Desafortunadamente, parece que no hay que reescribir los libros de texto, como alguna gente piensa, para ver por dónde se encamina Argentina. Hay que saber esperar.
Como era de esperarse, "el modelo" económico argentino, basado en
- un dólar nominal alto y
- en políticas de "redistribución" heterodoxas,
está mostrando, desafortunadamente, signos de inviabilidad.Recientemente, la mayor crisis que tuvieron que enfrentar las administraciones Kirchner vino desde el sector agropecuario, que se unió en contra del aumento a las retenciones de las exportaciones de soya y, mediante un paro generalizado, ha dejado a las principales ciudades argentinas desabastecidas por una veintena de días.Dicho aumento en las retenciones a cerca del 45% de los ingresos ha sido particularmente odioso, porque se produjo unas semanas antes de la cosecha, una vez que, obviamente, las decisiones de inversión ya han sido tomadas.Este es, al igual que el caso de las carnes en la administración anterior, un decidor ejemplo de lo que en economía se llama inconsistencia temporal, y afecta negativamente el ambiente de negocios en el país en un futuro que no tiene por qué ser lejano.Las razones dadas para el aumento de las retenciones son que
- constituyen un instrumento adicional de control de precios internos y
- son básicamente un instrumento de reasignación de riqueza.En el caso particular de la soya, las razones estarían más relacionadas con una planificación centralizada de la asignación de los recursos productivos -como se deduce de spots publicitarios oficiales recientes- y con el financiamiento de la maraña de subsidios existente que con el manejo de los precios internos -la soya no es un bien que se consuma significativamente en el país.El control del nivel de precios -vía retenciones, subsidios, acuerdos (que algunos les llaman aprietes)- es algo que preocupa al gobierno, ya que la inflación está apreciando el tipo de cambio real.No hay sorpresa en esto, ya que es lo que nos diría un libro de texto y puede tratarse de un movimiento hacia el equilibrio. Ahora bien, se deduce de los dichos del ministro de Economía que el tipo de cambio "competitivo" es algo que es central al modelo y que se va a mantener. Se podría deducir de los dichos que una devaluación nominal del peso es algo que se le está cruzando por la cabeza para mantener la competitividad; como si esto se manejase por decreto.La historia reciente y no tan reciente de Argentina nos muestra ejemplos que no terminaron bien. Lo curioso es que parece que se vuelve a lo mismo.
- Controles de precios y
- redistribuciones de ingreso y/o riqueza de un plumazo y
sorpresivamente ya han ocurrido.Hoy día le tocó perder al sector agropecuario. Aunque no estoy de acuerdo con la acción del gobierno, quizás, aunque es poco probable, le sirva de consuelo recordar que hace siete años muchas de las personas que están cortando las rutas vieron sus riquezas incrementadas al transformárseles sus deudas a moneda nacional.En esa oportunidad, los perdedores directos fueron
- los ahorristas, a los que se les pesificaron los ahorros a un tipo de cambio irrisorio, y
- los tenedores de deuda.
Mal de muchos, consuelo de tontos.Desafortunadamente, parece que no hay que reescribir los libros de texto, como alguna gente piensa, para ver por dónde se encamina Argentina. Hay que saber esperar."La historia reciente y no tan reciente de Argentina nos muestra ejemplos que no terminaron bien. Lo curioso es que parece que se vuelve a lo mismo. Controles de precios y redistribuciones de ingreso y/o riqueza de un plumazo y sorpresivamente ya han ocurrido"
DIEGO SARAVIA - Profesor de Economía PUC - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 28-Abr-2008
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