Entrevista al Alcalde de Ciudad Juárez - Méjico, José Reyes Ferriz.
Está al frente de una de las plazas más cotizadas por el narcotráfico y se ha propuesto limpiar la policía enfrentándose a los grandes cárteles de la droga. La respuesta del narcotráfico ha sido emprender una cacería que deja unos nueve muertos al día, casi el 40% de todos los ejecutados que aparecen en el país.
Pese a las amenazas del crimen organizado, José Reyes Ferriz, del Partido revolucionario Institucional, se siente con fuerza para seguir adelante después de que el Gobierno central decidiera destinar 5.000 militares a Ciudad Juárez en un intento por frenar la ola de terror que asedia la ciudad fronteriza, uno de los motores económicos del país.
- ¿Qué está pasando en Ciudad Juárez?
- Ciudad Juárez está unida a El Paso, una de las ciudades mejor conectadas de EEUU para el transporte de mercancías. Esto hace que se trate de una plaza muy cotizada por los cárteles de Juárez y Sinaloa, que iniciaron una guerra por recuperar su control.
En marzo de 2008 el Gobierno decide intervenir en Chihuahua en un "operativo conjunto" en el que participan el Ejército, la Policía Municipal y Federal, y la Fiscalía.
Esta guerra se recrudece y deja en Juárez 1.600 muertos, de los cuales menos de 30 son civiles. Un 90% de las víctimas son entre ellos. El operativo busca desarticular las redes financieras del crimen organizado y hacer una limpia en la Policía, que estaba muy infiltrada.La primera parte funciona muy bien, hasta el punto que empieza a subir el precio de la cocaína en EEUU.
Pero eso hace que aumenten otro tipo de delitos colaterales, porque los grupos siguen necesitando dinero y así comienzan los asaltos a bancos, los secuestros o la extorsión, hasta conducirnos a la situación actual. Las ejecuciones no son lo que alarma a la sociedad. Lo que alarma son estos delitos colaterales, provocados por la limpia que llevamos a cabo dentro de la policía.
- ¿Existe una verdadera lucha por el control de la Policía?
- Así es. La limpia afectó enormemente a la delincuencia organizada.¡El jefe de la Policía anterior a mi llegada al Ayuntamiento está detenido en EEUU por narcotráfico! Eso genera una corrupción que yo me propuse frenar. Por ello los cárteles han tratado de eliminar a los nuevos mandos.
A uno lo mataron la semana pasada [Sacramento Pérez]. Después, como al Secretario de Seguridad no lo podían matar porque vivía en la comisaría, entonces le amenazaron: «Si no te vas, vamos a matar a un policía cada 48 horas». Redoblamos la vigilancia pero aún así ejecutaron a dos saliendo de su casa. Fue entonces cuando el Mayor Orduña decidió renunciar.
- ¿Está desbordado el Estado? ¿Puede ganar esta guerra?
- Sí, muy claramente, aunque el crimen organizado tiene una capacidad de adaptación muy rápida y, si no puede vender droga, roba o extorsiona. El Estado tiene que adaptarse a la misma velocidad.
- ¿Los militares son la última oportunidad?
- Es la única que queda, no hay más opciones donde elegir. Pero con la Policía Municipal también intentamos aplicar nuevos modelos de seguridad con instructores que nos trajimos de España.
- ¿Qué garantías tiene de que la Policía que le rodea está limpia?
- Hay que seguir vigilando. Un mismo grupo delictivo controló esta plaza durante 15 años. Era muy fácil corromper a los agentes, ya que no había riesgos para ellos. Cuando los cárteles comienzan a matar a policías porque piensan que están compinchados con un grupo rival es cuando comienza el riesgo [para los agentes], así que es más fácil que se mantengan al margen. Esta situación contribuye, paradójicamente, a mantenerla limpia.
- ¿Teme por su vida?
- Ya tuve amenazas. La última hace pocos días, pero sé que tengo que hacer este trabajo porque es importante para mi ciudad. Mi seguridad personal va desde el despacho hasta mi casa. Vivo en una colonia cerrada con policías dentro y fuera y la esperanza que me queda es que este trabajo sólo dura 3 años. Si fuera así toda la vida sería inaguantable.
Jacobo G. García - "El Mundo" - Madrid - 28-Feb-2009
Ciudad Juárez: El poder de las armas
En la frontera con Estados Unidos, los habitantes de Ciudad Juárez tendrán que convivir, a partir de la próxima semana, con otros 5.000 militares que vigilarán las calles y pondrán puestos de control para frenar el narcotráfico.
La violencia del crimen organizado anda por las nubes en Ciudad Juárez, pero las opiniones se dividen en cuanto a la decisión del gobierno de Felipe Calderón de incrementar en un 250% el número de militares.
En esta localidad con cerca de 1,5 millones de habitantes, hay desde marzo del año 2008 unos 2.000 efectivos como parte del Operativo Conjunto Chihuahua.
Aunque el objetivo era disminuir la violencia que comenzaba a azotar la frontera, para muchos ciudadanos vivir en una ciudad militarizada es motivo de angustia y estrés.
Algunos aplauden la decisión de aumentar la presencia armada, entre ellos el sector empresarial, afectado por secuestros, extorsiones y asaltos.
En cambio, organizaciones sociales y de derechos humanos alertan sobre los riesgos de abusos.
"Para nosotros (el anuncio) fue impresionante por la coordinación que se va a dar entre los distintos niveles de gobierno y sobre todo por la propuesta de que va a haber más elementos", dijo a Dpa Daniel Murguía Lardizábal, presidente local de la Cámara Nacional de Comercio.
"Nosotros, como Cámara, habíamos pedido oficina de inteligencia para extorsiones y secuestros, así que los militares van a tomar el C4 (centro de emergencias) y con eso van a dar seguimiento a las denuncias, además de que habrá blindaje en las entradas y salidas de Juárez", afirmó.
Sin embargo, otros lo ven distinto. "El Operativo Conjunto Chihuahua es un fracaso total", dijo a Dpa Cipriana Jurado Herrera, directora del Centro de Investigación y Solidaridad Obrera.
"Me preocupan las declaraciones que se hicieron respecto de los 5.000 militares que vienen porque no se mencionó si van a seguir trabajando con denuncias anónimas y si el Ejército no cometerá abusos, como lo ha hecho, sin ninguna orden de por medio", añadió.
582 quejas formales
En 2008 la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) abrió 582 quejas formales por violaciones de los derechos humanos en Ciudad Juárez, de las que unas 200 se refieren a denuncias contra el Ejército.
De acuerdo a Gustavo de la Rosa Hickerson, visitador de la Comisión para Proyectos Especiales y Atención a Víctimas de la CEDH, ha habido poco más de 3.000 intervenciones del Ejército en casas particulares. "Fue un año tan difícil", afirmó.
Para el gobierno de Calderón no hay más opción que desplegar militares por la infiltración que han llegado a tener los cárteles en los cuerpos de policía y la preparación inadecuada de los agentes.
El caso más resonante fue hace unas semanas la detención del jefe de la policía del balneario de Cancún, Francisco Velasco, por supuesta complicidad con grupos que torturaron y asesinaron a un general retirado que iba a asumir labores de seguridad.
Para Jurado Herrera, tener una ciudad con mayor presencia militar es preocupante, "sobre todo para quienes estamos en contra de que el Ejército actúe como seguridad pública cuando están capacitados para la guerra, y al parecer aquí la guerra no es contra el crimen sino contra la ciudadanía".
El alcalde José Reyes Ferriz aseguró que la presencia militar y federal permitirá reducir los índices de violencia, además de que Juárez contará también con más patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública para atender delitos comunes.
De acuerdo con la Subprocuraduría de Justicia de la Zona Norte, 2008 cerró con 1.605 homicidios dolosos en Ciudad Juárez. Desde enero hubo otros 345.
Enrique Torres, portavoz del Operativo Conjunto Chihuahua, declaró que el próximo fin de semana llegarán a Juárez los primeros militares, además de un grupo operativo que trabajará en materia de inteligencia.
Nolan Beiner - "El Mundo" - Madrid - 28-Feb-2009
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