El Programa Mundial de Alimentos insta a Europa a revisar su política de biocombustibles.
La subida a máximos de la inflación y su efecto en los precios de los alimentos, lejos de contraerse en los próximos meses se prolongará, como mínimo, hasta 2010, según ha advertido hoy Josette Sheeran, directora del Programa de Alimentos de la ONU. "Nuestros cálculos prevén que el actual nivel de precios continue durante los próximos años, de hecho, seguirán subiendo en 2008, 2009 y problablemente también hasta 2010 como mínimo", ha asegurado.
Según Naciones Unidas, la escalada de los precios está provocada por
- el encarecimiento de la energía,
- los efectos del cambio climático en las cosechas,
- la creciente demanda de los países emergentes como China o India y
- el uso de los cereales para producir biocombustibles.
En esta línea, Sheeran ha denunciado que las inversiones especulativas en los mercados de los productos básicos como el trigo o los cereales están también detrás del encarecimiento de los alimentos. Un fenómeno, ha añadido, que no es nuevo ni fruto de "una burbuja pasajera" y ha advertido que continuará.
Además, la dirigente de las Naciones Unidas ha instado a las autoridades europeas a realizar una reflexión sobre su política de biocarburantes y sus objetivos en este sector.
De este lado, la UE se fijó el año pasado el objetivo de que el 10% de los carburantes empleados en los transportes en 2020 provengan del biodiesel.
No obstante, los nuevos estudios que apuntan a que este tipo de combustibles no son eficaces para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y el impacto que está teniendo el desvío de las cosechas en el abastecimiento de alimentos básicos como el trigo o el arroz han multiplicado los llamamientos para que Bruselas cambie de postura.
Por ultimo, Sheeran ha advertido que los fondos de ayuda de la ONU tienen un agujero de 500 millones de dólares, por lo que ha pedido a los países occidentales que contribuyan con sus fondos.
La OPEP achaca los máximos del crudo a la mala gestión de Bush
La combinación de petróleo en máximos y desaceleración económica empieza a generar tensiones. La OPEP -la organización que agrupa a los mayores productores mun- diales de crudo- hizo gala ayer de su poder de mercado y decidió congelar la oferta en la cumbre de Viena. No hizo concesiones a pesar de que el barril se ha instalado por encima de la barrera de los 100 dólares. Y, de paso, lanzó una carga de profundidad contra la gestión económica del Gobierno de Bush, que esta misma semana ha acusado a la OPEP de contribuir con su pasividad al encarecimiento del crudo.
Los grandes países productores desafían las presiones de los grandes consumidores. George Bush aseguró el martes que es "un error" que EE UU, el principal consumidor de petróleo, "esté en plena desaceleración como resultado de los elevados precios de la energía". El presidente de turno de la OPEP, el argelino Chakib Jelil, replicó ayer con dureza que los altos precios no se deben a la falta de oferta de crudo, sino a la "mala gestión" de la economía estadounidense, responsable de "la crisis financiera, la devaluación del dólar y las especulaciones en el mercado".
Washington argumenta que un modesto incremento de la producción -añadir medio millón de barriles diarios a la producción actual, de 29,7 millones- ayudaría a calmar los precios y a limitar los daños sobre una economía en franca desaceleración. La OPEP, como es habitual, echó balones fuera y aseguró que los precios del petróleo se han visto apuntalados por factores que escapan totalmente a su control. "El mercado está bien abastecido", argumentó.
Informe - "El País" - Madrid - 6-Mar-2008
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