El manejo monetario de Chile es brillante.
Para el mundo, lo mismo no puede ser dicho de la mayoría de los bancos centrales. En un mundo en que la peor crisis financiera en la historia moderna arrastra a los bancos centrales a ubicarse por atrás de los mercados y de los eventos financieros internacionales, las autoridades chilenas se mantienen al frente de los mercados financieros, proveyendo dirección y decisiones oportunas.
Cuando el país sufrió el embate de la peor burbuja especulativa en materias primas, que resultó en fuertes presiones inflacionarias durante la primera mitad de 2008, el Banco Central (BC) actuó con decisión para anclar la inflación y las expectativas inflacionarias. Esto llevó a las autoridades monetarias a subir sus tasas de interés consistentemente, impulsando lo que pocos bancos centrales entienden sobre los aumentos de tasas de interés: su punto central no es cuánto suben, sino cuánto tiempo se quedan arriba.
Cuando la burbuja terminó y los precios de las materias primas empezaron a caer durante la segunda mitad de 2008, el BC lideró un proceso frontal de reducción de tasas de interés una vez que la inflación caía, guiando en el proceso las expectativas de inflación y conteniendo las presiones salariales.
Este mismo liderazgo llevó al BC a bajar su tasa de referencia en 250 puntos base (pb) a 4,75%, haciendo frontal la mayor parte de la baja en tasas de interés.
Así converge a su objetivo de inflación del 3%, antes de que un nuevo deterioro en los mercados financieros internacionales genere presiones que limiten su actuación.
El BC probablemente baje de nuevo su tasa de interés en 75 pb en su próxima reunión, dejando reducciones adicionales a ser condicionadas por la resolución de la crisis financiera de los EE.UU. y la evolución del crecimiento económico.
El éxito del BC va más allá de la destreza de proveer dirección oportuna cuando nadie se arriesga, al fundamentarse en sus decisiones a finales de los 90 de
- fortalecer la estructura del sistema financiero,
- al desalentar las actividades especulativas que ahora llevan a la salida masiva de capital del resto del mundo.
La situación de insolvencia de una parte importante de la banca americana y europea lleva a sacar capital de cuanto país pueden para compensar pérdidas y evitar la quiebra.
Chile no es uno de estos países, y aunque el país enfrentará presiones a medida que el proceso de desendeudamiento masivo de EE.UU. y Europa vaya contra el crédito global, las presiones serán más limitadas que las que experimentará la mayoría de los países.
La estructura financiera sólida pone a Chile en una posición única para enfrentar la peor crisis financiera en la historia moderna.
Sin embargo, no ha habido ningún otro momento en que haya sido tan importante para Chile ser el líder del mundo en su manejo fiscal y monetario, un líder que el mundo nuevamente seguirá.
JOSÉ M. BARRIONUEVO - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 13-Feb-2009
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