El presidente del Banco Mundial ha alertado a todos: «o se actúa de inmediato o millones de personas morirán de hambre en breve». Robert Zoellick ha denunciado que mientras todos nos preocupamos por llenar los depósitos de gasolina, millones de personas se preocupan sólo por llenar su estómago.
Zoellick ha clamado ante la prensa por el precio del arroz y del trigo, que se lleva todos los ingresos de las familias pobres. Y es que los precios de los cereales se han inflado porque los cultivos se dedican ahora a cereales para biocombustibles que dan más beneficios.
Según el presidente del Banco Mundial, la situación es crítica en Centroamérica y el Caribe. En Haití llevan una semana de protestas porque no tienen qué comer, y en Perú, el precio del trigo está obligando hacer pan con masa de patata.
Para qué hablar de África, donde la dramática situación no cambia. Las sequías de los últimos años han asfixiado las tierras fértiles y en Egipto, las protestas se suceden por el racionamiento de la comida.
En el sur de Asia y el Pacífico, la demanda cada vez mayor de países emergentes, como La India o China han disparado los precios.
El problema es que no se produce suficiente comida, sobre todo porque los campos ahora se destinan a los biocombustibles. Y la comida que hay es muy cara, porque el petróleo no deja de superar máximos.
¿Y qué se está haciendo?
Pues hasta ahora bien poco, porque en los países ricos seguimos muy preocupados por la gasolina.
Editorial - "La Voz de Galicia" - Santiago - 11-Abr-2008
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