domingo, 4 de mayo de 2008

¿Crisis? La de la izquierda

HASTA hace poco, ante una coyuntura desfavorable, los electores votaban izquierda como garantía de seguridad. Hoy votan derecha y el descalabro del laborismo inglés es la última muestra. No estamos ante un caso aislado ni coyuntural, sino ante un proceso
- largo,
- degenerativo y
- a todas luces irreversible
.

- Comenzó con el comunismo, totalmente desacreditado,
- Siguió con el socialismo, inútil cuando los trabajadores se convirtieron en clase media, y
- Afecta ya a la socialdemocracia, que no satisface a nadie.

¿A qué se debe?
Pues a que la izquierda, que enarbolaba eso tan hermoso de
- la igualdad,
- libertad y
- fraternidad,
no ha sido capaz de vivir de acuerdo con sus ideales ni de cumplir sus promesas
.
Para lograr la igualdad, sacrificó la libertad, sin darse cuenta de que apagaba el principal motor humano. Con lo que creó, no un paraíso de los trabajadores, sino un inmenso campo de concentración, incapaz de producir para su propio consumo, y la sociedad menos igualitaria de nuestra época, con siervos y señores.
Este fracaso estrepitoso dio orígenes a fórmulas más humanas, menos dogmáticas de la izquierda, a la socialdemocracia escandinava.
Pero hoy, hasta los escandinavos votan conservador, en vista de la bancarrota a que les llevaba. Como los holandeses, el pueblo europeo más progresista, que acogía a los Vives, a los Descartes y a otros perseguidos en sus países.
Progreso no es hoy socialismo. Progreso es irse adaptando a las realidades de un mundo cada vez más vario y complejo. Algo que hace mejor el conservadurismo, mucho más pragmático, que la izquierda presa de sus dogmas, por lo que no le queda más remedio que mentir.

Hasta que no le cree nadie y es derrotada por un personaje tan dudoso como Berlusconi o colorido como Johnson, pero que ofrecen soluciones todo lo imperfectas que se quiera, pero soluciones, mientras la izquierda ofrece sólo eslóganes.
En todas partes menos en España. Zapatero se vanagloria de que su socialismo es el más exitoso de Europa. Pronto será el único con éxito. ¿Significa que vamos delante? Bien al contrario, significa que, como siempre, vamos detrás de los países punteros del continente. Sólo cuando sintamos en nuestra carne el mordisco de las mentiras y falsos cálculos de Zapatero nos daremos cuenta y le pondremos verde. Pero de momento, preferimos seguir siendo diferentes.
No quiero decir que la izquierda no sea necesaria. Lo es. Como correctivo, como complemento, incluso como alternativa a la derecha en caso de excesivo desgaste de ésta. O como solución temporal, de emergencia, para los países aún sin desarrollar económica, social y políticamente.
Pero en el momento que alcanzan el pleno desarrollo, la izquierda, como nuestra mano, pasa a ser un auxiliar de la derecha.
Se lo dijo ya Mao a Felipe: «Gato negro o gato rojo, lo importante es que cace ratones
».

Aquí seguimos prefiriendo el color. Anteponer lo secundario a lo principal es una de nuestras más destacadas características.
JOSÉ MARÍA CARRASCAL - "ABC" - Madrid - 4-May-2008

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