sábado, 9 de agosto de 2008

Rusia y Georgia convierten Osetia del Sur en su campo de batalla

Tiflis enviará a la zona a mil soldados de su contingente en Irak y afirma haber derribado cuatro aviones rusos.
Los separatistas anuncian más de 1.400 muertos en los bombardeos y que la capital se encuentran en ruinas.


Georgia y Rusia se hallan al borde de una guerra abierta al enfrentarse por tierra y aire ayer en la región separatista prorrusa de Osetia del Sur. Moscú respondió a la ofensiva militar lanzada por Tiflis contra la capital surosetia, Tsjinvali, entrando con sus tropas en territorio georgiano. La mayoría de los 70.000 habitantes de Osetia tienen pasaporte ruso y Moscú brinda apoyo a los separatistas desde que en 1991 se proclamó independiente de Georgia.
«Han muerto unas 1.400 personas. Este es el tercer genocidio del pueblo osetia cometido por Georgia», aseguró Eduard Kokoiti, líder separatista. La capital, de apenas 30.000 habitantes, ha quedado «prácticamente en ruinas» debido a los bombardeos de los aviones y la artillería georgiana, que han martilleado la ciudad desde el jueves.
«Muchos edificios yacen en ruinas. Falta agua, no hay electricidad ni luz y apenas funciona la comunicación telefónica», dijo Kazbek Fríev, comandante del batallón osetia de las fuerzas mixtas de paz. Entre los muertos se encuentran doce soldados de paz rusos. Además, hay 150 heridos, desplegados en la zona para mediar en el conflicto desde hace más de quince años.
Tiflis dio a los separatistas hasta las 18.00 horas (16.00 en España) para detener el fuego y deponer las armas, pero los combates no cesaron.
Durante una alocución televisada, el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, aseguró que sus tropas habían tomado todo el territorio de Osetia del Sur, incluida la capital separatista, menos un distrito, Java, por donde accedieron las tropas rusas a la región.
El Kremlin justificó el envío de refuerzos a Osetia del Sur para fortalecer a las tropas de paz que mantiene allí y defender a los ciudadanos rusos. Unidades del Ejército 58 de la región militar del Cáucaso norte alcanzaron a media tarde las afueras de Tsjinvali y comenzaron a golpear las posiciones georgianas.
Las agencias rusas cifraron en más de un centenar los carros de combate, blindados y piezas de artillería enviados. Además, aviones Su-24 atacaron territorio georgiano, «agresión militar» que llevó a Saakashvili a movilizar a 100.000 reservistas.

Bombardeos y derribos
Los Su-24 bombardearon el aeródromo de Marneuli, causando tres muertos, y la base militar georgiana de Viaziani, situados los dos muy cerca de la capital, además de las localidades de Gori, Kareli y Variani. Durante las incursiones rusas, las baterías aéreas y los pilotos georgianos afirman haber derribado cuatro aviones rusos, aunque Moscú lo niega.
Además de la bélica, las dos partes libraron ayer una guerra de propaganda de cara a la opinión internacional.
Saakashvili, principal aliado de EE.UU. en el Cáucaso, acusó a Rusia de «llevar a cabo una agresión sin precedentes», haciéndola coincidir con los Juegos Olímpicos. «Si hoy no detenemos a Rusia, mañana sus tanques pueden estar en cualquier ciudad europea», apuntó. En una buena muestra de sus intenciones, anunció que retira de Irak a la mitad del contingente militar georgiano, integrado por unos 2.000 miembros, y pidió ayuda a EE.UU.
Mientras, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, afirmó que no permitirá la «muerte impune» de ciudadanos rusos, y el primer ministro, Vladimir Putin, dijo en Pekín a George W. Bush que sería difícil retener a los voluntarios rusos dispuestos a ir a combatir. Por su parte, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo haber «oído hablar de limpieza étnica».
Las relaciones entre Tiflis y Moscú se tensaron tanto por la situación en Osetia del Sur y Abjasia (otro enclave prorruso) como por la voluntad de Georgia de entrar en la OTAN.

M.Mainville - M.Vignanski - "La Voz de Galicia" - Santiago de Compostela - 9-Ago-2008

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