Es probable que la Fed y el Banco de Inglaterra tengan que subir las tasas para conservar su credibilidad.
¿Qué deben hacer los bancos centrales en los países ricos?
La inflación de nuevo avanza firmemente a ambos lados del Atlántico. Eso da pie para un alza de las tasas de interés. Al mismo tiempo, debido a la crisis crediticia e inmobiliaria, EE.UU. está próximo a una recesión y otras economías se ven listas para una caída. Eso da pie para preferir no hacer nada.Enfrentadas con este dilema, las autoridades de los bancos centrales están divididas. El Banco Central Europeo (BCE) parece empeñado en subir las tasas. Se espera que lo haga a principios de julio. La Reserva Federal todavía está asustada por la recesión. Mantuvo igual las tasas de interés la semana pasada, tal como el Banco de Inglaterra a principios de junio. Por lo tanto, ¿quién lo hizo bien?Se puede decir mucho en pro del enfoque de la Fed y del Banco de Inglaterra. El impacto inflacionario está en gran medida confinado a los precios en alza del petróleo y de los alimentos. Es un efecto relativo al precio más que un alza en los precios en general. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, sigue bajo control en Gran Bretaña y EE.UU. Siempre que los precios de los productos básicos se estabilicen -algo que parece difícil tras los recientes incrementos-, el repunte en la inflación debería ser temporal.El peligro principal es que el impacto del precio de los productos básicos fomente las presiones de los precios internos, convirtiendo un repunte temporal en un alza persistente en la inflación. Pero este riesgo se verá mitigado por la desaceleración que ya afecta a la economía estadounidense y que está cruzando el Atlántico.La combinación de inflación creciente y crecimiento lento tal vez tenga un parecido preocupante con el estancamiento-inflación de la década de 1970, pero ha habido un gran cambio en las economías avanzadas desde entonces.
- Los mercados de productos son más competitivos, y
- los mercados laborales, más flexibles.
Es mucho menos probable una repetición de las nefastas espirales de precios y salarios.Otra diferencia es que el epicentro del impacto inflacionario está en el mundo en vías de desarrollo. Aunque las restricciones en la oferta han contribuido al alza de los precios de los productos básicos, una razón crucial ha sido el aumento implacable en la demanda de petróleo y de recursos de países como China. Las condiciones monetarias globales son demasiado débiles, pero los Bancos Centrales que tienen que responder en forma más urgente están en las economías emergentes.Hay riesgos en no hacer nada. La gran preocupación es que tanto la Fed como el Banco de Inglaterra pueden perder su autoridad ganada con esfuerzo como bravos combatientes contra la inflación. Que la gente espere que la inflación suba más. Las expectativas de una inflación en alza son malas noticias.Cuando la gente piensa que la inflación permanecerá baja,
- aquellos que fijan los precios y
- que negocian los sueldos actúan en la debida forma,
creando un círculo virtuoso.
Una vez que la gente espera una inflación más alta,
- las empresas se anticiparán tratando de traspasar los aumentos de costos, y l
- os que negocian los sueldos presionarán por acuerdos salariales más altos,
creando el potencial para un círculo vicioso.Un estudio entre consumidores estadounidenses muestra que sus expectativas medias de inflación para los próximos 5 a 10 años han alcanzado su nivel más alto desde 1995. En Gran Bretaña, la visión pública de aquí a un año llegó a su punto más alto desde que el banco central empezó el estudio, en 1999.No hay un vínculo firme entre las expectativas de inflación y su alza persistente. Pero la lección de los errores monetarios anteriores es que es menos costoso impedir que la inflación se escape que recapturarla.
El plan del BEC para un alza de tasa en julio está destinado a mostrar que habla en serio. A menos que los mercados financieros o las perspectivas de crecimiento estén empeorando, la Fed y el Banco de Inglaterra tendrán que hacer lo mismo dentro de poco. De lo contrario, perderán la credibilidad que es el bien más preciado de un Banco Central.
The Economist - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 30-Jun-2008
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