Hasta el presente la crisis financiera internacional no parece haber impactado en forma relevante en la economía argentina, excepto en los mercados de capitales. Es cierto que aún no hay evidencias de una "recesión" en los Estados Unidos, definida como una caída en el PBI.
Sin embargo, hay claros síntomas de una importante desaceleración de su tasa de crecimiento -en el cuarto trimestre del 2007 el PBI creció el 0,6%- con expectativas de que en los próximos trimestres se llegue a registrar una baja en el nivel de actividad. En ese sentido, se duda que la política de reducción de tasas de interés que está aplicando el titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, para revertir la tendencia tenga el "timing" adecuado para evitarlo.
Desde hace tiempo se viene debatiendo si una recesión de los Estados Unidos se transferirá a la economía mundial en suconjunto y en particular a los países emergentes incluyendo China e India, o si dada la envergadura que alcanzaron estas economías, su evolución puede independizarse" (decoupling) en forma importante de la menor demanda proveniente de los Estados Unidos.
Por supuesto, hay argumentos a favor de una u otra posición, pero es impensable que el debilitamiento de la economía americana no tenga algunas consecuencias sobre el resto del mundo.
La economía argentina podría verse afectada en distintos frentes.
En primer lugar, una recesión con impacto generalizado tenderá a afectar los precios de los commodities de exportación de nuestro país. A la fecha los precios de estos productos, principalmente la soja y en menor medida el trigo continúan su marcha ascendente.
Durante 2007 aumentaron el 77% y 47% respectivamente y en el tiempo transcurrido en este año lo hicieron en 17,5% y 17%,respectivamente.
Es difícil encontrar una explicación acabada de las razones del aumento en los precios internacionales en dólares de estos commodities en los últimos tiempos. La creciente demanda de países como China e India seguramente proveen una explicación parcial.
También la demanda de estos productos y otros sustitutos para biocombustibles forma parte de los argumentos para fundamentar precios más altos de estos commodities, particularmente la soja, a más largo plazo. Pero seguramente también hay un componente especulativo en los mercados de futuros.
Todos estos factores, incluyendo el componente especulativo del precio, puede entrar a jugar negativamente en un contexto internacional recesivo.
La importancia de los altos precios internacionales sobre los ingresos fiscales y sobre las exportaciones argentinas fue señalada anteriormente.
Menores precios no sólo tienen un efecto directo sobre la recaudación, sino que puede requerir la revisión de los derechos de exportación para no afectar los ingresos de los productores locales.
El superávit fiscal proyectado podría absorber parte de una eventual reducción de ingresos de derechos de exportación, pero si la reducción de precios internacionales fuera mayor, debería recurrir al financiamiento monetario o en los mercados de capitales para no reducir el consumo y la inversión pública.
La reducción de la demanda de bienes en otros países no sólo se vería reflejada en los precios de los commodities, también en las exportaciones de otros productos inclusive industriales. En ese sentido el comportamiento de la economía brasileña y de otros países compradores de bienes industriales argentinos es clave.
La crisis financiera internacional alteró el funcionamiento de los mercados de capitales. Un escenario financiero internacional más convulsionado trae aparejado dificultades de acceso a los mercados de capitales sobre todo para obtener financiamiento a largo plazo y principalmente para deudores más riesgosos con un aumento del riesgo país.
En ese sentido, es necesario tener en cuenta que pese a la reducción de las tasas de interés de corto plazo, en parte por el aumento observado en las tasas de inflación, las tasas de más largo plazo no experimentaron una reducción significativa.
Con el superávit primario proyectado para el 2008 (3,3% del PBI), las necesidades de financiamiento del sector público nacional en el año son relativamente bajas, alrededor de 2.700 millones de dólares, 4.700 millones menos qne 2007.
Este monto parece ser perfectamente financiable sin recurrir a los mercados internacionales de capitales utilizando los mismos mecanismos que en los dos últimos años, es decir, colocación de deuda a Venezuela y emisiones primarias de deuda en dólares bajo la legislación argentina.
En principio no haría falta recurrir a otros mercados a los que, por otro lado, no se podría acceder hasta tanto se resuelvan los temas pendientes con el Club de París y con los holdoust. Sin embargo, es necesario tener presente que las necesidades de financiamiento aumentarían si se redujese la recaudación de derechos de exportación por efecto de menores precios de los commodities.
Las decisiones de la Reserva Federal de los Estados Unidos de reducir la tasa de interés de corto plazo prolonga el proceso de devaluación del dólar, que en su relación con el Euro se ubicó en un nivel récord de 1,52 dólares por euro el 29 de febrero, implicando una devaluación del 3,5% respecto del fin de 2007. Similar, es la situación del Real que se revaluó en el mismoperiodo en el 5,5% y el Yen que lo hizo en 9,6%.
Ello contribuye a mejorar la competitividad Argentina respecto de los países con monedas que se apreciaron. Sin embargo, si la crisis hoy concentrada en los Estados Unidos se desparrama a otros países, es de esperar que también allí se implementen políticas monetarias más expansivas, y el objetivo de mantener el crecimiento tienda a adquirir mayor relevancia sobre el de evitar un aumento en la tasa de inflación. En ese escenario, una posible reducción de las tasas de interés tenderá depreciar las monedas respecto del dólar y el peso argentino, pegado al dólar, se apreciaría respecto de esas monedas.
En resumen
La crisis financiera con repercusiones en la economía real de Estados Unidos hoy en pleno proceso de desarrollo y con pronóstico de difícil reversión en el corto plazo seguramente tendrá impacto en la economía argentina.
Cabe mencionar que las necesidades de financiamiento vuelven a aumentar fuertemente en 2009.
La discusión sobre la evolución en el tiempo y sobre la magnitud y globalización del impacto no está cerrada y como ocurre en estos casos los pronósticos sobre el timing y la efectividad de las políticas es variada.
De todos modos, la crisis está presente y seguramente algunos efectos a lo largo de las líneas mencionadas anteriormente tendrá en nuestro país.
Nuestras proyecciones indican que los efectos en este año no serán significativos pero es difícil predecir cuales serán los efectos a más largo plazo.En ese sentido, se vuelve más imperioso resolver los problemas de origen interno para minimizar cualquier impacto externo sobre la economía argentina.
Juan Sommer - "La Capital" - 11-Mar-2008
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