sábado, 25 de octubre de 2008

"El miedo domina los mercados, sólo queda la opción de cerrarlos"

Entrevista: Crisis financiera mundial - La reacción de los mercados NOURIEL ROUBINI Profesor de la Universidad de Nueva York.

"Espero no haberle deprimido demasiado". Nouriel Roubini (Estambul, Turquía, 1958) cierra la entrevista con una amable sonrisa para quitar hierro a la andanada de malos augurios que acaba de lanzar.
Este profesor de Economía de la Universidad de Nueva York es muy consciente del impacto que causan sus palabras. No siempre fue así.
Sus investigaciones vaticinaron, con escaso eco, un colapso del sistema financiero de EE UU ya en 2004. Y cuando expuso sus conclusiones ante la flor y nata de los economistas del FMI, en 2006, cundió el escepticismo.
Ahora, con el acierto de su parte, sus duras advertencias se rumian una y otra vez.
Porque Roubini cree que lo que otros consideraron exageraciones han acabado por quedarse cortas. "Lo que ha ocurrido esta mañana en Estados Unidos es otra señal de que los mercados están en caída libre, tratar de estabilizarlos es como que te lancen un cuchillo e intentar pararlo con las manos desnudas", dijo en referencia a la suspensión de los mercados de futuros en Wall Street ayer tras caer más de un 6%.
"El miedo se ha adueñado de los mercados, todo el mundo quiere vender y nadie compra, sólo va quedando la alternativa de cerrarlos un tiempo", afirma sin pestañear.

Cuando el presidente italiano, Silvio Berlusconi, dijo algo parecido hace tres semanas, todo el mundo lo tomó como una más de sus célebres meteduras de pata. Pero ahora que lo vaticina Roubini, nadie se lo toma a chanza.
Porque el profesor universitario constata lo que ya a estas alturas resulta obvio: "El efecto positivo en los mercados del anuncio de intervenciones multimillonarias por los Gobiernos sólo duró un par de días".

Roubini cree que las inyecciones de capital a los bancos y el aval a los préstamos son medidas correctas, aunque tardías. Y aboga por decisiones más radicales aún, con "paquetes fiscales amplios" y mayores recortes de tipos. Pero ni eso serviría.
"Los mercados ya saben que los Gobiernos harán todo lo que esté en su mano para apoyar al sector financiero, pero siguen desplomándose. Ya no funcionan, no responden a ningún incentivo, están en un proceso imparable de liquidación de activos, se han convertido en una fuerza destructiva. Cada vez estoy más convencido de que la única solución es un cortocircuito temporal".
Roubini ya esbozó su idea de un cierre de los mercados el jueves en Londres, en una conferencia mundial de gestores de fondos de alto riesgo. Ayer, en Madrid, fue más contundente aún ante los directivos convocados por la escuela de negocios IESE, que celebraba su 50º aniversario. Y repitió su lúgubre pronóstico, infatigable, en conferencia de prensa y entrevistas con los medios.
Su agenda está cada vez más repleta. El reconocimiento mediático y académico crece al mismo ritmo que el sistema financiero se tambalea.

The New York Times le ha bautizado como Dr. Doom (doctor calamidad).
Y el World Economic Forum, la institución que organiza los encuentros de líderes políticos y empresariales en Davos (Suiza) le encargó la coordinación de su reciente informe sobre el sistema financiero.
"El impacto en la economía real será muy duro, la recesión mundial es inevitable y durará al menos dos años", sentencia. Obviamente,
- no cree posible una recuperación en 2009.
- Ni que las economías emergentes se salven de la quema
.

Recita sin respirar una veintena de países que ya afrontan problemas. Y advierte que "para China crecer menos que un 7% o para Brasil menos que un 2% es lo mismo que una recesión, aumentaría la pobreza".
Cuando se le pregunta por la economía española, reparte estopa. "En España,
- la recesión será más dolorosa,
- la burbuja inmobiliaria ha ocultado los problemas de falta de competitividad,
- los avances en productividad son aún más débiles que en Italia, Grecia o Portugal".
Y es aún más contundente cuando se le inquiere por Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal.
"Con Greenspan y ahora con [Ben] Bernanke, la Reserva Federal ha sido la principal cheerleader [animadora] de la ingeniería financiera que nos ha llevado a este desastre".
"Cuando la supervisión se guía por la ceguera ideológica se va de un extremo a otro: antes eran defensores a ultranza de una autorregulación que no ha funcionado, ahora parecen la Unión Soviética", bromea.
Roubini cree que esta vez no habrá más remedio que "construir de verdad un sistema de regulación global". Porque él lo tiene claro: "Prefiero el coste de una sobrerregulación que el peligro de una falta total de regulación".
Una reforma que extendería a las agencias de calificación o al sistema de compensación de los altos ejecutivos.
Pero antes habrá que gastar mucho dinero público en taponar la sangría del sistema financiero. "Decir que no habrá coste para los contribuyentes es un disparate", dispara.

A. BOLAÑOS - C. DELGADO - "El País" - Madrid - 25-Oct-2008

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