"Chile debe entender que si se destruye la familia, se destruye el crecimiento"
Opina Sophia Aguirre, economista de la Catholic University of America, quien estudió la correlación entre la riqueza y las distintas estructuras familiares.
En Chile, las cifras revelan que la riqueza neta promedio de un matrimonio prácticamente dobla a la de las parejas convivientes.
Las personas que están casadas tienden a acumular más riqueza en el largo plazo que otras estructuras familiares. Esta es la conclusión del estudio "Crecimiento Económico y Estructura Familiar", de Sophia Aguirre, investigadora del Departamento de Economía de The Catholic University of America y doctora en Economía de la Universidad de Notre Dame.
Fue dado a conocer en el marco del seminario "Familia y Desarrollo Económico", organizado por la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo y Libertad y Desarrollo.
Luego de haber investigado la relación entre estructura familiar y riqueza, y pobreza y educación en Canadá, Chile, Guatemala y Estados Unidos, concluyó que los indicadores de riqueza -como mayor ocupación, ingreso y educación- se encuentran más presentes en los matrimonios que en otras estructuras familiares.
De hecho, datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de 1997 muestran que la riqueza neta promedio de un matrimonio prácticamente dobla a la de parejas convivientes.
-¿Cuál es su planteamiento?
"En mi estudio trato de ver si hay alguna conexión entre la estructura familiar y el proceso de crecimiento económico a través de los elementos que el modelo neoclásico nos propone. Trato de hacer una conexión entre las características familiares -como educación, raza, número de hijos, ingreso, etc.- en países muy diversos, para ver cómo las distintas características familiares son cruciales para la movilidad social y la determinación de la riqueza".
-¿Qué concluyó?
"Concluí que cuando hay más hijos dentro del matrimonio, el resultado es más riqueza a largo plazo. Es importante entender que yo hago una distinción entre el ingreso, que es de corto plazo, y la riqueza, que es de largo plazo. En el corto plazo, un mayor número de hijos ocasiona un menor ingreso per cápita, pero en el largo plazo se relaciona con un efecto positivo en la acumulación de riqueza de la familia. Esto se demuestra en los datos de Chile en la correlación positiva de las variables "Número de hijos" entre casados, madres solteras y convivientes. Las personas que están casadas buscan
- la estabilidad y, por lo tanto,
- tienden a permanecer más tiempo en los trabajos,
- a ahorrar más,
- a tener una casa propia y
- a tener mejores niveles de educación,
- lo que se traduce en un mejor bienestar económico en el largo plazo".
-¿Qué pasa cuando la estabilidad de la familia se rompe, y cuáles son las políticas adecuadas para esto?
"El Gobierno debe minimizar el daño, también por razones de costo social. No olvidemos que esto se traduce en finanzas públicas, pues la productividad baja por estos problemas. Hay que tener cuidado en crear círculos de dependencia para estas personas. Esto ya nos pasó en EE.UU. en los '80, y un estudio demostró que estos círculos fomentaban que las mujeres tuvieran hijos fuera del hogar. Eso nos ha costado millones de dólares en EE.UU. Creo que es relevante asegurarse de que se proteja lo positivo. La idea es dar beneficio en los matrimonios y al número de hijos. También sé que es un tema muy político, y no será fácil hacerlo".
-¿Qué ha observado en el caso de Chile?
"Los datos en Chile son preocupantes. El número de matrimonios está bajando, y los niños de madres solteras aumentan. Todo esto está produciendo poblaciones de riesgo. Hoy, el número de niños fuera del matrimonio en Chile es mayor que en EE.UU., lo que generará más pobreza y a la larga repercutirá en el crecimiento económico del país".
-¿Cuál es el camino más indicado?
"Chile debe entender que si se destruye la familia, se destruye el crecimiento. Y este es un costo que un país pobre como Chile no puede tener".
-¿Cómo estamos en comparación con Latinoamérica?
"Chile es uno de los países que muestra peores estructuras familiares dentro de Latinoamérica. Los programas de control de natalidad y educación sexual han sido muy malos. El segundo factor es que la mujer está trabajando cuando en Chile las estructuras de trabajo siguen siendo viejas, pues favorecen un escenario en que el hombre es el que trabaja, pero no la mujer. Tenemos un modelo de negocios que no corresponde a la realidad, centrado en el hombre, y no en un conjunto de personas que forman la familia".
-¿Qué propone usted?
"Tenemos que cambiar el paradigma de análisis económico. Que la unidad de análisis no sea el individuo, sino la familia. El sistema económico debe entender a la familia como base de su funcionamiento, porque es mucho más fructífero para efectos del desarrollo".
-¿Cómo evalúa la acción de las autoridades chilenas respecto al tema?
"Veo que la tendencia política es a solucionar el problema de los problemas. El Estado debe fomentar y promover lo que ayuda al país. Las políticas de población en Chile hoy solamente acentúan los problemas. No sólo están teniendo más familias disfuncionales, sino que además el grupo de ancianos aumenta, pero a diferencia de Francia, Chile es un país pobre que no puede mantenerlos".
Hoy, el número de niños fuera del matrimonio en Chile es mayor que en EE.UU., lo que generará más pobreza en esas familias y a la larga repercutirá en el crecimiento económico del país", dice la experta.
VICTORIA REYES - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 8-Sep-2008
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