viernes, 23 de mayo de 2008

La inflación está de vuelta

Economía global: Los aumentos de precios de dos dígitos están a punto de hacer sufrir a dos tercios de la población del mundo
Con "un asesino en serie" económico suelto, de una forma u otra la política monetaria tendrá que ajustarse y los tipos de cambio subir.

Ronald Reagan una vez manifestó que la inflación era
- "tan violenta como un asaltante,
- tan aterradora como un delincuente armado y
- tan mortal como un asesino a sueldo".
Hasta hace poco, las autoridades del Banco Central pensaban que este matón había sido encarcelado de por vida. Gracias a sólidas políticas monetarias, la inflación en todo el mundo se había mantenido en niveles bajos en los últimos años.
Pero el asaltante nuevamente anda merodeando.
Aun cuando EE.UU. esté próximo a una recesión y el crecimiento en otras economías desarrolladas se haya retardado, la inflación está aumentando.
Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo, esta semana advirtió sobre los errores que se cometieron en la década de 1970, cuando la inflación se soltó con un enorme costo para el crecimiento. Sus palabras estaban dirigidas a los bancos centrales de los países ricos, pero aquellos a cargo de las políticas en las economías emergentes son los que más deberían prestar atención.
En países como China, India, Indonesia y Arabia Saudita, incluso, las estadísticas oficiales, a menudo tramposas, muestran que los precios subieron de 8 a 10% en 2007;
- en Rusia el índice supera el 14%;
- en Argentina la cifra verdadera es 23%, y
- en Venezuela, 29%.
Si mide los números correctamente, dos tercios de la población mundial sufrirían de índices de inflación de dos dígitos la próxima temporada.Tomado como un todo (y haciendo uso de cifras oficiales), el índice inflacionario promedio del mundo subió a 5,5%, su nivel más alto desde 1999.
La causa principal ha sido el alza en los precios de los alimentos y del petróleo, que superó los US$ 135 esta semana. Pero la preocupación de Trichet es que las tasas más altas podrían hacer subir las expectativas inflacionarias, lo que llevaría a mayores exigencias salariales y así desencadenar una espiral de precios y salarios como en la década de 1970.
El error de los banqueros centrales en ese entonces fue mantener la política monetaria demasiado suelta, de modo que los precios más altos del petróleo rápidamente fomentaron otros precios. Por lo tanto, es preocupante que la política monetaria global esté ahora en su nivel más suelto desde la década de 1970: la tasa de interés real promedio del mundo es negativa.

Al bajar las tasas de interés a medida que la inflación subía,
- ¿la Fed sembró las semillas de una nueva era inflacionaria?
Ese punto de vista parece difícil de demostrar en el mundo industrializado. Los índices de inflación de 3,9% en EE.UU. y del 3,3% en la zona euro son más altos de lo que desean los bancos centrales, y las expectativas inflacionarias están subiendo.
Si el crecimiento en el área del euro sigue firme, el Banco Central Europeo se debería preocupar más de la inflación. Pero hasta la fecha hay pocas señas de que los precios más altos de los alimentos y del petróleo estén impulsando a otros precios en las economías ricas. Los salarios han permanecido relativamente bajos y los índices de inflación básica (excluyendo alimentos y energía) son un poco más altos que hace un año. Además, se espera que el crecimiento esté por debajo de la tendencia en EE.UU. y Europa en 2009, y es probable que el desempleo suba, lo que ayudará a contener los aumentos salariales.
El cuadro es muy diferente en los países emergentes. Los precios están subiendo mucho más rápido, en parte porque los alimentos responden por una porción más grande de sus índices de precios al consumidor. Pero los salarios (que están subiendo en casi 30% al año en Rusia) y las tasas de inflación básica también se están acelerando.
Hay similitudes alarmantes entre las economías emergentes de hoy en día y del mundo industrializado en la década de 1970, cuando alzó el vuelo la Gran Inflación.
Muchos de aquellos a cargo de las políticas en los mercados emergentes ven el alza de la inflación como un impacto de la oferta a corto plazo, y en consecuencia, ven poca necesidad de elevar las tasas de interés. En cambio, utilizan controles de precios y subsidios para poner tope a los precios.
Las masas monetarias están aumentando casi tres veces más rápido que en el mundo desarrollado. Muchos bancos centrales aún no son totalmente independientes. Y las expectativas inflacionarias no están debidamente ancladas, aumentando el riesgo de una espiral de precios y salarios.

El aumento de la inflación, al igual que gran parte de la economía mundial en los últimos años, se puede explicar de algún modo a través de los vínculos cada vez más complejos entre las economías desarrolladas y las emergentes.
Estas últimas compartían cierta responsabilidad por la burbuja crediticia y habitacional de EE.UU. Mientras las economías asiáticas y los exportadores de petróleo del Medio Oriente manejaban grandes excedentes de cuenta corriente, ellos acumulaban reservas de divisas (principalmente en valores del Tesoro de EE.UU.) con el fin de impedir que sus monedas subieran. Eso hizo bajar el rendimiento de los bonos.

Al mismo tiempo, las importaciones baratas desde China y otros lugares contribuyeron a que los bancos centrales en las economías ricas no dejaran subir la inflación mientras mantenían las tasas de interés a corto plazo más bajas que en el pasado.
El dinero barato estimuló la burbuja de EE.UU.Ahora que estalló esta burbuja, el estímulo monetario a través de las fronteras cambió de dirección. Cuando la Fed ha bajado las tasas de interés, las economías emergentes que vinculan su moneda con el dólar se han visto forzadas a manejar una política monetaria más suelta, aun cuando sus economías se estén recalentando.
Las economías emergentes con monedas alineadas más estrechamente con el dólar, principalmente en Asia y en el Golfo, han visto las mayores alzas de precios. Los países, como México, que tienen tipos de cambio más flexibles y están más comprometidos con los objetivos inflacionarios, lo han hecho mejor.
El dinero suelto en EE.UU. y los tipos de cambio rígidos en economías emergentes son una mezcla peligrosa. Mientras más tiempo las economías emergentes sujeten sus tipos de cambio, mayor es el riesgo de que suba la inflación global. De acuerdo, la apreciación del tipo de cambio no es un remedio tan simple para las economías emergentes como dicen algunos:
- un alza en las tasas de interés y la expectativa de una mayor apreciación en el tipo de cambio podría exacerbar la inflación,
- al absorber más capital; y liberar el tipo de cambio corre el riesgo de una sobrevaloración masiva
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The Economist - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 23-May-2008

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