Comunista consumista.
No hace tantos años oí a un pastor extremeño hacer gala de la supuesta «sabiduría popular» al explicar que los chinos se dividen en dos, «los japoneses y los chinos propiamente dichos».
La semana pasada oí en Canal Sur un chiste muy aclamado: «Los chinos se diferencian de los japoneses en que los japoneses llevan cámaras y los chinos rosas».
Yo creía que ya habían pasado los tiempos en los que a un amigo mío taiwanés, que vivía en España, le confundían con un japonés «porque vestía muy bien». Seguimos igual.
Al este del brumoso Ganges todo se difumina, se confunde.
Ahora abundan los paralelismos entre las gestiones del gobierno de Birmania y del de China tras el ciclón Nargis y el terremoto de Sichuán. Sin embargo las diferencias son notables. Frente al oscurantismo, cerrazón y falta de transparencia en el destino de las ayudas de los birmanos, en China hay claridad, brazos abiertos, luz y taquígrafos.
Pero incluso cuando esto se admite, surge la suspicacia: Claro, a los chinos les interesa quedar bien para que nadie boicotee los Juegos Olímpicos ...
Los recelos, las generalizaciones torticeras van más allá y se sigue llamando al de Pekín «régimen comunista».
- «La propiedad privada obtenida legalmente es inviolable» (Modificación de la Constitución china, 16 de marzo de 2007).
- La reforma del mercado iniciada en 1978 ha convertido a China en el «mayor centro mundial de acumulación de capital» (Richard Baum, profesor de la Universidad de California-Los Angeles, UCLA). - «Enriquecerse es glorioso» (Deng Xiaoping, Shenzhen 1992).
China es un régimen de partido único, pero no comunista. Más bien habría que llamarlo consumista.
Según el Earth Policy Institute de Washington, China puede desbancar en breve a EE.UU. como país más consumista. Ya lo ha hecho en carne, granos, carbón, acero ¡y hasta en hamburguesas!
A principios de mes estuve en Nanjing en el mausoleo de Sun Yat-sen. Estaba abarrotado de visitantes aunque la entrada cuesta 80 yuanes (unos 8 euros, el salario medio de un chino es de unos 150 euros).
Un miembro del Partido Comunista me lo aclaró. «Es tan caro porque los chinos pueden pagarlo». ¡Menudo comunismo!
FERNANDO PASTRANO - "ABC" - Madrid - 20-May-2008
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