Los organismos internacionales ante la crisis. El sector financiero y los participantes en la reunión de Washington creen que la situación desatada el pasado verano ha tocado fondo.
Apenas le quedan dientes, pero habla claro. Concepción Martín lleva 26 años enfrente de la Casa Blanca. Acampa ante la verja preñada de policías, día y noche, en una perpetua protesta
- contra la guerra,
- contra Bush,
- contra la energía nuclear y
- este fin de semana "contra el FMI, el G-7 y todos los que nos han llevado a que estemos peor que nunca".
Concepción es gallega, de Vigo. "Vivo del aire", confiesa, a lo que contribuyen las pocas monedas que los paseantes van dejando en una vasija minúscula, al pie de su tienda. "No hace falta tanta reunión para ver que la situación es descorazonadora. Pero saldremos de la crisis. Y luego vendrá otra", apunta haciendo honor a su galleguismo.
Ese análisis parece totalmente válido. Coincide con las perspectivas del Fondo, con las de los economistas que se dan cita en Washington, con las de los representantes del G-7.
La secuencia de la crisis ha llegado a un punto de inflexión, "al principio del fin", explica uno de los representantes europeos que ha asistido a la reunión del G-7.
La secuencia de la crisis dura ya nueve meses. Reventó en agosto con las hipotecas basura de Estados Unidos.
En otoño, los bancos no se prestaban dinero porque no estaba claro quiénes habían caído en el cepo de las hipotecas basura y los derivados financieros que contaminaron todo el sistema.
En enero se hacían cada vez más claros los riesgos de recesión en Estados Unidos y se sucedían las intervenciones de los bancos centrales para inyectar liquidez en la banca.
La crisis "tocó fondo con el rescate de Bear Stearns", señalaban ayer fuentes del sector financiero en Washington, "y ésa es la percepción que tienen buena parte de los asistentes a las reuniones del Fondo y del G-7".
El director del departamento monetario del FMI, Jaime Caruana, reforzaba ayer esa tesis en una entrevista con periodistas españoles. "Buena parte del ajuste (de la crisis subprime) ya ha sucedido", aunque sus efectos secundarios, especialmente con el pinchazo inmobiliario en Estados Unidos y varios países europeos, necesitarán tiempo para ser solventados.
Los accionistas de los bancos serán los primeros en pagar los excesos cometidos por las entidades financieras, aseguró Caruana. La crisis se prolongará probablemente al menos durante todo el año 2009, pero hay una diferencia con el vértigo de los últimos nueve meses:
"Las autoridades monetarias y financieras ya han entendido el problema y ahora pondrán toda la carne en el asador.
- Los cambios regulatorios y las intervenciones de los bancos centrales así lo indican.
- El mercado hipotecario tiene por delante un largo ajuste.
- Quedan cabos sueltos, pero sabemos cuáles son.
Lo peor ya ha pasado", resumía ayer uno de los miembros de la comitiva europea que participan en la reunión.
C. P. - Washington - "El País" - Madrid - 13-Abr-2008
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