuera de la política. Son los que no repitieron en las listas. Que nuestro sistema de listas cerradas y bloqueadas tiene estas cosas. Desde arriba se señala a quién se coloca en puestos de salida y a quién se relega a los testimoniales o al olvido. Y eso otorga mucho poder a quien lo decide.
Un porcentaje significativo del aparato de nuestros partidos está constituido por personas que echaron los dientes en la política. Se afiliaron jóvenes al partido de sus ideales y le dedicaron los mejores esfuerzos de su juventud. Con estudios universitarios o sin ellos, la mayoría nunca tuvo un oficio fuera de los cargos de partido o institucionales. Nada saben de la vida de la empresa, ni de las cuitas de los trabajadores o de los funcionarios.
La calle les da miedo y sufren el horror al vacío del exterior. Sin el partido no son nada, son dependientes de su estructura. Ofrecen docilidad y trabajo a cambio de continuidad.
Alfonso Guerra entendió a la perfección esa dinámica cuando pronunció la frase que tan célebre resultaría:
"El que se mueva no sale en la foto". Obedecen al que manda para poder continuar. Y la dependencia también es social y afectiva. Muchos apenas tienen amigos fuera del partido. Cuando la política los deja, caen en un abismo vacío.
Para el que sienta una vocación pública, la política es hermosa, a pesar de sus frecuentes sinsabores. Por eso les cuesta tanto abandonarla. La mayoría de los políticos suelen reengancharse de una u otra forma al presupuesto público hasta constituir verdaderas gerontocracias. Basta echar un vistazo a la política europea para comprender hasta qué punto sus efectivos pertenecen a las viejas glorias. Ese aferrarse a los cargos impide la entrada de sangre nueva. Aunque algunos cargos siguen aportando con su valía y experiencia, muchos se limitan a vegetar, vencidos por el cinismo de la realidad.
A éstos deberíamos recordarles que existe vida fuera de la política, donde se afanan millones de ciudadanos corrientes, sin otros privilegios que el de sus propios derechos constitucionales.
La política es una experiencia extraordinariamente enriquecedora. Quien ha pasado por ella tendrá que reconocer que le modificó como persona. Se sale mucho más maduro y sabio de lo que se entra. Desde la política se disfruta de la visión más amplia de la sociedad. Se descubre que todo es más complejo y más rico. Esa sabiduría adquirida le servirá en su vida futura. Y no tan sólo por los contactos adquiridos -que siempre son temporales y con plazo caduco-, sino por la experiencia y el conocimiento.
Las democracias se preocupan por el futuro de sus presidentes. En España garantizamos un sueldo vitalicio y unos gastos de oficina a nuestros presidentes de Gobierno una vez finalizados sus mandatos. Es una buena medida.
Esta seguridad económica evita, por una parte, que los presidentes tengan que preocuparse por su futuro mientras estén gobernando. Así ganan independencia frente a los intereses de todo tipo. Por otra parte, también les evita el tener que ponerse a trabajar en lo primero que salga. Nuestros ex presidentes nos siguen representando, y deseamos que lo hagan de la forma más digna posible.
"Lo bueno que tiene ser ministro" -te dicen el mismo día de tu nombramiento- es que ya serás ex ministro para toda la vida". Lo de ex ministro es un grado, una distinción, que, aunque no conlleva prebenda económica alguna, adorna y perfuma. Hasta la democracia, quedaba el sueldo vitalicio de ministro. Afortunadamente, ese privilegio pasó a la historia como tantos otros. En la actualidad, el ex ministro cobra durante dos años un porcentaje del sueldo que se tenía como ministro y, creo, que, tras la jubilación, la pensión máxima que concede la Seguridad Social.
Recuerdo los debates que tuvimos en torno al derecho a la prestación de desempleo para los alcaldes y concejales. Se quejaban de que después de muchos años de intenso trabajo, cotizando como cualquier hijo de vecino, se veían en la calle sin ningún colchón que le amortiguara la salida. Tenían razón. Si cualquier trabajador que ha cotizado tiene derecho al paro, ¿por qué no los alcaldes y concejales?
Para muchos ex políticos no resulta fácil adaptarse a una vida laboral ordinaria. Acostumbrado a salir en los medios de comunicación, se sienten ninguneados si los flashes no disparan en su honor. Quien basó su prestigio y su éxito personal en el poder, no logra adaptarse a las circunstancias de la normal ciudadanía.
Se siente despreciados, minusvalorados por el resto. No logra encontrar su hueco en un trabajo ordinario. El mal de las alturas no les abandonará en mucho tiempo. El inefable Pío Cabanillas afirmaba que lo que más notaba cuando perdía el poder era que "los teléfonos no suenan". Esa invisibilidad afecta su autoestima.
Existen tantas formas de dejar el poder como de acceder al mismo y ejercerlo. Depende de la naturaleza de cada persona y sus circunstancias. No tiene nada que ver la tranquilidad con la que encamina su futuro quien lo tiene resuelto -funcionarios o profesionales por ejemplo- con aquellos que no tienen red de seguridad a su salida.
No es lo mismo haber sido ministro, lo que te confiere una alta notoriedad, que cualquier otra responsabilidad inferior. Los consejos de administración y la participación en conferencias y congresos de variada naturaleza suponen una fuente de ingresos para los "ex" más demandados.
Todo aquel que tiene responsabilidad política trabaja bajo presión motivada tanto por la responsabilidad como por el estar expuesto a la opinión pública. Cuando la abandona, necesariamente tiene que pasar un periodo de descompresión. Recuerdo que cuando dejé el ministerio me hice la pregunta: "Y ahora, ¿qué?". Tenía que encontrar una actividad que me motivase de igual manera. Afortunadamente, la encontré en los libros.
Existe vida después de la política, aunque a algunos les cueste creerlo.
MANUEL PIMENTEL - ex Ministro del Gobierno del Partido Popular - "El País" - Madrid - 21-Feb-2008
Sindicatos advierten a UE: "Si quieren moderación salarial, que los ejecutivos se bajen el sueldo"
Las centrales inician una campaña de movilizaciones en toda Europa a favor de un incremento medio de los sueldos superior al 3,5% .
Para los sindicatos, lo mejor es predicar con el ejemplo. Por ello, han advertido que la moderación salarial que tanto promulgan las autoridades económicas europeas debería empezar en los grandes gerentes en el inicio de una campaña que busca mayores sueldos para los trabajadores con el fin de ayudar así al crecimiento de la economía y, al mismo tiempo, reducir las diferencias con la gerencia.
El punto álgido de la campaña tendrá lugar el próximo 5 de abril, con una gran manifestación en Ljubljana, capital de Eslovenia, coincidiendo con un encuentro de los ministros de Finanzas de la Unión Europea y los banqueros centrales.
Además, el escándalo provocado después de que Alemania descubriera una evasión fiscal a gran escala de parte de cientos de alemanes acaudalados, amenaza con caldear los ánimos.
Asimismo, la propuesta también coincide con los recientes llamamientos del Banco Central Europeo instando a la moderación salarial para luchar contra la inflación, que en la euro zona ha cerrado el año en niveles récord con un avance del 3,2%.
"Los trabajadores europeos necesitan, y merecen, un aumento salarial. Queremos más poder de compra y mayor igualdad", ha afirmado el secretario general de la Confederación de Sindicatos Europeos (ETUC), John Monks, en la apertura de las movilizaciones.
"El mensaje de los sindicatos es que si hay una moderación en el crecimiento salarial, ésta debiese comenzar por los ejecutivos", ha advertido.
Según Monks, los sindicatos buscan un crecimiento salarial que resulte de la combinación de la inflación con el aumento de la productividad, la que, en promedio, es igual a 3,5%, mientras que las alzas salariales hasta ahora están siendo de un 2,5%.
De acuerdo con la central sindical, los 20 gerentes mejor pagados de Europa reciben cerca de 8,5 millones de euros al año, unas 300 veces más de lo que gana un trabajador promedio en la zona euro. Según sus datos, la brecha salarial ha aumentado.
"Es avaricia corporativa, ellos son actualmente la mayor amenaza para el sistema, su comportamiento es abismal", ha denunciado Monks. "Sus acciones son tan mal ejemplo para el resto de la sociedad que me sorprende que los trabajadores no soliciten aumentos de un 30% que ellos han recibido en los últimos años", ha resumido.
Buenos antecedentes en Alemania
En este sentido, lo cierto es que los últimos antecedentes pueden dar ánimos a los sindicatos. Sobre todo después de que el sindicato germano IG Metal haya logrado cerrar esta semana la mayor subida salarial de los últimos 15 años a pesar de la desaceleración económica y los llamamientos a la moderación del BCE, que también apuesta por la flexibilidad laboral para afrontar las incertidumbres.
Según este acuerdo, los sueldos de los empleados del acero germano se incrementarán en un 5,2% a partir del 1 de marzo, y la duración de este convenio se extenderá hasta el 31 del mismo mes de 2009. Además, este mes de febrero unos 85.000 asalariados de los estados de Baja Sajonia, Bremen y Renania recibirán una prima de 200 euros.
El ministro alemán de Trabajo, Olaf Scholz, ha justificado la subida porque "después de los aumentos moderados de estos últimos años, que no estaban correspondidos con el fuerte crecimiento de la economía, era necesaria una subida más adecuada".
Información - "El País" - Madrid - 21-Feb-2008
Para los sindicatos, lo mejor es predicar con el ejemplo. Por ello, han advertido que la moderación salarial que tanto promulgan las autoridades económicas europeas debería empezar en los grandes gerentes en el inicio de una campaña que busca mayores sueldos para los trabajadores con el fin de ayudar así al crecimiento de la economía y, al mismo tiempo, reducir las diferencias con la gerencia.
El punto álgido de la campaña tendrá lugar el próximo 5 de abril, con una gran manifestación en Ljubljana, capital de Eslovenia, coincidiendo con un encuentro de los ministros de Finanzas de la Unión Europea y los banqueros centrales.
Además, el escándalo provocado después de que Alemania descubriera una evasión fiscal a gran escala de parte de cientos de alemanes acaudalados, amenaza con caldear los ánimos.
Asimismo, la propuesta también coincide con los recientes llamamientos del Banco Central Europeo instando a la moderación salarial para luchar contra la inflación, que en la euro zona ha cerrado el año en niveles récord con un avance del 3,2%.
"Los trabajadores europeos necesitan, y merecen, un aumento salarial. Queremos más poder de compra y mayor igualdad", ha afirmado el secretario general de la Confederación de Sindicatos Europeos (ETUC), John Monks, en la apertura de las movilizaciones.
"El mensaje de los sindicatos es que si hay una moderación en el crecimiento salarial, ésta debiese comenzar por los ejecutivos", ha advertido.
Según Monks, los sindicatos buscan un crecimiento salarial que resulte de la combinación de la inflación con el aumento de la productividad, la que, en promedio, es igual a 3,5%, mientras que las alzas salariales hasta ahora están siendo de un 2,5%.
De acuerdo con la central sindical, los 20 gerentes mejor pagados de Europa reciben cerca de 8,5 millones de euros al año, unas 300 veces más de lo que gana un trabajador promedio en la zona euro. Según sus datos, la brecha salarial ha aumentado.
"Es avaricia corporativa, ellos son actualmente la mayor amenaza para el sistema, su comportamiento es abismal", ha denunciado Monks. "Sus acciones son tan mal ejemplo para el resto de la sociedad que me sorprende que los trabajadores no soliciten aumentos de un 30% que ellos han recibido en los últimos años", ha resumido.
Buenos antecedentes en Alemania
En este sentido, lo cierto es que los últimos antecedentes pueden dar ánimos a los sindicatos. Sobre todo después de que el sindicato germano IG Metal haya logrado cerrar esta semana la mayor subida salarial de los últimos 15 años a pesar de la desaceleración económica y los llamamientos a la moderación del BCE, que también apuesta por la flexibilidad laboral para afrontar las incertidumbres.
Según este acuerdo, los sueldos de los empleados del acero germano se incrementarán en un 5,2% a partir del 1 de marzo, y la duración de este convenio se extenderá hasta el 31 del mismo mes de 2009. Además, este mes de febrero unos 85.000 asalariados de los estados de Baja Sajonia, Bremen y Renania recibirán una prima de 200 euros.
El ministro alemán de Trabajo, Olaf Scholz, ha justificado la subida porque "después de los aumentos moderados de estos últimos años, que no estaban correspondidos con el fuerte crecimiento de la economía, era necesaria una subida más adecuada".
Información - "El País" - Madrid - 21-Feb-2008
miércoles, 20 de febrero de 2008
No sólo de los riesgos financieros hay que preocuparse
El informe de Riesgos Globales 2008 del Foro Económico Mundial hace advertencias que van mucho más allá de los riesgos financieros. Chile y, aún más, cada chileno en particular no están al margen de estos riesgos.
En el último tiempo los mercados internacionales han estado convulsionados con las caídas bursátiles. Esto hace más patente que vivimos expuestos a riesgos en materia financiera.
De hecho, de acuerdo con el Informe Riesgos Globales 2008 dado a conocer recientemente y que elabora el Foro Económico Mundial en colaboración con Marsh & Mc Lennan Companies, Citigroup, Swiss Re, Wharton School Risk Center y Zurich Financial Services, el riesgo más inmediato es el que afronta el sistema financiero mundial.
Incluso, podemos ver por estos días que una eventual recesión en Estados Unidos es un tema de análisis en todo el mundo. Sin embargo, no sólo debemos estar pendientes de ese riesgo.
Hay otras tres amenazas críticas que necesitan análisis y ser abordadas seriamente:
- La primera es la seguridad alimentaria: En 2007 los precios de muchos alimentos de primera necesidad alcanzaron niveles récord y las reservas globales de alimentos llegaron a su momento más bajo en 25 años. En el pasado, la seguridad de la cadena alimentaria era una problemática de países no desarrollados, pero ahora también lo es en los países desarrollados.
- La segunda es la cadena de suministros: Es evidente que el mejoramiento tecnológico, logístico y la disminución de las barreras comerciales han contribuido al intercambio comercial entre los países. Esto, que de suyo es positivo, también genera vulnerabilidades importantes, ya que si algún hecho afecta a un producto o actividad económica, esto no sólo tendrá consecuencias en ese sector, sino que también podrá tener impacto en la cadena global.
- La tercera es el suministro energético: La Agencia Internacional de Energía proyecta un crecimiento de 37% en la demanda por petróleo, la que llegaría a 116 millones de barriles por día en el año 2030.
¿El problema? Las inversiones en exploración han caído y los analistas estiman que es poco probable que la producción de petróleo exceda los 100 millones de barriles diarios. Pero no sólo eso, algunas alternativas, como los biocombustibles, tienen también sus propios problemas. Chile y, todavía más, cada chileno en particular no están al margen de estos riesgos.
- Que la crisis financiera mundial ha afectado a nuestra bolsa local es evidente.
- El aumento de los precios de los alimentos ha sido tan dramático que ha impactado el IPC y con ello la inflación de 2007.
- Igual cosa ocurre con la escasez energética/aumento del precio del petróleo, que han perjudicado los bolsillos de todos.
- Otro tanto pasa con las cadenas de suministro; hemos visto cómo ellas mueven el precio del cobre, éste a nuestro tipo de cambio y con ello a muchos productores y trabajadores.
Uno piensa que los riesgos afectan a otros, pero no, las amenazas se ciernen y nos afectan también a nosotros.
Sin embargo,
- en todo riesgo también hay una oportunidad;
- saber administrar la contingencia, precaverla y mitigarla
- es a lo que están llamados todos los buenos administradores,
- ya sea desde el sillón de la administración pública o privada.
¿Nos lo hemos tomado suficientemente en serio?
JAIME SEARLE - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 20-Feb-2008
En el último tiempo los mercados internacionales han estado convulsionados con las caídas bursátiles. Esto hace más patente que vivimos expuestos a riesgos en materia financiera.
De hecho, de acuerdo con el Informe Riesgos Globales 2008 dado a conocer recientemente y que elabora el Foro Económico Mundial en colaboración con Marsh & Mc Lennan Companies, Citigroup, Swiss Re, Wharton School Risk Center y Zurich Financial Services, el riesgo más inmediato es el que afronta el sistema financiero mundial.
Incluso, podemos ver por estos días que una eventual recesión en Estados Unidos es un tema de análisis en todo el mundo. Sin embargo, no sólo debemos estar pendientes de ese riesgo.
Hay otras tres amenazas críticas que necesitan análisis y ser abordadas seriamente:
- La primera es la seguridad alimentaria: En 2007 los precios de muchos alimentos de primera necesidad alcanzaron niveles récord y las reservas globales de alimentos llegaron a su momento más bajo en 25 años. En el pasado, la seguridad de la cadena alimentaria era una problemática de países no desarrollados, pero ahora también lo es en los países desarrollados.
- La segunda es la cadena de suministros: Es evidente que el mejoramiento tecnológico, logístico y la disminución de las barreras comerciales han contribuido al intercambio comercial entre los países. Esto, que de suyo es positivo, también genera vulnerabilidades importantes, ya que si algún hecho afecta a un producto o actividad económica, esto no sólo tendrá consecuencias en ese sector, sino que también podrá tener impacto en la cadena global.
- La tercera es el suministro energético: La Agencia Internacional de Energía proyecta un crecimiento de 37% en la demanda por petróleo, la que llegaría a 116 millones de barriles por día en el año 2030.
¿El problema? Las inversiones en exploración han caído y los analistas estiman que es poco probable que la producción de petróleo exceda los 100 millones de barriles diarios. Pero no sólo eso, algunas alternativas, como los biocombustibles, tienen también sus propios problemas. Chile y, todavía más, cada chileno en particular no están al margen de estos riesgos.
- Que la crisis financiera mundial ha afectado a nuestra bolsa local es evidente.
- El aumento de los precios de los alimentos ha sido tan dramático que ha impactado el IPC y con ello la inflación de 2007.
- Igual cosa ocurre con la escasez energética/aumento del precio del petróleo, que han perjudicado los bolsillos de todos.
- Otro tanto pasa con las cadenas de suministro; hemos visto cómo ellas mueven el precio del cobre, éste a nuestro tipo de cambio y con ello a muchos productores y trabajadores.
Uno piensa que los riesgos afectan a otros, pero no, las amenazas se ciernen y nos afectan también a nosotros.
Sin embargo,
- en todo riesgo también hay una oportunidad;
- saber administrar la contingencia, precaverla y mitigarla
- es a lo que están llamados todos los buenos administradores,
- ya sea desde el sillón de la administración pública o privada.
¿Nos lo hemos tomado suficientemente en serio?
JAIME SEARLE - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 20-Feb-2008
"Reventadores": Las universidades no se fundan para destruir la cultura
Reventadores.
Reventar un acto es una vieja costumbre. El premio Nobel Saul Bellow vivió su particular mayo del 68 en la Universidad de San Francisco, cuando unos estudiantes convirtieron una conferencia suya en asamblea y acabaron gritándole: "¡Viejo de mierda, carca!".
Las razones eran baratas: el escritor no se ajustaba a la ortodoxia ideológica imperante. Al día siguiente, el reportero del San Francisco Chronicle, aparte de mostrar su ignorancia sobre el escritor presentándolo como un autor fracasado de Broadway, responsabilizó del suceso al propio Bellow por su talante antipático.
El escritor, por su parte, contó amargamente que, por un lado, sus colegas veteranos parecían aterrados y, por otro, los más jóvenes, halagadores de los estudiantes, disfrutaron con el número.
La única consecuencia feliz de este disparate fue que el suceso se le coló a Bellow en uno de sus libros más reveladores, "El planeta de Mr. Sammler".
El viejo Sammler, abrumado por esa realidad que no entiende, piensa que las universidades no se fundan para destruir la cultura, "para eso, concluye, es mejor fundar un partido nazi".
Pasado el tiempo estas palabras se cargan solas de razón, más aún cuando las escribió alguien que ya entró en el paraíso de los inmortales, pero entiendo que el ciudadano Bellow no pensaba sólo en el derecho de los literatos ilustres a hablar en los foros universitarios sino en todo aquel que, desde cualquier ámbito, fuera invitado a expresar su opinión.
La furia de estos días contra tres conferenciantes debería inducir a los campus a una reflexión. El espectáculo de la violencia siempre es triste, pero dentro de la universidad, algo así como la cuna del pensamiento de un país, es desolador. Y, por supuesto, nunca debiera zanjarse el asunto mandando al conferenciante a casa, sin hablar, humillado. Es el triunfo de los reventadores.
ELVIRA LINDO - "El País" - Madrid - 20-Feb-2008
Reventar un acto es una vieja costumbre. El premio Nobel Saul Bellow vivió su particular mayo del 68 en la Universidad de San Francisco, cuando unos estudiantes convirtieron una conferencia suya en asamblea y acabaron gritándole: "¡Viejo de mierda, carca!".
Las razones eran baratas: el escritor no se ajustaba a la ortodoxia ideológica imperante. Al día siguiente, el reportero del San Francisco Chronicle, aparte de mostrar su ignorancia sobre el escritor presentándolo como un autor fracasado de Broadway, responsabilizó del suceso al propio Bellow por su talante antipático.
El escritor, por su parte, contó amargamente que, por un lado, sus colegas veteranos parecían aterrados y, por otro, los más jóvenes, halagadores de los estudiantes, disfrutaron con el número.
La única consecuencia feliz de este disparate fue que el suceso se le coló a Bellow en uno de sus libros más reveladores, "El planeta de Mr. Sammler".
El viejo Sammler, abrumado por esa realidad que no entiende, piensa que las universidades no se fundan para destruir la cultura, "para eso, concluye, es mejor fundar un partido nazi".
Pasado el tiempo estas palabras se cargan solas de razón, más aún cuando las escribió alguien que ya entró en el paraíso de los inmortales, pero entiendo que el ciudadano Bellow no pensaba sólo en el derecho de los literatos ilustres a hablar en los foros universitarios sino en todo aquel que, desde cualquier ámbito, fuera invitado a expresar su opinión.
La furia de estos días contra tres conferenciantes debería inducir a los campus a una reflexión. El espectáculo de la violencia siempre es triste, pero dentro de la universidad, algo así como la cuna del pensamiento de un país, es desolador. Y, por supuesto, nunca debiera zanjarse el asunto mandando al conferenciante a casa, sin hablar, humillado. Es el triunfo de los reventadores.
ELVIRA LINDO - "El País" - Madrid - 20-Feb-2008
martes, 19 de febrero de 2008
Entre la espada y la pared económicas
Ante el temor a una crisis generalizada en EE UU, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo ofrecen respuestas diferentes. Estimular el crecimiento o controlar la inflación, tal es el dilema.
En 1906, un terremoto destruía gran parte de la ciudad de San Francisco. Los enormes capitales necesarios para la reconstrucción dieron origen a una crisis de liquidez -el llamado Pánico de 1907- que sólo se resolvió un año más tarde, tras la quiebra de un par de instituciones financieras, con la llegada de más de un centenar de toneladas de oro procedentes de Europa.
Fue J. P. Morgan quien coordinó los esfuerzos de los bancos de Wall Street y el Gobierno de Washington, comprometiendo a menudo sus propios recursos; pero el Congreso de los EE UU, a quien no gustaba que un solo hombre pudiera acumular tanta influencia, decidió crear la Reserva Federal (Fed), en diciembre de 1913, con una función bien precisa:
- actuar como prestamista de última instancia, facilitando liquidez al sistema bancario cuando su estabilidad pareciera estar en peligro.
Por el contrario, el Banco Central Europeo (BCE) nació con unos estatutos inspirados en los de la Bundesbank -el banco central de Alemania, un país marcado por la hiperinflación de 1923, y en el que
- mantener el valor de la moneda es un compromiso solemne de la autoridad monetaria- con un mandato bien distinto: luchar contra la inflación.
Este distinto linaje explica en parte el contraste que hoy observamos entre el abandono con que la Reserva Federal ha ido suministrando liquidez al sistema y la actitud del Banco Central Europeo, que ha mantenido su tipo básico en el 4%, hoy un punto por encima del de la Reserva Federal. Pero hay más que razones históricas: la situación de EE UU no es hoy la de las principales economías de la zona euro (España es una excepción, como veremos más adelante).
En EE UU la amenaza de la inflación se ha visto desplazada, en las preocupaciones de las autoridades monetarias por las consecuencias del cambio de ciclo inmobiliario; cuando se ha ido viendo la profunda implicación del sistema financiero en la burbuja inmobiliaria, el primer plano lo ha ocupado el temor a una crisis financiera generalizada.
Por el contrario, en las principales economías europeas no hay burbuja inmobiliaria y, por ahora, sólo algunas entidades han resultado estar muy cargadas de hipotecas basura: de ahí que el BCE siga concentrado en la inflación, que hoy se encuentra un punto (es decir, un 50%) por encima de su objetivo, ya que la posibilidad de una crisis financiera parece más lejana.
Las distintas conductas se explican en parte por distintos orígenes y en parte por circunstancias actuales distintas. Es poco probable, sin embargo, que el BCE pueda mantener sus distancias por mucho tiempo: si la Fed mantiene bajos sus tipos, el dólar se seguirá depreciando frente al euro, los exportadores de la zona euro pondrán el grito en el cielo, y, a menos que la inflación se acelere, los tipos del euro tenderán a aproximarse a los del dólar.
Pero volvamos a la Reserva Federal: en seis semanas, ha procedido a una reducción del tipo básico de una magnitud sin precedentes. Aún es pronto para saber si su intervención conseguirá contribuir a reanimar la economía, pero no hay duda que no ha suscitado el entusiasmo que uno podría esperar. La frialdad de la acogida tiene su explicación: ante la disyuntiva a la que se enfrenta todo banco central, la Reserva Federal ha elegido dar más importancia al crecimiento, dejando para más tarde el control de la inflación. Esta conducta lleva consigo dos riesgos distintos.
El primero es el ya conocido: un exceso de liquidez terminará por traducirse o en una mayor inflación o, tarde o temprano, en una nueva burbuja en el mercado de algún otro activo: de la crisis del Sureste asiático de 1997-98 nació la burbuja de las punto.com; de ésta la burbuja inmobiliaria a cuyo final estamos asistiendo. Así, aun cuando la actuación de la Fed logre estabilizar la economía, puede estar creando mayores dificultades para el futuro.
Pero no es éste el único riesgo: un banco central no suministra liquidez con la intención de salvar instituciones, y menos aún a sus accionistas, sino para evitar una pérdida de confianza que terminaría en el hundimiento del sistema; sin embargo, al suministrar liquidez, es fácil salvar a quien no lo merece: éste es el llamado riesgo moral, siempre presente, en menor o mayor grado, en las intervenciones de un banco central, y cuya presencia continuada trae consigo una lenta corrupción de las reglas del mercado:
- uno se lleva los premios,
- otro -normalmente el Estado- carga con los problemas, si los hay.
El lector perspicaz habrá observado cómo los mismos que,
- cuando las cosas van bien, erigen el mercado en juez supremo,
- piden la intervención del Estado cuando "las cañas se tornan lanzas".
El comportamiento de las autoridades monetarias norteamericanas desde el inicio de la fase aguda de la crisis de las hipotecas basura -agosto de 2007- sugiere que ha ido cambiando su orientación -de más estricta a más laxa- en parte por un mejor conocimiento de los hechos, y en parte por las presiones del entorno.
Las reacciones de los medios de comunicación más conservadores cuando, en diciembre de 1996, el entonces presidente de la Fed, Alan Greenspan, avisó de la existencia de una burbuja en el mercado de acciones de empresas de tecnologías de la información sugieren que los grandes intereses financieros, lo que llamamos "los mercados", han endurecido sus posiciones frente a las autoridades monetarias, inclinando a éstas cada vez más a actuar en una sola dirección, la de suministrar más liquidez.
La Reserva Federal, por temor a acercarse en exceso a Escila, corre el riesgo de verse atrapada por Caribdis.
Durante la última década, la economía española se ha comportado más como la americana que como otras europeas. El resultado es que nuestra situación se parece hoy más a la de EE UU que a la de nuestros vecinos: porque aquí sí hay cambio de ciclo inmobiliario, y porque aquí, como en EE UU, nos vemos en la necesidad de ir reduciendo nuestro déficit exterior gastando menos de lo que producimos; y el resto del mundo está empezando a anunciar que no piensa seguir financiando eternamente nuestros excesos.
Pero aquí, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, no parece haber temor a una crisis financiera generalizada. Por consiguiente, aquí, a diferencia de lo que ocurre en EE UU, no se justifica la presencia de un prestamista de última instancia.
Así las cosas, no deja de resultar chocante, incluso en estas fechas, leer en algún periódico que el Gobierno se dispone a facilitar liquidez a algunas grandes empresas del sector inmobiliario, hoy en dificultades.
Debe tratarse de algún malentendido: se comprende la petición de ayuda por parte de las inmobiliarias, ya que la disponibilidad de crédito les permitirá retrasar el ajuste de los precios de sus activos, aunque no lo evitará; pero es igualmente obvio que esas peticiones no pueden ser atendidas sin extender la ayuda a todos los que han visto caer el valor de sus activos inmobiliarios, es decir, a todos los españoles y a algunos extranjeros; y a todos los que, durante este período de ajuste, verán congelado su salario o perderán su empleo.
Pero, además de injusta, esa ayuda entrañaría riesgo moral sin contrapartida: sería como decir que el Estado arregla cualquier problema con tal de que sea lo bastante grande.
Nuestras autoridades, tratando de esquivar las pedradas de un Escila imaginario, se verían engullidas por una Caribdis bien real.
ALFREDO PASTOR - "El País" - Madrid - 19-Feb-2008
En 1906, un terremoto destruía gran parte de la ciudad de San Francisco. Los enormes capitales necesarios para la reconstrucción dieron origen a una crisis de liquidez -el llamado Pánico de 1907- que sólo se resolvió un año más tarde, tras la quiebra de un par de instituciones financieras, con la llegada de más de un centenar de toneladas de oro procedentes de Europa.
Fue J. P. Morgan quien coordinó los esfuerzos de los bancos de Wall Street y el Gobierno de Washington, comprometiendo a menudo sus propios recursos; pero el Congreso de los EE UU, a quien no gustaba que un solo hombre pudiera acumular tanta influencia, decidió crear la Reserva Federal (Fed), en diciembre de 1913, con una función bien precisa:
- actuar como prestamista de última instancia, facilitando liquidez al sistema bancario cuando su estabilidad pareciera estar en peligro.
Por el contrario, el Banco Central Europeo (BCE) nació con unos estatutos inspirados en los de la Bundesbank -el banco central de Alemania, un país marcado por la hiperinflación de 1923, y en el que
- mantener el valor de la moneda es un compromiso solemne de la autoridad monetaria- con un mandato bien distinto: luchar contra la inflación.
Este distinto linaje explica en parte el contraste que hoy observamos entre el abandono con que la Reserva Federal ha ido suministrando liquidez al sistema y la actitud del Banco Central Europeo, que ha mantenido su tipo básico en el 4%, hoy un punto por encima del de la Reserva Federal. Pero hay más que razones históricas: la situación de EE UU no es hoy la de las principales economías de la zona euro (España es una excepción, como veremos más adelante).
En EE UU la amenaza de la inflación se ha visto desplazada, en las preocupaciones de las autoridades monetarias por las consecuencias del cambio de ciclo inmobiliario; cuando se ha ido viendo la profunda implicación del sistema financiero en la burbuja inmobiliaria, el primer plano lo ha ocupado el temor a una crisis financiera generalizada.
Por el contrario, en las principales economías europeas no hay burbuja inmobiliaria y, por ahora, sólo algunas entidades han resultado estar muy cargadas de hipotecas basura: de ahí que el BCE siga concentrado en la inflación, que hoy se encuentra un punto (es decir, un 50%) por encima de su objetivo, ya que la posibilidad de una crisis financiera parece más lejana.
Las distintas conductas se explican en parte por distintos orígenes y en parte por circunstancias actuales distintas. Es poco probable, sin embargo, que el BCE pueda mantener sus distancias por mucho tiempo: si la Fed mantiene bajos sus tipos, el dólar se seguirá depreciando frente al euro, los exportadores de la zona euro pondrán el grito en el cielo, y, a menos que la inflación se acelere, los tipos del euro tenderán a aproximarse a los del dólar.
Pero volvamos a la Reserva Federal: en seis semanas, ha procedido a una reducción del tipo básico de una magnitud sin precedentes. Aún es pronto para saber si su intervención conseguirá contribuir a reanimar la economía, pero no hay duda que no ha suscitado el entusiasmo que uno podría esperar. La frialdad de la acogida tiene su explicación: ante la disyuntiva a la que se enfrenta todo banco central, la Reserva Federal ha elegido dar más importancia al crecimiento, dejando para más tarde el control de la inflación. Esta conducta lleva consigo dos riesgos distintos.
El primero es el ya conocido: un exceso de liquidez terminará por traducirse o en una mayor inflación o, tarde o temprano, en una nueva burbuja en el mercado de algún otro activo: de la crisis del Sureste asiático de 1997-98 nació la burbuja de las punto.com; de ésta la burbuja inmobiliaria a cuyo final estamos asistiendo. Así, aun cuando la actuación de la Fed logre estabilizar la economía, puede estar creando mayores dificultades para el futuro.
Pero no es éste el único riesgo: un banco central no suministra liquidez con la intención de salvar instituciones, y menos aún a sus accionistas, sino para evitar una pérdida de confianza que terminaría en el hundimiento del sistema; sin embargo, al suministrar liquidez, es fácil salvar a quien no lo merece: éste es el llamado riesgo moral, siempre presente, en menor o mayor grado, en las intervenciones de un banco central, y cuya presencia continuada trae consigo una lenta corrupción de las reglas del mercado:
- uno se lleva los premios,
- otro -normalmente el Estado- carga con los problemas, si los hay.
El lector perspicaz habrá observado cómo los mismos que,
- cuando las cosas van bien, erigen el mercado en juez supremo,
- piden la intervención del Estado cuando "las cañas se tornan lanzas".
El comportamiento de las autoridades monetarias norteamericanas desde el inicio de la fase aguda de la crisis de las hipotecas basura -agosto de 2007- sugiere que ha ido cambiando su orientación -de más estricta a más laxa- en parte por un mejor conocimiento de los hechos, y en parte por las presiones del entorno.
Las reacciones de los medios de comunicación más conservadores cuando, en diciembre de 1996, el entonces presidente de la Fed, Alan Greenspan, avisó de la existencia de una burbuja en el mercado de acciones de empresas de tecnologías de la información sugieren que los grandes intereses financieros, lo que llamamos "los mercados", han endurecido sus posiciones frente a las autoridades monetarias, inclinando a éstas cada vez más a actuar en una sola dirección, la de suministrar más liquidez.
La Reserva Federal, por temor a acercarse en exceso a Escila, corre el riesgo de verse atrapada por Caribdis.
Durante la última década, la economía española se ha comportado más como la americana que como otras europeas. El resultado es que nuestra situación se parece hoy más a la de EE UU que a la de nuestros vecinos: porque aquí sí hay cambio de ciclo inmobiliario, y porque aquí, como en EE UU, nos vemos en la necesidad de ir reduciendo nuestro déficit exterior gastando menos de lo que producimos; y el resto del mundo está empezando a anunciar que no piensa seguir financiando eternamente nuestros excesos.
Pero aquí, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, no parece haber temor a una crisis financiera generalizada. Por consiguiente, aquí, a diferencia de lo que ocurre en EE UU, no se justifica la presencia de un prestamista de última instancia.
Así las cosas, no deja de resultar chocante, incluso en estas fechas, leer en algún periódico que el Gobierno se dispone a facilitar liquidez a algunas grandes empresas del sector inmobiliario, hoy en dificultades.
Debe tratarse de algún malentendido: se comprende la petición de ayuda por parte de las inmobiliarias, ya que la disponibilidad de crédito les permitirá retrasar el ajuste de los precios de sus activos, aunque no lo evitará; pero es igualmente obvio que esas peticiones no pueden ser atendidas sin extender la ayuda a todos los que han visto caer el valor de sus activos inmobiliarios, es decir, a todos los españoles y a algunos extranjeros; y a todos los que, durante este período de ajuste, verán congelado su salario o perderán su empleo.
Pero, además de injusta, esa ayuda entrañaría riesgo moral sin contrapartida: sería como decir que el Estado arregla cualquier problema con tal de que sea lo bastante grande.
Nuestras autoridades, tratando de esquivar las pedradas de un Escila imaginario, se verían engullidas por una Caribdis bien real.
ALFREDO PASTOR - "El País" - Madrid - 19-Feb-2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)