Hay una idea fuerza que, estos días, subyace en numerosos medios, tanto extranjeros como nacionales: el capitalismo está en proceso de transformación.
A mi juicio, y espero convencerles de mi razón, el sistema económico en el que vivimos puede que mute ligeramente, pero si lo hace, será exclusivamente para reforzarse.
El Tesoro estadounidense ha decidido que la Administración más liberal del mundo haga un papel que no le corresponde, el de banquero. Es decir, los ciudadanos americanos, a través de sus políticos electos, se van a dedicar a mercadear con activos financieros de alto riesgo, como las hipotecas subprime .
Aunque a esta actividad solo se dedicarán de modo provisional, muchos entienden que este comportamiento ha golpeado el corazón del liberalismo económico y reivindicado a aquellos que defienden el papel del Estado. Por ello, estos últimos andan felices y los primeros cabizbajos.
Nada más alejado de la realidad. El liberalismo económico saldrá reforzado de esta crisis. Ahora me explico.
- Dentro de unos meses, cuando la histeria actual se haya esfumado, los más tranquilos empezarán a pregonar que fue fruto de un exceso de liquidez. Y no dirán ninguna mentira. Argumentarán que
- el crecimiento de China e India y
- los países petrolíferos inundó de dinero los mercados financieros occidentales.
- De ahí el exceso de liquidez.
Algunos de mis colegas académicos de Minnesota rápidamente formularán una complejísima ecuación con
- variables endógenas (las que podemos controlar) y
- exógenas (las que nos son ajenas).
- Nos explicarán que los más sofisticados modelos matemáticos les indican, y de nuevo con razón, que
- EE.UU. no puede controlar al ahorrador chino, indio, árabe o japonés que desea adquirir bonos estadounidenses (la variable exógena).
- Pero que sí pueden controlar su gasto público (variable endógena),
de tal modo que, si reducen aún más el peso de la Administración estadounidense (por ejemplo, conteniendo el gasto militar), se caminará por un sendero que nos alejará de situaciones como las actuales.
Esta máxima tiene muchas probabilidades de ser implantada y al poco rato, importada por nuestros políticos nacionales (el ahorro del Este de Asia también llega a España).
¿Qué quedará entonces?
Pues un nuevo concepto: seguridad financiera. Incluso los liberales más radicales asumen que la Administración les provea de tres tipos de seguridad:
- la interior (policía),
- la exterior (ejército) y
- la jurídica.
- Ahora, posiblemente muchos de ellos asumirán una cuarta, la financiera.
Esta puede ser la gran novedad.
Por lo demás, no lo duden,
- si hay menos Estado hay más mercado, y
- si abunda esto último, entonces hay más capitalismo.
- Una vez más, nuestro sistema saldrá reforzado.
¡Ah! Por cierto, déjenme que les comente que si algún día se nos diera por ayudar a fortalecer los sistemas financieros de los países del sur,
- parte del ahorro que ahora nos prestan se quedaría en sus casas,
- aliviando de liquidez al mercado estadounidense y
- financiando sus propias economías.
Pero, claro, ya saben que esta es una variable exógena y por tanto, mis colegas del otro lado del Atlántico afirmarán que no podemos actuar sobre ella.
Venancio Salcines - Economista - Universidade da Coruña - "La Voz de Galicia" - Santiago de Compostela - 23-Sep-2008
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