Los países más industrializados temen que se acentúe la desaceleración.
Los ministros de Economía y responsables de política monetaria de los siete países más industrializados del mundo, el llamado Grupo de los siete (G 7), hicieron ayer un llamamiento a la unidad para trabajar por la estabilización de los mercados globales a la luz de la desaceleración económica.
Reconocieron que la situación podría ser aún peor debido al mercado inmobiliario estadounidense, que sigue desmoronándose, pero confían en que no desembocará en una recesión general porque las bases de la economía son sólidas.
En un comunicado hecho público después de su encuentro de en Tokio, el G 7 admitió que las perspectivas de crecimiento económico han empeorado desde su última cumbre, celebrada en octubre, aunque destacan que la economía estadounidense podrá escapar de la recesión.
"Había un clima de mucho mayor pesimismo y preocupación que en octubre", reveló el ministro de Economía italiano, Tommaso Padoa-Scioppa.
Los representantes de Japón, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Italia y Francia explican que está previsto que el crecimiento de sus países se ralentice "en distinto grado" a corto plazo y subrayan el serio riesgo que supone la depresión que domina el mercado inmobiliario estadounidense y el consecuente endurecimiento de las condiciones para la concesión de préstamos.
Círculo vicioso
Esto, a su vez, ha hecho que disminuya la liquidez de consumidores y empresas. Los bancos han aplicado contención a la política de préstamos y sus pérdidas podrían ascender a los 100.000 millones de dólares debido a las hipotecas que dejen de cobrarse. Es un círculo vicioso que provoca
- una disminución en el consumo,
- menores expectativas de negocio y
- despidos en las empresas.
El secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson, auguró un largo periodo de incertidumbre. "La inestabilidad financiera es seria y persistente. Aunque las bolsas se recuperen de este periodo de tensión, y por su puesto que lo harán, debemos esperar una volatilidad continuada debido a los nuevos cálculos de riesgo", agregó.
Sin embargo, rechazó que EE UU vaya a entrar en recesión este año.
El comunicado final emplaza además a los bancos a hacer públicas todas sus pérdidas y ajustar sus cuentas de resultados para ayudar a restablecer el funcionamiento normal de los mercados.
El ministro de Economía alemán, Peer Steinbrück, afirmó que las pérdidas podrían llegar incluso a los 400.000 millones de dólares.
"De ahora en adelante seguiremos observando con detenimiento los acontecimientos y adoptando las medidas apropiadas, individual y colectivamente, para garantizar la estabilidad y el crecimiento de nuestras economías", dice el comunicado.
Estas promesas de colaboración para restaurar la salud del sistema financiero contrastan con las divisiones sobre política fiscal y monetaria que se atisban antes de la cumbre de dirigentes del G 7.
Antes de la reunión de hoy se podían oír voces en Europa que manifestaban en privado su alarma por el agresivo recorte de tipos de interés aplicado por la Reserva Federal estadounidense.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, consideró que la "corrección" en las bolsas continuará en los próximos meses y reiteró que esa entidad no estudia por ahora bajar, pero tampoco subir, los tipos de interés en la zona euro.
Por otra parte, el G 7 emplazó a los países exportadores de petróleo a incrementar la producción para rebajar el coste del barril, que el mes pasado llegó incluso a alcanzar los 100 dólares por barril.
Opinión - "El País" - Madrid - 10-Feb-2008
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