Hace apenas unas semanas, el mero atisbo de una mala noticia bastaba para disparar los precios en los mercados de materias primas. Esa psicología ahora se ha revertido y la jornada del lunes demuestra que ni siquiera una guerra puede detener el retroceso actual del petróleo.
En los pisos de transacciones y casas de corretaje, la conversación no gira en torno a si se trata de una caída de corto plazo, sino a su extensión y magnitud. Esto quedó claro ayer cuando los mercados digirieron imágenes cada vez más violentas del conflicto entre Rusia y Georgia. Los precios del crudo en Nueva York cayeron hasta los US$ 112,72 el barril antes de cerrar en US$ 114,45 el barril, un descenso de 75 centavos para el contrato para entrega en septiembre.
Hasta hace unas semanas, incluso los temores de conflictos geopolíticos tendían a impulsar los precios. A principios de junio, por ejemplo, el petróleo saltó más de US$ 10 cuando, entre otras cosas, un funcionario israelí advirtió que Irán podría ser atacado si busca un programa de armas nucleares.
Desde el 30 de junio, el petróleo en la Bolsa Mercantil de Nueva York ha caído un 18,3% y el gas natural un 37% a US$ 8,349 por millón de BTU.
La caída en los precios de la energía se ha propagado a otras materias primas. En lo que va del tercer trimestre,
- el oro anota un declive superior al 11% y varios metales industriales han caído bruscamente.
- El declive de los commodities agrícolas ha sido más pronunciado.
- El maíz ha cedido un 31%,
- la soja un 24% y
- el trigo un 10%.
Muchos observadores esperan que los fundamentos de la oferta y la demanda establezcan un piso para los precios muy por encima de lo que se comerciaban las commodities hace un año. En aquel momento,
- el crudo aún estaba en el rango de los US$ 70 por barril,
- el oro bordeaba los US$ 670 la onza frente a los US$ 821,50 de hoy y
- el maíz se cotizaba en US$ 3,33 el bushel frente a los US$ 4,97 del lunes.
Los participantes del mercado consideran probable que haya nuevas alzas en el futuro.
¿Un nuevo escenario?
Sin embargo, los bruscos descensos recientes sugieren que algunas de las circunstancias que ayudaron a catapultar los precios a niveles inusitados se han moderado.
El jueves, un día antes de que el petróleo registrara una de sus caídas más precipitadas en varias semanas, analistas de Goldman Sachs Group dijeron que era hora de comprar. Sostuvieron que las escaladas imprevistas en los precios del crudo y las cosechas de granos de los últimos meses habían provocado una debilidad "temporal" de la demanda, pero que ésta debería repuntar una vez que los precios retomaran un equilibrio más aceptable.
Pese a la desaceleración en EE.UU, los inventarios en los mercados petroleros se mantienen en "niveles alarmantemente bajos". Esto indicaría que cualquier disponibilidad de suministro provocada por la menor demanda de EE.UU. está siendo absorbida por los países emergentes.
Los inventarios de maíz y soya también podrían empezar a bajar el año que viene, por lo que los precios podrían subir, explican. Goldman Sachs proyecta que el petróleo ascenderá a los US$ 145,30 el barril en tres meses, y a US$ 147 dentro de un año.
Jim Rogers, un destacado inversionista en materias primas, insistió en una entrevista que no ha perdido la fe. "Hace ya siete años que estoy escuchando que la burbuja de las commodities ha estallado", dice. "Tal vez se acabe, pero no creo que eso suceda hasta dentro de unos años", señala.
Según Rogers, el mercado simplemente se está consolidando. El mercado alcista del petróleo tiene su origen en 1999, dice, y desde entonces ha sufrido varios repliegues, "los cuales asustaron a los inversionistas optimistas", señala.
Existe un desacuerdo al interior de los grandes bancos de inversión sobre si los precios de las materias primas pueden sostenerse en los niveles actuales. Analistas del grupo de macroestrategia global de Deutsche Bank AG dijeron el 31 de julio que el petróleo caería a US$ 100 el barril a principios de 2009 y a US$ 85 a inicios de 2010. No obstante, los especialistas en commodities del banco no descartan ver precios de US$ 135 en el tercer trimestre de este año.
Mientras tanto, los mercados estuvieron más agitados en vista de los rumores de que importantes corredores estaban liquidando portafolios en los volátiles mercados energéticos, especialmente después de que SemGroup LP, un gran corredor estadounidense de petróleo, se acogiera en julio a las leyes de protección por bancarrota.
El analista de Citigroup Tim Evans, que ha advertido repetidamente que el petróleo estaba sobrevalorado, dijo ayer que el péndulo ahora se encontraba en el territorio de los inversionistas pesimistas. "Los mercados petroleros están considerando oscilar de nuevo al terreno alcista, pero parecen enfrentar dificultades para evitar la continua ola de ventas."
Ann Davis - "The Wall Street Journal Americas" - La Nación - Buenos Aires - 12-Ago-2008
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