Si se confirma la magnitud, el yacimiento de Carioca hará de Brasil una potencia global.
Aunque oficialmente no se haya confirmado, el descubrimiento de Carioca, un yacimiento petrolífero brasileño en el océano Atlántico, es una buena noticia, sobre todo para Brasil. El lunes, el presidente del organismo regulador estatal, la Agencia Nacional de Petróleo, Haroldo Lima, mandó un anuncio que estimuló a los mercados al explicar que se había descubierto "uno de los yacimientos de petróleo más grande del mundo", con reservas de 33.000 millones de barriles.
El mayor de todos hasta ahora conocidos, llamado Ghawar, en Arabia Saudí, tiene unas reservas estimadas entre 60.000 y 70.000 millones. El anunciado esta semana sería el mayor hallazgo en 30 años, convertiría a Brasil en la octava potencia petrolera del mundo y su aparición presagia nuevos descubrimientos.
Directivos de la petrolera brasileña Petrobras, que en enero hizo otro anuncio importante pero de menor magnitud referente al campo Júpiter, enfriaron posteriormente el ambiente al no confirmar estos datos, a la espera de "perforaciones previstas" a más de dos kilómetros de profundidad en el mar.
Sea como sea, Brasil
- ya ha logrado la autosuficiencia petrolera,
- se ha convertido en una potencia en materia de biocombustibles y,
- si estas prospecciones se confirman, puede llegar a ser una Arabia Saudí de América Latina,
con enormes consecuencias no sólo para el propio país sino para toda la región, cuyo interés global aumentaría sobremanera. México está viendo caer su producción al ir agotando sus reservas, y Venezuela la suya por una desastrosa gestión del régimen de Chávez.
Carioca puede suponer un nuevo reparto de cartas regional e incluso mundial. Brasil, por tamaño y población, incluso en términos militares, ya es una potencia regional, y hasta cierto punto global al formar parte del llamado grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica).
Convertirse en una potencia petrolera con exportaciones a todo el mundo, y especialmente a EE UU, lo situaría como uno de los territorios de mayor interés, pues, guste o no guste, y aunque progresen otras energías alternativas, el mundo va a necesitar más petróleo durante mucho tiempo, no sólo, por ejemplo, para mover los automóviles, sino para fabricarlos.
De momento, parece que Oriente Próximo puede perder importancia relativa y que surge otro mundo. Es de esperar que el anuncio lo confirme.
Editorial - "El País" - Madrid - 15-Abr-2008
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