lunes, 21 de abril de 2008

Los juegos de las fuentes de poder

Cada vez son más los tratos internacionales que están en las tuberías.

El mapa energético de Europa pareciera que va a ser redibujado este invierno. Al centro de las maniobras está la francesa EDF, el mayor grupo energético europeo según su valor de mercado y el mayor generador de energía nuclear del continente.
El tamaño de EDF y su solidez financiera son aún mayores, porque el 85% de su propiedad está en manos del gobierno francés. Por lo tanto, es libre para flexionar sus músculos sobre todo el continente. Como sus planes fueron arruinados en Italia hace algún tiempo, EDF ha puesto su atención en España y Gran Bretaña para reforzar su posición dominante.
El 9 de abril, el jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero dijo que quería que dos empresas españolas, Iberdrola y Gas Natural, se unieran para protegerse a sí mismas y esquivar a EDF. Iberdrola, que es atractiva porque es líder mundial en generación eólica, ha solicitado ayuda de los tribunales españoles para bloquear cualquier oferta de la francesa.
Por mientras en Gran Bretaña EDF es uno de los pretendientes de British Energy, empresa que posee ocho plantas generadoras de energía nuclear que producen aproximadamente un sexto de la electricidad de Gran Bretaña. La compañía entró en escena el mes pasado, cuando el gobierno inglés dijo querer vender su 35,2% de participación.
Los potenciales compradores incluyen a EDF, la alemana RWE y Centrica, una empresa británica que posee yacimientos de gas, entre otras. Es probable que el gobierno aliente la formación de un consorcio de compradores para British Energy, con el fin de evitar poner parte importante de su producción de energía nuclear en manos de una firma extranjera.

Los potenciales postores están menos interesados en las envejecidas plantas de British Energy (BE) que en las que podrían construirse. El gobierno quiere más plantas nucleares porque están preocupados por
- el cambio climático,
- la seguridad energética y
- que la producción doméstica de gas y petróleo ha disminuido
.
British Energy no tiene los fondos para invertir en plantas nucleares, algo que los gigantes extranjeros sí pueden hacer.Cualquier nuevo reactor tiene más posibilidades de ser construido en los lugares que tiene British Energy, asegura Andrew Moulder, analista de la consultora CreditSights.

Esos lugares tienen la ventaja que los habitantes ya han aceptado las plantas nucleares, el personal está entrenado y las conexiones ya existen. El problema está en que el gobierno no ha dicho si va a permitir la construcción de plantas en lugares distintos a los que hoy tiene British Energy.Si el gobierno está preparado para permitir que se construyan nuevas plantas en otros lugares, empresas de generación extranjeras puede que prefieran buscar los permisos para nuevas construcciones y no pagar altos precios por BE.
La deuda de la compañía es calificada de "basura" por sus problemas financieros y sus pobres resultados operativos.El nuevo programa nuclear de Gran Bretaña será un experimento. Antes, las plantas nucleares eran construidas con el apoyo del gobierno o con la garantía de tener precios de electricidad regulados.
El gobierno británico quiere que el desarrollador de las nuevas plantas tome el riesgo del precio de la energía y no proveerá ningún subsidio. Tomando en cuenta la incertidumbre frente a lo que se ofrece y a los riesgos financieros que implica, los potenciales postores para British Energy están sabiamente manteniendo sus cartas cerca del pecho.
Editorial - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 21-Abr-2008

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