La decisión de crear la Unión Monetaria Europea (UME) hace diez años representó, sin duda, uno de los momentos estelares de la integración europea.
La conmemoración del primer decenio del euro ofrece una ocasión inmejorable para enumerar algunos de los principales logros de la moneda única europea.
¿Qué hemos conseguido?
- Primero, una política monetaria transparente y creíble. Ello ha sido posible, en gran medida, gracias
- a la clara definición del mandato del Banco Central Europeo (BCE),
- a la calidad de su estrategia y
- a la independencia de la que la institución ha gozado para conseguirlo.
En su conjunto, los primeros diez años del euro pueden calificarse como un éxito indudable.
La tasa media de inflación se ha situado próxima al 2%, un punto menos que la observada en la década previa, y su volatilidad se ha reducido en dos terceras partes.
Las expectativas de inflación a largo plazo se han mantenido ancladas en un nivel acorde con nuestra definición de estabilidad de precios, un resultado que se ha confirmado sin excepción desde el primer día en que el BCE asumió su responsabilidad.
Solo en el contexto
- de inflación reducida y
- de tipos de interés históricamente bajos,
que el euro ha posibilitado, puede entenderse la creación de unos 16 millones de empleos.
- Segundo, el euro ha acelerado el proceso de integración de los mercados financieros europeos, en gran parte gracias a la desaparición de las primas de riesgo cambiario.
Ello ha contribuido a una significativa reducción de los costes financieros. Aunque aún existe un cierto margen de mejora, especialmente en lo que se refiere a la renta variable y a los servicios de banca minorista, el euro ha sido muy beneficioso en este aspecto.
- Tercero, una mayor resistencia y adaptabilidad ante las turbulencias en los mercados financieros. Las principales claves que hacen del euro un escudo protector son
- una política monetaria creíble,
- una situación macroeconómica equilibrada,
- un sistema financiero relativamente integrado,
- una gestión eficiente de la liquidez y
- una moneda internacional.
Sin el euro, los países con menor tradición de estabilidad macroeconómica habrían sufrido efectos adversos mucho más pronunciados derivados de las turbulencias financieras .
- Cuarto, una clara vocación internacional. La UME nunca fue concebida como un proyecto que pudiera ser considerado cerrado ni con vocación exclusivamente doméstica.
- El proceso de ampliación a los nuevos países miembros de la Unión Europea,
- el creciente papel internacional del euro y, sobre todo,
- el ingreso de nuevos miembros en la zona del euro, con Eslovenia en enero de 2007 y Chipre y Malta en enero de 2008,
son la mejor prueba.
Con la vista puesta ya en la próxima década, el gran reto que se abre ante nosotros es aprovechar plenamente y consolidar las ventajas del euro.
Ello requiere
- alcanzar y mantener saneada la situación de las finanzas públicas y
- eliminar las trabas al dinamismo económico que todavía subsisten.
Los Gobiernos de los países miembros conocen la agenda, pues ellos acordaron la estrategia de Lisboa y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
De su decidida aplicación depende que los beneficios de esta apuesta histórica que es el euro sigan derramándose sobre nuestros ciudadanos y nuestras empresas con tanta o mayor generosidad que en su primer decenio de vida.
José Manuel González-Páramo - Comité Ejecutivo del BCE - "La Voz de Galicia" - Santiago - 27-Jun-2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario