Las sequías afectarán a la producción de alimentos y energía y al desarrollo económico.
El problema va más allá de las medidas para ahorrar agua potable en el área de Barcelona, de un posible trasvase del Segre o del Ródano o de la sequía que desertifica la península Ibérica.
La escasez de agua dulce es un problema de dimensiones globales, que no hará más que agravarse a medida que los países en desarrollo adopten estilos de vida de países ricos y que amenaza con
- limitar la producción de alimentos,
- la generación de energía y
- el desarrollo económico a escala mundial,
según advierten las Naciones Unidas y destacados científicos con motivo del día mundial del Agua que se celebra hoy.
Para limitar el problema, los expertos piden
- más investigación para mejorar la explotación del agua y, sobre todo,
- una mejor gestión de los recursos hídricos.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Mun, ya advirtió en enero en el foro económico de Davos que el mundo se enfrenta a una crisis por la falta de recursos hídricos y que los líderes políticos y económicos deberían situar el agua como una prioridad en la agenda global.
Según la ONU,
- en el 2025 más de la mitad de países del mundo sufrirán déficit de agua; y
- en el 2050 las personas afectadas por la escasez de agua ya serán el 75% de la población mundial.
La primera víctima de la escasez de agua potable es la salud de los ciudadanos, sobre todo en los países pobres. Por este motivo, la ONU dedica este año el día mundial del Agua - que excepcionalmente se adelanta dos días y se celebra hoy- al tema de la higiene y el acto central del día mundial se celebrará en la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra (Suiza).
En la actualidad, la falta de agua potable ya causa un millón y medio de muertes de niños al año - o una cada veinte segundos-, advierte la OMS.
"El principal culpable es la falta de voluntad política", afirma Ban Ki Mun en un mensaje difundido con motivo del día mundial. El máximo dirigente de la ONU aboga por "ser más activos contra una crisis que afecta a una de cada tres personas en el planeta".
Pero los efectos de la crisis no se limitan a la salud pública. En las próximas décadas, una segunda víctima de la escasez de agua va a ser la producción de alimentos, advierten científicos especialistas en gestión de recursos hídricos.
En India, los regadíos consumen en la actualidad más del 90% del agua dulce que utiliza el país. Pero la explosión demográfica que se está registrando en India, y que no se detendrá hasta mediados de siglo, implica que las demandas de agua también se incrementarán.
Según las previsiones de la ONU, India necesitará a mediados de siglo un 30% más de agua dulce de la que tiene disponible en la actualidad.
El desarrollo económico y la adopción de pautas de consumo y de alimentación próximas a las de los países occidentales añaden una presión adicional sobre los recursos hídricos:
- producir un kilo de carne de ternera - que se consume poco en India, pero más en otras economías emergentes como China- requiere 15.500 litros de agua - en su mayor parte, para cultivar los vegetales de los que se alimenta el animal-.
Si a todo ello se añade que el cambio climático está llevando la sequía a regiones densamente pobladas, y encogiendo glaciares que alimentan grandes ríos como el Ganges en India o el río Amarillo en China, el déficit de agua puede afectar en las próximas décadas a poblaciones que desde el inicio de la historia han tenido excedente de agua.
"Nos encontramos ante un reto mayúsculo. Debemos desarrollar con urgencia nuevos cultivos resistentes al calor y a la sequía", afirma David Lobell, ecólogo agrícola de la Universidad de Stanford (EE. UU.), en la revista científica Nature,que hoy dedica un amplio informe a la situación del agua en el mundo. Dado que desarrollar un nuevo cultivo suele requerir unos 15 años, "debemos actuar rápido", añade Lobell.
Los científicos alertan también del impacto que tendrá el déficit de agua sobre la producción de energía - tercera víctima-. En Francia, la sequía del verano del 2003 ya supuso una pérdida del 15% en la producción de energía nuclear durante cinco semanas al faltar agua para refrigerar los reactores y una pérdida del 20% en la producción hidroeléctrica. Problemas similares se registraron el verano pasado en EE. UU. - donde 24 de las 104 nucleares del país se vieron afectadas- y en el este de Australia.
En el futuro, cuando la demanda de agua supere las precipitaciones en estas y otras regiones, los investigadores prevén que el sector de la energía se encuentre de manera creciente en competencia con otros sectores para el uso de recursos de agua limitados, que condicionarán el crecimiento económico.
"Es previsible que los problemas con el agua se agraven en las próximas décadas, incluso en regiones hoy consideradas ricas en agua", advierten científicos de la Universidad de Illinois y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE. UU.) en Nature.
Pero con más investigación, añaden, "se pueden desarrollar nuevos métodos para
- aumentar los suministros y purificar agua
- que sean sostenibles, asequibles y seguros y
- que sean útiles para personas de todo el mundo".
Josep Corbella - "La Vanguardia" - Madrid - 22-Mar-2008
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