Tanto tiempo al filo de lo imposible que al funambulista le quedan tres segundos para precipitarse al vacío.
Encima del cordel, Zapatero hace equilibrios con una sola pierna y se mece peligrosamente sobre el abismo, mientras las miradas de millones de españoles escrutan los torpes movimientos del trapecista.
Que Zapatero se cae es una evidencia casi empírica, porque nunca nadie ha podido desafiar eternamente la ley de la gravedad.
Su postura indecorosa sobre el alambre presagia un batacazo brutal. Se nos viene literalmente encima, un peso muerto que amenaza con aplastar la confianza maltrecha de una España indefensa.
¿Y ahora qué?, nos preguntamos aquí abajo.
¡Pues ahora, a joderse, compañeros!, que ahí lo tenéis a la pata coja, a punto de romperse la crisma, haciendo frente a la "desaceleración profunda" con el mentecato conjuro de la palabra huera y la retórica evanescente del charlatán de feria.
Apartaos, que se nos viene encima, agarrado a su libreta de frases hechas, sobrepasado en su impericia, desbordado por la dura realidad que impone el temporal.
¡A joderse, compañeros!; es la crisis, estúpidos, que os creíais...
Jaime González - "ABC" - Madrid - 12-Jun-2008
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