Dólar por el suelo, conflictos laborales, alza de insumos y sequía generan dudas sobre el futuro del proyecto agroexportador.
Parece el guión de una película de terror. Violentas tomas de plantas procesadoras y un dólar que ya parece un zombi, más muerto que vivo. Por si eso no bastara, apareció el villano del aumento del precio de los fertilizantes, acompañado por la maldición de la sequía, y el jueves los trabajadores del puerto de Valparaíso aprobaron el paro indefinido de sus labores.
Un balde de agua fría que ha menguado la euforia que se vivía el año pasado por los precios de la mayoría de los commodities agrícolas. Claramente, la última temporada agrícola se encuentra entre las más complicadas vividas por el sector en su historia moderna, aunque el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, señale que la situación es "estable".
De hecho, en el agro de la zona central ya se habla de una "tormenta perfecta". Todo indica que no se trata de problemas pasajeros, sino que llegaron para quedarse. Y se vienen cambios significativos. Por ejemplo, la caída y hasta la desaparición de algunos rubros, como la uva de mesa y la remolacha. A eso también se sumarían
- un frenazo en la inversión y
- la opción por rubros con menor uso de mano de obra.
A continuación desmenuzamos los elementos más complejos del actual panorama y el efecto que tendrán en el futuro del sector.
Dólar en caída libre
En un intento por alejar la recesión, la Reserva Federal de Estados Unidos insiste en bajar la tasa de interés, la que se ubica en 3,5% frente al 6% de Chile, lo que ha originado la entrada de capitales golondrina que aprovechan la mayor rentabilidad chilena. El resultado: sólo en lo que va del año la moneda gringa cayó 17%, acumulando una caída de 26% desde comienzos de 2007.
De hecho, los casi $430 que alcanzó la divisa la semana pasada no se veían desde hace once años. Un golpe mortal para el agro. Por eso se entiende el pesimismo que se vive. En un sector en que las rentabilidades usualmente giran en alrededor del 7%, una caída de un cuarto de los ingresos en sólo un año tiene a muchos productores haciendo agua. Y no sólo impacta a los exportadores, los que sustituyen importaciones, como los remolacheros, también tienen fijados sus retornos en dólares.
"En el Ministerio de Hacienda hay muchas personas con un perfil muy académico, que no saben lo que es sobrevivir en el mundo real. Muchas empresas agrícolas medianas y pequeñas pueden morirse antes de que el dólar vuelva a valores más normales. En este par de años se están lanzando por la borda 30 años de apertura exportadora", afirma un reconocido pequeño viñatero.
Alza de la mano de obra
- Tomas de plantas en Agrosuper y Pacific Nut,
- enfrentamientos entre temporeros y policías en Copiapó y
- la reciente agresión al packing de la exportadora Verfrut en las Cabras, VI Región.
La verdad es que nunca desde el inicio del boom de las exportaciones agroalimentarias, hace treinta años, se había vivido una situación laboral tan conflictiva en el agro como en el último tiempo.
- Algunos responsabilizan al efecto demostrativo de los subcontratistas de Codelco;
- otros apuntan al apoyo tácito de Osvaldo Andrade, el ministro del Trabajo;
- otros al espaldarazo de redes profesionales de agitadores.
La verdad es que son elementos que contribuyen, pero que no son decisivos. Detrás del auge de la conflictividad se encuentra un cambio estructural: en buena parte de las áreas rurales la tasa de desempleo ronda el 4%.
Para los economistas, alrededor de esa cifra se puede hablar de pleno empleo. La muestra más clara de ese cambio es el crecimiento de los salarios. En el ambiente frutero se estima que en la presente temporada los salarios de los temporeros crecieron cerca de 15% en pesos respecto de la de 2006–2007. Ahora bien, si se mide en dólares, el crecimiento es nada menos que de 45%.
Insumos crecen
En todos los rubros los insumos se encarecieron respecto del año pasado.En el caso de los abonos, la urea y el superfosfato triple, muestran alzas de 34% y 81% en los últimos doce meses. Lo más preocupante es que esto parece ser sólo el comienzo."Los precios de los fertilizantes están directamente ligados al de los combustibles, pues son subproductos de ellos.
Debido al alza del petróleo, los precios tendrán una fuerte presión a seguir aumentando en los próximos meses", afirma Ángel Esnaola, gerente general de Tattersall Comercial. A eso hay que sumar el cambio de las reglas del juego en el costo de la electricidad. A partir de este año se incluirá a abril como período de punta, ello obligará a usar generadores diésel para dotar de electricidad a las plantas procesadoras, lo que elevará los costos energéticos, justo en el período peak de procesamiento de las cosechas.
El agua a gotas
Los últimos datos disponibles estiman que la producción triguera de está temporada será similar a la campaña anterior. Lo extraño es que se sembró cerca de 10% más. La explicación está en la menor cantidad de precipitaciones que hubo. En el caso de la zona central, la lluvia acumulada al comienzo de las cosechas rondaba sólo el 50% de un año atrás. De la Octava Región al sur, la sequía fue menor, 15% de caída en las precipitaciones, pero afectó más fuerte, pues la mayoría de los agricultores descansan en las lluvias como fuente de agua, ya que existe un bajo uso de riego tecnificado.
A pesar de la lluvia caída hace casi diez días en la zona central, los meteorólogos señalan que el fenómeno fue un evento aislado y que lo más probable es que San Isidro nuevamente sea esquivo en 2008.
Frenazo de las inversiones
El cierre de la planta de Iansa encendió las luces de alarma. Debido a la baja en la siembra de remolacha en esa zona, la empresa azucarera decidió concentrar su producción en Talca. Más al norte, la situación es similar, pues las grandes transnacionales fruteras, como Del Monte y Chiquita, están vendiendo sus campos. Por otra parte, la exportadora de berries Hortifrut decidió posponer su salida a la Bolsa de Comercio.
La idea común en el agro es que es urgente reducir costos y hacer sólo el mínimo de inversiones a la espera de que mejore el panorama."Hay una sensación de incertidumbre respecto de lo que se viene. Hay muchos proyectos paralizados a la espera de que pase la tormenta", reconoce Patricio Crespo, productor maicero de Chépica, VI Región.
Menores empleos
Un estudio de la exportadora frutícola Subsole reconoció que en Chile se dedica casi el triple de horas/hombre por hectárea de uva de mesa que en California. En términos monetarios, eso se traduce en costos extras de US$ 1.800 por hectárea. El mensaje fue recibido con atención en el agro debido a los crecientes costos laborales.
Aun más, hay certeza de que la temporada 2007–2008 le puso una definitiva lápida a los proyectos agrícolas que se basaban en una mano de obra abundante y barata. Lo que se viene es diseñar proyectos con el menor número de trabajadores posible. Por eso, muchos miran con buenos ojos a cultivos altamente mecanizados como el maíz, el trigo o la avena.
Ellos deberían crecer en detrimento de las praderas ganaderas y frutales."Hay gente que está volviendo a cultivos extensivos, menos demandantes de mano de obra", reconoce Rodrigo Echeverría, presidente de Fedefruta.
Uva de mesa y remolacha en capilla
Cuando hay tormenta, no todos se remecen igual. De hecho, en la actual borrasca hay dos grandes perdedores:
- la uva de mesa y
- la remolacha.
En el caso de la uva de mesa, su principal talón de Aquiles es la mano de obra. La cosecha es imposible de mecanizar y requiere de una gran cantidad de trabajadores. De hecho, el 70% de sus costos de producción corresponde a los salarios. A ello hay que agregar que su mercado casi exclusivo es EE.UU., por lo que prácticamente no tienen la opción de vender en euros, tal como lo hacen en un buen porcentaje las manzanas y los kiwis.
Según un estudio de Fedefruta, los productores de las variedades Thompsom y Red Globe perderán US$ 7.200 y US$ 2.600 por hectárea está temporada."Ya no se ve gente plantando parronales, tal como sucedía hasta hace un tiempo. Más bien lo que sucede en la actualidad es que se están arrancando", afirma Rodrigo Echeverría, presidente de Fedefruta.
Un escenario igual de complejo se vive con la remolacha. De ser uno de los cultivos más rentables de la VII Región al sur, pasó a ser un verdadero dolor de cabeza. Al contrario de los otros commodities, el precio internacional del azúcar se ha mantenido plano en el último par de años.
De hecho, a los productores se les sigue pagando cerca de US$ 50 la tonelada desde hace dos años. El problema es que con la caída del dólar, eso representa una baja de casi 40% en sus ingresos en pesos. Quizá eso explica que en la última temporada se sembraron 16 mil hectáreas de las 36 mil que se sembraban tradicionalmente."De seguir así, la remolacha corre riesgo de desaparecer. Eso sería terrible para el sur, pues la canasta de opciones se reduce, y cuando un día, como todo ciclo económico, baje el precio de los cereales, vamos a caer en una situación crítica", afirma Jorge Guzmán, presidente de la Federación Nacional de Remolacheros.
Moraga Vásquez - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 17-Mar-2008
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