En 2008 terminaremos de constatar que el alza de precios de los commodities metálicos, en particular el cobre, está aquí para quedarse, y por varios años más.
La prueba: ni todo el ruido de la crisis subprime ni todo el revuelo financiero internacional fueron capaces de botar el precio del cobre; por el contrario, sus perspectivas se robustecieron. Si de cobre se trata, al país que hay que mirar es China y no EE.UU., y si bien este país tiene un resfrío fuerte, China sigue gozando de muy buena salud. Igual ocurre con el precio del petróleo, cuyas perspectivas futuras parecen no tener límite.
Con ello, por rebalse, y a consecuencia de las iniciativas mundiales en pro de la agroenergía, se ven favorecidos algunos commodities agrícolas; aquí en casa, constatamos el sólido escenario del maíz y del trigo. Si usted está en los sectores correctos
-minería,
-commodities agrícolas de moda,
se está haciendo rico; si está al otro lado de la mesa, probablemente se está empobreciendo.
Si está en el sector bancario, no se preocupe, a la banca en Chile siempre le va bien.
Si usted es un empresario de la uva de mesa, preocúpese.
Con estos precios de commodities, y con el Banco Central tratando de evitar el descontrol de la inflación, al tiempo que la Fed trata de evitar el descontrol financiero, la ruta de la divisa en Chile es una sola: hacia abajo.
Agreguemos un círculo mortal: la sequía en Chile fue noticia en el Financial Times porque señalaba posibles racionamientos eléctricos y con ello menos producción de cobre para el mundo. Entonces, en la lectura del mundo financiero internacional, la sequía en Chile lleva a menos oferta de cobre, lo que con una demanda inelástica conduce a nuevas alzas de precios y por ende a menor tipo de cambio en nuestro país.
Se nos seca el campo y se nos cae el dólar, ¡y ambas cosas están relacionadas! Si usted es exportador y creía que ya pasó lo peor, despierte: es un secreto a voces entre los traders de mesas de dinero que la carrera del dólar parece que termina en $400... o menos, nunca se sabe.
Si usted está en lo que queda del sector industrial, la cosa no se ve fácil. Con tipo de cambio a $400 espere intensa competencia con Oriente y alzas en la energía de 10% para arriba.
Si está en una empresa que emplea mucha gente, preocúpese, este año seguiremos constatando que la "Ley de Say" (que dice que la oferta "crea" demanda), se cumple a pie juntillas en materia de conflictividad laboral; a buen entendedor pocas palabras.
¿Se hará rico Chile con el precio del cobre?
Las arcas fiscales seguirán acrecentándose, pero la caída del tipo de cambio, que cuenta con el beneplácito del Banco Central coexistiendo con un dubitativo ministro de Hacienda en este tema, reducirá la diversificación económica nacional.
Veremos transacciones millonarias en minería, una típica fiesta de no transables coexistiendo con "reconversiones" y más de un desmantelamiento productivo.
Sin hacer los cambios que el país necesita para elevar la productividad de millones de trabajadores, cuando la fiesta termine, seremos los de antes: un país en vías de desarrollo que intentará alejarse de la "monoproductor" en que arriesgamos hoy volver a sumirnos.
Tendremos acumulados miles de millones de dólares, pero no seremos un país desarrollado. Más bien, seremos unos "ricos pobres".
Jorge Quiroz - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 16-Mar-2008
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