jueves, 23 de agosto de 2007

La información, llave de la civilización


La historia de la humanidad registra un cúmulo de invenciones y descubrimientos cuyos efectos y consecuencias fueron determinantes en los avances sociales, no siempre lineales y continuos, detectados por las investigaciones arqueológicas e históricas. 

La nómina de las invenciones registradas es extensa y eslabona desde inventos primitivos, como la rueda, la agricultura y la escritura, hasta el automóvil, el avión y la computadora, sin que se haya elaborado una rigurosa valoración jerárquica entre ellos. 
Sólo en las últimas décadas, y a raíz de la espectacular eclosión de la tecnología de la información y del consecuente desarrollo de las ciencias de la información, ha empezado a quedar en evidencia que 
- las innovaciones relativas a las formas prácticas de 
- producir, almacenar, distribuir y aplicar la información 
- son las que crean las condiciones capaces de 
- generar nuevos y crecientes niveles en 
- las organizaciones sociales protagonizadas por el hombre. 
Por otra parte, es un hecho muy reciente el surgimiento del concepto de información como cantidad cuantificable y se debe a Claude Shannon la formulación, en los años 40 del siglo XX, de la teoría de la información y de las consecuentes definiciones de unidad de información –el bit– y de cantidad de información. 
A partir de esos desarrollos se han podido efectuar estimaciones sobre 
- las cantidades de información de las que 
- ha dispuesto el hombre durante su historia
En dicho contexto se considera que 
- la invención del lenguaje fue el factor determinante en 
- la emergencia de los primeros grupos humanos con capacidad para
  - intercambiar experiencias,
  - acordar pautas de comportamiento social y 
  - desarrollar rudimentarios logros tecnológicos. 
El lenguaje 
- separa al hombre de sus primitivos ancestros y 
- permite impulsar y canalizar la actividad pensante. 
El siguiente y superior nivel de organización social, denominado usualmente civilización
- vincula su emergencia con la invención de la escritura
Ello ocurre durante el transcurso de
- el tercer milenio antes de Cristo, en 
- Egipto, Mesopotamia, China e India. 
Los sistemas de escritura de esas civilizaciones, aunque muy distintos entre sí, las diferencian claramente de otras culturas contemporáneas o posteriores carentes de escritura. 
En relación con los dos niveles de sociedad definidos por el lenguaje y la escritura 
- se han hecho estimaciones de la cantidad de información de que disponen o 
- a la que pueden acceder a lo largo de su vida 
- los individuos integrantes de las sociedades respectivas. 
Los detalles técnicos de las estimaciones en cuestión exceden los límites de esta nota. Asimismo, y a los efectos de una mejor comprensión del tema, es oportuno considerar previamente una estimación de 
- la cantidad de información de que dispone 
- un individuo en un medio carente de lenguaje. 
Esa cantidad sólo depende de la información que puede adquirir mediante vivencias prácticas personales y que almacena en su memoria, y se estima que 
- oscila entre los cinco y los diez millones de bits. 
A los efectos comparativos es interesante señalar que 
- cinco millones de bits es la cantidad de información correspondiente 
- al texto del poema "La Ilíada". 
En el caso de una cultura poseedora de un lenguaje, el intercambio de información entre individuos aumenta notablemente la cantidad de información a la que puede acceder cualquiera de sus integrantes. 
Descontando las inevitables redundancias, se estima que 
- esa cantidad es del orden de los mil millones de bits, es decir, 
- alrededor de cien veces la cantidad de información 
- asociada con la carencia de lenguaje. 
Estas nuevas circunstancias hicieron posible la tradición oral y, con ella, la transmisión a las generaciones sucesivas de sagas, cuentos e historias heroicas. 
En la etapa inmediata superior, aparecen los jeroglíficos egipcios, la escritura cuneiforme mesopotámica, la escritura ideográfica y pictográfica china y, posteriormente, las escrituras con alfabetos tales como el arameo, el árabe, el griego y el latino y 
- la información se almacena y acumula y se logra elevar su disponibilidad 
- a una cantidad del orden de 100.000 millones de bits. 
Este nivel de información hizo posible la creación artística y literaria
También la matemática y filosófica, que alcanzó su máximo y extraordinario nivel en el mundo grecorromano. 
El tercer paso significativo en este proceso histórico signado por la disponibilidad de información es 
- la invención de la imprenta de caracteres móviles metálicos, 
por Gutenberg, alrededor del año 1450. 
- Dicha invención es el disparador de la civilización moderna; 
aparece el libro impreso y posteriormente las publicaciones periódicas y la documentación impresa de diversas actividades. 
Sin la imprenta no pueden explicarse 
- el Renacimiento artístico y literario iniciado en Italia en el siglo XV y 
extendido luego a los restantes países de Europa, ni 
- la revolución científica de los siglos XVI y XVII, 
- ni la Revolución Industrial, iniciada a fines del siglo XVIII. 
La cantidad de información disponible en millones de libros y publicaciones de todo tipo, aun descontando abundantes redundancias, es cuantiosa y, se estima, 
- superior en un millón de veces a la disponible en la civilización clásica. 
El proceso histórico se acelera y a partir de mediados del siglo XX se inicia 
- la revolución de la computadora digital. 
La importancia de este nuevo instrumento no radica tanto en su capacidad de almacenar ingentes cantidades de información en espacios físicos reducidísimos, sino en 
- la posibilidad, antes inexistente, de acceder a 
- esa vasta información en tiempos brevísimos, 
del orden de los minutos, mediante la conexión en redes de computadoras e Internet. 
Dos ejemplos, entre muchos otros, de lo que ha hecho posible la computación: la tecnología espacial y el sistema mundial de comunicaciones de voz e imagen. 
Finalmente debe decirse que dada la velocidad de avance de la ciencia y la tecnología y la consecuente eventual aparición de inesperadas innovaciones tecnológicas, la previsión del futuro más allá de unos pocos años es una empresa carente de certezas.
Eitel H. Lauría - "La Nación" - 28-Jul- 2006