sábado, 4 de octubre de 2008

El mundo en el límite

El Congreso de Estados Unidos no está acostumbrado a que adivinen sus intenciones. Pero a medida que los legisladores forcejeaban en el Capitolio, las bolsas del mundo han estado apostando en tiempo real al salvavidas de US$ 700 mil millones del gobierno de Bush.
Después que la Cámara de Representantes rechazó el plan el 29 de septiembre, estimulada por el hastío de los votantes del "capitalismo de casino", los inversionistas se aterraron. Sin embargo, cuando The Economist estaba en prensa, estaban optimistas de que, después de obtener la aprobación del Senado el 1 de octubre, el plan se aprobaría.Aun cuando así fuera, eso no debería ser motivo para el optimismo. Mire más allá de las bolsas, especialmente de los paralizados mercados de dinero, y hay poco que ver,
- excepto quiebras bancarias,
- rescates de emergencia y
- mucha angustia en los mercados crediticios.
Estas fuerzas están llevando
- al sistema financiero cerca del desastre y
- al mundo desarrollado al borde de una fea recesión.
El paquete de rescate debería mitigar los problemas, pero no los evitará.La crisis se está extendiendo en dos direcciones, está cruzando el Atlántico con rumbo a Europa y está alejándose de los mercados financieros hacia la economía real.Sale al ruedo Peer Steinbrück, ministro de Hacienda de Alemania, quien se apresuró a declarar el 25 de septiembre que Estados Unidos era "la fuente... y el foco de la crisis", antes de anunciar que el rol de ese país como la superpotencia financiera llegó a su fin. A los días, el foco cambió, y Steinbrück y sus personeros se vieron obligados a hacer los arreglos para un crédito de US$ 51 mil millones de los bancos y el gobierno para salvar Hypo Real Estate, el segundo prestador inmobiliario del país.Los bancos europeos se derrumbaban a una velocidad vertiginosa y Christian Noyer, presidente del Banco de Francia, declaraba que "no hay ningún drama por delante". Hypo Real Estate fue sólo uno de cinco bancos en siete países europeos que fue rescatado en tres días.En cierta medida, muchos bancos europeos se ven más vulnerables que sus contrapartes estadounidenses; y eso es mucho decir, en vista de la venta forzada la semana pasada del Washington Mutual, la entidad de ahorro y préstamo más grande de EE.UU., y Wachovia, su cuarto banco comercial.- En EE.UU., fuera de Wall Street, los bancos prestaron 96 centavos por cada dólar de los depósitos.
- Los bancos europeos continentales prestaron aproximadamente 1,40 euros por cada euro de los depósitos.
Tienen que pedir prestado el resto a los inversionistas del mercado de dinero, quienes no son especialmente seguros ahora.
Algunos bancos europeos, entre éstos los británicos, irlandeses y españoles, tienen crisis inmobiliarias propias. Y tienen que lidiar con
- los valores estadounidenses tóxicos que compraron por mil millones, como también con
- sus economías cada vez más lentas.El pánico también ha afectado a bancos en Hong Kong, Rusia y ahora India. Y no es sólo la amplitud geográfica de esta crisis lo que es alarmante, sino también su profundidad económica. Debido a que está arraigada en los mercados de dinero, se alimentará de los negocios y los hogares en cada economía que afecte.Gran parte del tiempo nadie nota que el crédito fluye a través de los pulmones de la economía, igual como nadie nota el aire que respira.
Pero todo el mundo sabe cuándo el crédito deja de circular libremente a través de los mercados hacia los bancos, empresas y consumidores.
- Por casi un año los mercados habían estado preocupados de la liquidez y solvencia de los bancos. Tras la quiebra de Lehman Brothers el mes pasado, en medio de la confusión reinante ante la incertidumbre de a quién salvaría el Estado y bajo qué condiciones, ellos se aterraron.
- Los mercados se cerraron para los papeles de tres, seis y 12 meses; por lo tanto, los bancos tienen que pedir prestado incluso más dinero que lo usual, de la noche a la mañana.- Las compañías enfrentan intereses más altos y el temor a que algún día pierdan completamente el acceso a los créditos bancarios. Por lo tanto, ellas también acumulan efectivo, cancelando adquisiciones e inversiones, con el fin de pagar deudas.
- Los gerentes postergan los nuevos productos, dejan las fábricas desmanteladas, eliminan divisiones que producen pérdidas y reducen costos y empleos.- Los consumidores van a sufrir.
- El desempleo va a subir.
Aun cuando los mercados crediticios funcionen bien, las economías ricas se desacelerarán cuando reviente la burbuja de los precios de activos. Si el crédito está reprimido, esa desaceleración podría convertirse en una profunda recesión.Si el gobierno pudiera salvar los mercados crediticios sin rescatar a los banqueros, debería hacerlo. Pero no puede.
Main Street necesita a Wall Street (N. de la R.: se refiere a la economía real versus el sector financiero); y ambas necesitan a Washington.
Los políticos -y Bush es el más culpable entre ellos- no han explicado esto.Las pasadas crisis bancarias muestran que los rescates graduales, tardíos cuestan más y no funcionan tan bien. La inconsistencia siembra la incertidumbre.
Las operaciones bancarias transfronterizas pueden hacer que las políticas de un país sean inconvenientes para los vecinos: la garantía del gobierno irlandés de todos los depósitos amenaza con absorber el dinero de los bancos británicos mal protegidos. La sugerencia de Francia el 1 de octubre de que los gobiernos europeos deberían trabajar juntos fue buena; el rechazo de ésta por parte de Alemania fue un error.Los bancos centrales han coordinado sus operaciones de liquidez. Ahora que los precios del petróleo han bajado y la preocupación por la inflación retrocede, son posibles las reducciones de tasas.
Tales entidades serían más poderosas si se coordinaran. Pero no son sólo los bancos centrales los que tienen que combinarse. Sea lo que fuere que haga el Congreso de Estados Unidos,
- los gobiernos deberían trabajar juntos para estabilizar y recapitalizar los bancos;
- no sólo para detener el pánico, sino también para ahorrar dinero.

Editorial - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 3-Sep-2008

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