Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. Asegura que la región podría convertirse en un "granero del mundo", y pidió una oportunidad para los biocombustibles.
Aunque preocupan los niveles de inflación que registra la región, América Latina está mejor parada para enfrentar el difícil reto que plantea la crisis económica estadounidense. Eso piensa el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, quien presenta hoy el balance de su gestión durante la asamblea anual de la entidad en Miami, Estados Unidos.-¿Ha afectado la crisis "subprime" las operaciones del BID?"Hasta la fecha, no hemos visto un incremento de demandas de crédito de los países por la falta de liquidez en el mundo. El problema se está manifestando en los países G-8 y Estados Unidos. Es una crisis que tiene su origen en Estados Unidos y no en América Latina, como sucedía en el pasado. Además, la región está mejor preparada para una situación semejante que en cualquier otra época. Ahora, si se acentúa, afectará a todos los países, no habrá economía que se escape, en cuyo caso el BID cumpliría un papel contracíclico, y con seguridad habría una mayor demanda de créditos".-¿Le preocupa la revaluación de las monedas latinoamericanas y la creciente inflación?"Me preocupa la inflación más que cualquier otra cosa. Es el mayor impuesto a los pobres. Pero tiene muchos orígenes y depende de cada país. Los que no son productores de alimentos, como los caribeños, o los que son importadores de petróleo (centroamericanos y caribeños) tienen un problema muy difícil de sortear. En otros países, los altos precios de los alimentos han servido para generar empleo".-¿Cuál es su pronóstico a largo plazo?"En cuanto a las tasas de cambio, va a depender de lo que pase en la economía de Estados Unidos y la caída de las tasas de interés, porque eso tiene efectos directos en la tasa de cambio. Las monedas se vienen revaluando desde hace 4 o 5 años por un efecto de transferencia de precios por la vía de los productos básicos y otros mecanismos. En cuanto a los alimentos, es un tema complicado. Pero Argentina, Brasil, Colombia o Perú demuestran que tenemos una inmensa capacidad para convertirnos en una especie de granero del mundo. En la medida en que lleguen los millones de chinos o indios al mercado, y dado que no tienen capacidad para producir los alimentos que necesitan, tendrán que importar y nosotros tenemos una gran capacidad".-En el último año, las aprobaciones del BID se incrementaron casi 30% (de US$ 6.400 millones en 2006 a US$ 9.600 millones en 2007). ¿A qué se debe?"Cambiamos un banco que era muy centralizado en Washington a uno descentralizado, con capacidad de gestionar las operaciones de una manera más eficiente, enviando técnicos a los países. A eso se ha sumado que hemos desburocratizado el banco, acelerando los procesos de crédito. Eso ha generado más apetito de nuestros clientes".-Usted ha dicho que América Latina necesita invertir más en infraestructura para competir a nivel global, y cita como ejemplo que China invierte el 9% de su PIB en infraestructura y América Latina, en promedio, el 2%. ¿A qué se debe esta brecha, y qué está haciendo el BID para ayudar a cerrarla?"Hay que entender que no todos los proyectos de infraestructura son iguales. En aquellos público-privados es fundamental cómo se conciben los contratos y cómo se financian los proyectos. Les hemos dedicado mucho tiempo precisamente a esos elementos que hacen que un proyecto sea exitoso desde la concepción misma del proyecto. Es decir, poner recursos para que se trabaje con los gobiernos antes de que los proyectos salgan a licitación. Como consecuencia, veo más apetito de los países para invertir en infraestructura. Incluso de instituciones internacionales privadas que tienen interés en hacer inversiones de capital en Latinoamérica. Hay muchos más proyectos rondando, sobre todo en energía".-Últimamente se ha criticado el uso de biocombustibles. ¿Cree que vale la pena impulsar iniciativas en la región?"Sí, pero depende. Tienen la razón aquellos que dicen que no se deben impulsar proyectos de combustible que atenten contra la producción de alimentos. Pero es posible, por ejemplo, utilizar terrenos que eran agrícolas pero se abandonaron por un problema de competitividad. Allí se pueden producir biocombustibles sin problema. Así que lo primero que hay que mirar es la zona en que se produce y qué tipo de insumo se requiere. Creo que es peligroso aventurarse a condenar los biocombustibles sin darle la oportunidad a esta investigación, y a que se dé una mirada país por país".-En 2007, las economías de la región crecieron, en promedio, 5,1% (quinto año consecutivo por encima del 4%). Pero aún hay altos niveles de pobreza."La mejor manera de reducir la pobreza es con crecimiento, y lo que muestran los últimos 5 años es que se ha comenzado a reducir la pobreza extrema".
SERGIO GÓMEZ MASERI - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 4-Abr-2008
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