El vertiginoso encarecimiento del petróleo es una de las peores noticias que puede afligir a la economía mundial en un periodo de vacilante prosperidad; y en particular a la economía española, dependiente hasta en un 70% de su consumo energético de las importaciones de crudo.
En apenas dos meses, el precio del barril de brent ha pasado del entorno de los 100 dólares a los 130 dólares, cuando las previsiones de crecimiento español se hicieron con un precio medio de 70 dólares por barril.
El efecto inmediato es que la factura energética del país se ha duplicado y los consumidores pagan precios récord por el litro de combustible. La combinación de bajo crecimiento con elevados precios de la energía remite a las crisis de la década de los setenta.
Las causas de este choque de precios son
- las perturbaciones en la oferta de crudo por tensiones geopolíticas,
- la subida del consumo en progresión geométrica en países emergentes y
- una tensión especulativa que dispara los precios en función de la temida escasez.
La política económica mundial se enfrenta a un problema difícil
La inflación no puede combatirse con éxito con unos precios energéticos desbocados y los bancos centrales no pueden favorecer la recuperación económica mediante bajadas de tipos.
No hay soluciones milagrosas. La única receta es
- moderar el crecimiento del consumo,
- aumentar la eficiencia energética y
- diversificar las fuentes.
Éste es otro aviso más para que las economías avanzadas pongan en marcha ambiciosos planes de ahorro energético. Algo que hasta ahora no están haciendo.
Editorial - "El País" - Madrid - 27-May-2008
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