Lamentablemente todo en la vida postmoderna se mide por índices.
Un muy querido amigo y brillante economista, el Lic. Juan Carlos Rosiello - Profesor de Finanzas de ESEADE , tuvo la sutil ocurrencia de "cuantificar"
- la preocupación
- el agobio
- la angustia
- la incertidumbre
- la aflicción
- la ansiedad
- la opresión
- la inquietud
- el temor
- el sufrimiento
- la intranquilidad ... y demás,
que sentimos y que se refleja colectivamente en la vida ciudadana, asediada por las tres barreras que impiden el crecimiento, el bienestar y la cohesión social:
- Desocupación - Subocupación
- Inflación
- Inseguridad
por medio de un valor que contempla todo lo enunciado, como el símil chileno, denominado:
Índice de Malestar Social (IMS)
IMS = tasa de desempleo + tasa de subempleo + expectativa de inflación + tasa de inseguridad
Se asume que tanto el desempleo, la inflación y la inseguridad son los aspectos que más angustian a las personas y que su deterioro genera un malestar generalizado en la sociedad. El incremento de estos indicadores implica también un costo económico y social para el país, que impacta en mayor medida en las clases más desprotegidas y de menores recursos.
Por ello, este índice es una medida con la que puede apreciarse el deterioro económico-social del país.
El índice se comenzó a construir a partir de julio de 2007, arrojando en ese momento un valor de 67,9. Desde entonces se ha incrementado un 15,9% para llegar al valor de 78,7 en julio de 2008, reflejando un importante incremento en el malestar de la población.
Run Pozzi - Olivos - 13-Ago-2008
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