Argentina: después de seis años de un rápido crecimiento, la economía de Argentina está en un momento crítico conocido, en el que la negativa de la Presidenta a cambiar de curso amenaza con empobrecerla más.
Desde que Argentina empezó su recuperación a mediados de 2002 después de un colapso financiero devastador, ha parecido desafiar la gravedad económica.
El gobierno izquierdista del país, el que fue primero encabezado por Néstor Kirchner y después en este año por su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, ha violado numerosas reglas económicas estándar:
- ha evitado al FMI y ha martirizado a los tenedores de bonos privados;
- echó a patadas a las compañías extranjeras y estableció nuevas estatales;
- impuso controles de precios; e
- incluso manipuló la cifra de inflación.
Sin embargo, durante los últimos seis años, la economía de Argentina ha crecido a una tasa anual promedio del 8,3 %, más rápido que cualquiera otra gran economía excepto China.Finalmente, al parecer se llegó a un punto crítico. Una desaceleración, la que fue pronosticada hace tiempo por los opositores de los Kirchner, es inminente. Cuando se compara con el mismo período del año pasado, las ventas minoristas (medidas por volumen) bajaron 10 a 15 %.
En Calle Florida, la principal vía comercial de Buenos Aires, casi cada cuadra tiene al menos una tienda desocupada. El empleo en el sector privado todavía está creciendo, pero a la mitad de la tasa del año pasado.Casi nadie cree en el índice oficial, el cual muestra que los precios aumentaron en un 9 % durante el período de 12 meses hasta julio. Cálculos no oficiales creíbles indican que esta cifra es del 25 %. Al subestimar la inflación, las cifras oficiales tal vez también exageren el crecimiento económico.Agregue la reciente caída de hasta una cuarta parte en los precios mundiales para los productos agrícolas del país, y los mercados repentinamente se alarmaron. Después de años en los que compró dólares para impedir que el peso se valorizara, el Banco Central los ha estado vendiendo para dar un impulso a la moneda.
El 11 de agosto Standard & Poor's, una agencia de clasificación de riesgos, disminuyó de categoría la clasificación crediticia de Argentina.
La prima por riesgo sobre la deuda pública argentina aumentó a 670 puntos base por sobre la tasa de interés que pagan los bonos del Tesoro de EE.UU.El temor a que haya otro colapso económico del tipo que Argentina convirtió en su especialidad, es en realidad exagerado. Una mayoría de expertos espera que la economía continúe creciendo, pero a una velocidad moderada del 4 al 5 % en 2009."El período de hipercrecimiento de Argentina terminó", señala Miguel Bein, consultor económico. El país todavía disfruta de excedentes presupuestarios y comerciales. Pero según la opinión unánime, para mantener estos excedentes e idear un aterrizaje suave se necesitan cambios de política. Y ahí está la duda.Dos cosas han sostenido el veloz crecimiento.
- La primera fue la profundidad del colapso anterior. En 2001-2002 la economía se redujo en un 15 %, el desempleo llegó al 21 % y la pobreza absorbió al 56 % de los argentinos. El gobierno dejó de pagar las deudas de US$ 80 mil millones y devaluó el peso, lo cual lo hundió a menos de un tercio de su valor anterior. Cuando se reanudó el crecimiento, se pudo poner en movimiento fácilmente a las plantas y los trabajadores inactivos.
- El segundo impulso fue el aumento repentino en los precios de los productos básicos mundiales, y por lo tanto en el valor de las exportaciones de Argentina (y los impuestos a éstas).El gobierno sobrecargó el crecimiento, al estimular la demanda con
- aumentos salariales,
- controles de precios,
- un peso subvaluado y
- las obras públicas.
Esta fórmula funcionó durante mucho más tiempo que lo que esperaban los críticos. Pero generó grandes distorsiones. La inflación se insertó en el valor real de sueldos y ganancias, lo que impulsó la pobreza de nuevo.Las políticas agrícolas y energéticas del gobierno han provocado problemas especiales.
- Mantuvo las tarifas de la energía congeladas al nivel de 2002,
- lo que alejó la inversión y
- produjo apagones totales el año pasado.
- El invierno ha sido más suave este año, y las tarifas subieron recientemente.Los Kirchner han dependido de los impuestos a las exportaciones agrícolas para financiar el gasto público. Esto originalmente tuvo cierta justificación, puesto que los agricultores se beneficiaron enormemente con el peso barato. Pero Fernández llevó esta política demasiado lejos, elevando los impuestos a los productos agrícolas en marzo. Después de meses de protestas de los agricultores, el Congreso votó en contra de un aumento tributario. El conflicto paralizó partes de la economía y afectó la confianza.La desaceleración de la economía dejó a Fernández en una difícil posición financiera. Los subsidios a la energía y al transporte ahora cuestan un 3,5 % del PIB, según Ecolatina, una consultora. Y la Presidenta quiere gastar dinero en
- nacionalizar de nuevo una aerolínea y
- en construir un tren de alta velocidad.
Para dar un impulso a su excedente presupuestario primario (lo que excluye los pagos de intereses), el gobierno ahora incluye en sus cuentas
- el ingreso del Banco Central y
- el sistema de pensiones.
Igualmente retuvo los pagos a los gobiernos provinciales. Pero Fernández, quien se ha vuelto muy impopular, ha perdido la confianza de gran parte de su Partido Peronista, lo que hace las cosas más difíciles.En 55 % del PIB, la deuda pública del país es todavía grande. Pero el costo de servirla ha sido bajo, en parte debido a la dura reestructuración que Néstor Kirchner impuso a los tenedores de bonos. Aun así, para servir su deuda, el gobierno necesita encontrar US$ 2.500 millones extra aproximadamente el próximo año.
No puede utilizar los mercados de capital internacionales, porque todavía no ha llegado a un acuerdo con
- algunos tenedores de bonos
- ni con sus acreedores soberanos en el Club de París.En cambio, está dependiendo de Hugo Chávez. Este mes el Presidente de Venezuela compró otros mil millones de dólares en bonos argentinos (lo que lleva sus compras totales a US$ 7 mil millones). Los bonos más recientes pagan un interés del 15 %.Esta vez el gobierno tiene abundantes instrumentos de política con los cuales estabilizar la economía.
- Partamos con la energía, por la que los argentinos todavía pagan un tercio menos que sus vecinos.
- Nuevos aumentos en las tarifas de la energía mejorarían la hacienda pública, y atraerían la inversión.
- Llegar a un acuerdo con el Club de París y los tenedores de bonos permitiría que el país asegurara un financiamiento de los mercados en términos relativamente favorables.
Una serie de economistas estima que estas medidas serían suficientes para que el país siguiera creciendo a una tasa anual todavía saludable del 4 % durante varios años.Al postergar los ajustes necesarios, el gobierno ya los hace más dolorosos.Y los Kirchner, que gobiernan como pareja, han hecho de su desafío al FMI, el Club de París y los tenedores de bonos un motivo de orgullo.A menos que ahora ellos se traguen ese orgullo, después de éste vendrá una caída.(En Argentina) La incertidumbre sobre el abastecimiento energético es otro desaliento para los inversionistas.
The Economist - Aug-21-2008 - "El Mercurio" - Santiago de Chile - 30-Ago-2008
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